jueves, agosto 11, 2011

Qué suerte la mía

Todavía no termina el 2011 pero digamos que ya va bastante avanzadito. A lo largo de estos meses he hecho cualquier cantidad de entrevistas. Me he entrevistado para toda clase de puestos y por equis o ye, aunque me va bien en las etapas preliminares, resulta que al final tienen un mejor candidato que yo. De pronto me gana la desesperación porque sé que con un ingreso, el que sea, podríamos aspirar a más cosas y por el otro lado porque siempre siempre he sentido la necesidad de ser productiva laboralmente hablando.
Hace unos días y con verdadera calma le dije a Ana que si ella creía que ya debía de resignarme a no encontrar trabajo y ella con toda la paz del mundo me dijo que sí. Estoy de acuerdo que es maravilloso poder estar en contacto con mis hijos, hacerme cargo de ellos, estar siempre al pendiente y que de hecho hace casi un año cuando me salí del Call Center me salí con la convicción de dedicarme a mis hijos, pero mi naturaleza a veces me traiciona.
Sin embargo, en estos momentos en que las puertas laborales se cierran no dejo de sentir una infinita alegría y gratitud porque otras puertas han sido las que se han abierto. Me siento muy contenta de cuidar de D y S. Me siento muy feliz porque después de cerrar la etapa de radio por internet en WIK vino la tele en DIVERSIMEDIOS con EL NUEVO SHOW DE ANA Y CRIX. Porque además de todo eso, somos parte de un grupo de crecimiento para mujeres, lesbianas y bisexuales muy lindo que se llama LAS JUANAS.
Obviamente en este periodo vacacional en el cual D y S están en casa todo el día por las mañana y que por las tardes nos acompañan al grupo y al programa, poco tiempo tengo en verdad para escribir y para otras cosas, pero ya próximamente el 22 de agosto vuelven a clases y al menos tendré un par de horas en las mañanas para iniciar un nuevo proyecto literario que traigo en mente.
Creo que por el lado de la lucha social va todo muy bien. Por el emocional, me siento de maravilla. Y curiosamente en este 2011 he conocido gente muy chida y he estrechado lazos con otras personas de las cuales he aprendido mucho y con las cuales he compartido este Monterrey tan violento, tan raro, tan desconocido a veces.
¿Me volveré a ir algún día? Seguramente sí, los viajes son parte de mi vida, pero mientras tanto estoy muy conforme con lo que soy, con lo que hago y en donde vivo. Muchos han tomado la decisión de irse dado el clima belicoso que nos aqueja y muchos otros no tenemos ni los medios ni los recursos para irnos. No obstante, aquí es donde vivimos y mínimamente tenemos que hacer algo para vivir en armonía. Creo que por eso sigo trabajando en la lucha social, creo que por eso sigo con Ana transmitiendo el programa.
Me da gusto que mi angustia, if any, en todo caso ya es una angustia positiva: Vivir en paz, vivir mejor, vivir contenta.

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