domingo, diciembre 16, 2012

Mamita es un casito especial

Este 2012 ha sido un año muy especial. Para empezar, Ana y yo decidimos regresar al DF por varias razones entre las cuales destaca, desde luego, el hecho de que ella fue admitida en la maestría de Estudios de la Mujer. Esto nos llevó, como era de esperarse, a buscarle una escuela a Diego y Santiago y como en realidad no conocemos muy bien el área, yo me encargué de ir a la Zona Escolar más cercana de donde me mandaron a la Escuela Primaria Tlacoquemécatl. La colonia en donde está ubicada es excelente. Las instalaciones no son las mejores pero son aceptables. No nos podemos quejar. Digamos que una de las cosas que nos causaban cierta incomodidad era esa insana costumbre de las maestras de tratarnos como mamitas y papitos lo cual nos infantiliza terriblemente aunque a algunos padres y madres de familia les parezca una manera cariñosa de ser tratados. Digamos que dentro de nuestras batallas definitivamente no estaba cambiar este protocolo porque se nos hacía ocioso.
O bueno. Se me hacía ocioso hasta que hace unos días una amiga que también es madre de algunos compañeros de D y S nos confesó que la directora se refería a nosotras como: "unas mamitas especiales" o "un casito especial con unas mamitas". Dijo, ya entrada en detalles, que ella esperaba dos mamás con alguna clase de discapacidad física o síndrome de Down, pero que en realidad nunca se imaginó que se tratara de dos madres lesbianas aunque, como bien dice, ya lo sospechaba pero no era de su incumbencia.
Ana y yo somos muy abiertas en nuestra relación. Nuestra política es siempre ir con las cosas transparentes y claras como el agua: Dos mamás, dos mujeres, casadas, en vías de un proceso de adopción. El clóset no se nos da y tampoco andamos jugando a las escondidas. Ni con la familia, ni mucho menos con una institución PÚBLICA. Pero la directora se las ingenia para retorcerlo todo.
Me parece una falta de respeto hacia nuestra familia que se refiera a Ana y a mí como "dos mamitas con un casito especial" porque no tenemos ninguna discapacidad, lo único que somos y que valdría la pena destacar es nuestra diferencia y nuestra diversidad pero en aras de apoyar a Diego y Santiago, no para quitarnos adultez enfrente de otros padres y otras madres de familia.
Qué horror y qué espanto de directora. Eso por no recordar el amargo episodio en el cual nos acusó de maltrato infantil. En fin. Yo andaba muy pendeja entonces, pero la verdad eso ameritaba una queja inmediata con el inspector de la zona porque no es posible tal grado de discriminación disfrazada de una preocupación por los pequeños, ni es posible tal grado de discriminación de que se refiere a nosotras con tal condescendencia. Estoy realmente harta de la "compasión" de las personas con supuesta autoridad. Mi familia -- nuestras familias-- merecen y exigen respeto. Nomás lo que es.
Me parece que hay que estar más alertas en este sentido.Hay dos cosas que se pueden hacer con gente como ella: invitarlas a que dejen de estorbar o educarlas. Prefiero lo segundo porque en el país en el cual vivimos familias como la nuestra son UNA REALIDAD. Así que no nos queda de otra que educar y educarnos.
En fin, ya les seguiré contando lo que pasa.

2 comentarios:

Opiniones incorrectas dijo...

En fin, dan ganas de denunciarla al ministerio de educación, ¡menuda impresentable! Se merece que vayáis las dos juntas a hablar con ella y la pongáis en su lugar, diciéndole que la próxima vez que se refiera a vosotras de forma especial, no va a haber ningún periódico donde no esté la noticia.

Chocolate dijo...

Una de las peores formas de discriminación hacia personas homosexuales es la descalificación: si te enamoras no es en serio, si trabajas no es un trabajo de verdad y todo el mundo te trata como si fueras un perenne adolescente. Eso me hace preguntarme quién necesita realmente ser educado.