Cuando pensabas que no ibas a encontrar nada peor al Burrito Sabanero

El día de hoy asistí muy oronda a un evento exclusivísimo en la escuela de Diego y Santiago. Fue la inauguración de la colecta anual de la Cruz Roja en los centros escolares. Originalmente querían que fuera Ana pero por nuestra logística familiar y porque la maestra de Diego insistió que solo una de las dos podría entrar, me tocó a mí sacrificarme y hacer acto de presencia.

Para esto, la hora de entrada se adelantó a las 7:30 am y a las 8:00 am arrancó el evento con la activación. Empezamos con esta diabólica canción:

Obviamente todas las madres de familia presentes quisimos hacernos weyes y asumir que la activación era para los niños. Ingenua de mí. Nunca falta la animadora súper animosa con súper buena vibra positiva que nos animó a todos los papitos y mamitas para que nos pusiéramos de pie y UNO! Y DOS! Y TRES! ARRIBA! ABAJO!

Ok. Con resignación levantamos nuestros respetables traseros que al fin y al cabo solo eran 5 minutos. Pero la morra animadora decidió que no, que había tiempo para otra canción más y otra y finalmente esta otra:

Y después de eso, y solo entonces, inició el evento. Hablaron tres personas, incluida la esposa del secretario de Educación y mientras unos niños hacían una exhibición de las rutinas de educación física para las autoridades, regresó la súper animadora al escenario y ¿qué creen? Sí, así es... nos volvió a hacer bailar. Primero una, luego otra y al final una canción que detesto porque no puedo dejar de cantarla en todo el día cuando la escucho.

Yo no les quería hacer esto pero es como una especie de maldición que hay que hacer extensiva como para librarse de ella. Algo peor que el méndigo Burrito Sabanero. Hela aquí: