Día 13.-
Jueves
Hoy es un día místico por ser el 13avo día del viaje. No,
claro que no. Pero ayer me preguntaron qué tan supersticiosa soy y que por qué
me visto de amarillo los miércoles. En realidad es una especie de
obsesivo-compulsión. Una fuerza interna me compele a seleccionar ciertos
colores en ciertos días (hoy ando vestida de lunes, por ejemplo). Los lunes
escogería una gama entre blancos, azules y verdes; martes rojos; miércoles sin
duda amarillo; jueves lila, morado, negro; viernes rosas, verdes o turquesas;
sábado naranja, negro, cafés, beiges y el domingo tocaría dorado, amarillo,
blanco, o día libre según el humor del que ande. La verdad sí soy un poco (un
mucho diría alguien que yo me sé) supersticiosa, pero es como parte de mi
idiosincrasia, a falta de religión, me entretengo en las supersticiones
personales y los rituales de vida.
En fin, enfocándonos en el viaje, desperté nuevamente con
despertador, a las 6 am. Teníamos que estar en el lobby a las 8 am, ya que la
cita del día fue en Lexington, un pueblito (Gabo dice que es ciudad) a lado de
Louiseville, pero al que se tarda a llegar en coche hora y media. Hoy el ejercicio fue breve. Y amigos del
ahorro, nuestro hotel es eco-friendly y no tiene tina, así que las burbujas
siguen guardadas en la maleta. Me vestí de lunes, principalmente porque había
que ir formal. Luego terminé de maquillarme, linda linda (luego por qué dicen
que soy feminista de pose, qué caray, ni cómo ayudarme, maldita yo que me
gustan los colorcitos), y me bajé a desayunar.
A las 8 estuve puntualita en el lobby, con un cereal de
lucky charms en una mano, un botecito de leche en la otra, una manzana y el
perico. Bueno, sin perico, pero iba muy cargada con la mochila. Subir a la van
es complicado porque el chofer de esta ciudad no nos consiguió banquito. Se
ganan unas cosas por otras, diría mi madre. En Atlanta el chofer no hablaba,
pero ponía un banquito para subir. Aquí es muy platicador, pero hay que
brincarle a la van.
Llegamos a las 10:30 a Lexington, pero resultó que Jim Gray, el
alcalde no iba a llegar a tiempo a la cita. Estos dos días nos acompaña un
interno de la oficina de visitantes que nos está como cuidando, pero la verdad
es que sólo está. Él organizó las actividades que realizaremos en Kentucky, por
lo tanto creo que quiere ver nuestras reacciones. La primera visita era al alcalde. Y pues con
el retraso mejor nos llevaron al starbucks a comprarnos un café. Me cayó bien
el café porque venía medio durmiéndome. Pero, como fui la última a la que le
sirvieron el café, como es de esperar, porque ya sabemos la suertesita que me
cargo. Así que obvio ya no me esperaron a que me preparara mi café con su
azuquitar correspondiente y eso, sino que tuve que perseguir al resto y
treparme o brincar literalmente de regreso a la van.
Jim Gray, el alcalde gay en Lexington |
Para cuando llegamos a la oficina del alcalde, él todavía no
estaba ahí, así que empezamos presentándonos con el director de su campaña. Lo
malo de eso es que cuando llegó quiso que lo volviéramos a hacer, pero el
director de campaña lo disuadió y quedamos a medias presentaciones. El alcalde
nos contó un poco de lo que fue su proceso de elección siendo gay. Sus
principales retos y ganancias. Nos contó cómo tuvo que salir del clóset y demás
detalles. Aunque en realidad, no voy a azucararlo, nos decepcionó un poco que
expresó que ser gay no había sido parte importante de su campaña ni es parte de
lo que quiere proyectar como alcalde. Su trabajo es por la gente y para la
gente. Para mucha gente esto puede parecer correcto, e incluso perfecto, pero
para varios de nosotrxs suena contradictorio. Es como si una vez que Obama es
presidente, olvidara hacer cosas para evitar la discriminación. Aún así dijo
una muy buena frase que vale la pena retransmitir. Cuando le preguntaron qué
viene después para él en su vida tanto política como personal contestó: “One needs to attend one funeral at a time”
(uno va a un funeral a la vez, o sea, un día a la vez).
Al terminar la reunión con el alcalde de Lexington nos
llevaron a comer a un buffet donde obvio tragué, no comí, tragué como si fuera
el último día de comida en el mundo. Otra vez tuvimos un momento personal en el
que nos ventilamos de nuevo entre nosotros. Un poco nomás, las cosas típica que
salen en el camión como “no me interrumpas” o “tu ya deja de intentar
educarnos.” Lo mejor fue que Sylvia una de las intérpretes me dijo: “es que ya
están en el nivel de confianza en el que pueden discutir”. La verdad que sí me
gusta el ejercico de respeto y tolerancia que hacemos a diario. Obviamente,
como todo en la vida hay cosas que son más difíciles de tolerar que otras, y
algunas que simplemente son grosería. Poder hablarlo con respeto y hacer los
ajustes correspondientes nos hace más grandes.
Por la tarde tuvimos el panel de discusión Lobbying for
equal rights con la Fairness Campaign y la American Civil Liberties Union of
Ketucky (ACLU). Fue muy divertido porque nos invitaron a una salita muy cómoda
con cojines y todo, donde al frente se pusieron los tres encargados de estas
dos asociaciones. La cosa estuvo muy entretenida y divertida a pesra de ser un
temacomplejo. Principalmente en Kentucky las necesidades están lejanas de ser
el matrimonio, ya que acá lo que más se ocupa es la equidad y el trato justo
(fairness). En Kentucky todavía te pueden correr de tu trabajo por sergay o
lesbiana, las leyes antidiscriminación no están en todas la áreas, así que la
lucha continua y es muy larga. Hablamos sobre crímenes de odio, discriminación
(por colores y orígenes) y sobretodo, de dónde están las lesbianas.
Con la gente de la Fairness Campaign y la ACLU |
Me ha parecido extraño que aquí se nota una preminencia del
hombre, empresario, blanco y pues no pude evitar preguntarlo. La respuesta,
bueno, no sé, no supimos si reír, llorar, o de plano salir corriendo: “Lesbians
are in their farms”. Resulta que según ellos ser lesbiana es más fácil, así que
muchas han recurrido a vivir en sus propias granjas en las zonas rurales del
estado. Han hecho algunas comunidades y concentraciones poblacionales donde
viven una vida orgánica criando sus propios pollos y sembrando sus plantas. Por
muy atractivo que me ha parecido el cuentecito, casi me mata lo que dijo: “We
gay guys, kind of prefer parties and city life, we don´t find farming so
appealing as lesbians do.” O sea, si quieres encontrarlas, trépate al tractor,
ponte la camisa de cuadros y cáele al campo. Blah!
Pues bien, como quiera fueron lo suficientemente amables de
indicarnos la dirección de UN antro lésbico que podríamos encontrar en la
ciudad.
A las 5 pm llegamos al hotel. Y pues yo me puse al día con el blog, bajé fotos.
Trabajé más que nada. Creo que también estoy ya un poco nerviosa con los
dineros y no quería gastar más. Así que decidí quedarme guardada en el hotel
unas cuantas horas para conservar tantos dólares como me fuera posible.
Quedamos de vernos a las 9:30 pm en el cuarto de Mike para
ir al lugar que nos habían recomendado “Purrsuations”, pero yo llegué como a
las 9:45 y los demás no llegaron. Así que nos fuimos Mike y yo primero a cenar.
Terminamos en un Hard Rock Café comiendo una hamburguesa tradicional y una ensalada
césar con limonada rosa. Vimos gimnasia olímpica, platicamos de nuestras
familias, escuela e infancias. A las 11:30 pm terminamos de cenar, pero el
lugar lo cerraban a las 12 y quedaba medianamente lejos, ya no valía la pena
ir, por lo que mejor preferimos volver al hotel andando. Mike me contó sus
truculentas historias de vida que por respeto no transcribiré en el blog, pero
quien tenga dudas me puede mandar un email, jajaja, no, no es cierto.
Llegué a dormir a las 12 en punto, tal cual una buena
cenicienta y me metí a la cama blandita y blanca a dormir y descansar.
1 comentario:
No puedo creer que no vean lo evidente!!! Hay que respetar la elección de vida que hacen algunas lesbianas de irse a sus granjas y vivir una vida orgánica, pero qué? quiere decir que no hay que luchar por la equidad sólo por si algún día a una se le ocurre ser citadina y gustar de las parties??!?!?!?! O esa no es opción para las lesbianas?
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