martes, marzo 09, 2010

Yo las amo, yo las quiero parte III

Sigue la tercera parte de este ejercicio de la memoria, el reconocimiento y el respeto por todas aquellas mujeres que han marcado mi vida.

Karina, válgame. Karina merece una entrada aparte. Karina fue un gran apoyo en nuestros días en el DF y es la que no una sino mil veces me llama la atención en cuanto a sororidad y violencia. Karina es una de las mujeres que más respeto en la vida, por su lucha, sus convicciones, sus renuncias. Y porque tiene una hija preciosa que se llama Ori y es una gran poeta. Karina fue mi madrina de bodas, de aquella boda espiritual del 2 de enero de 2004 en las pirámides de Teotihuacan. Y ahora será nuestra testigo en la boda civil del 21 de marzo. Quién mejor que Karina para atestiguar el poco o mucho avance que he tenido en cuanto a feminismo y activismo. Gracias a ella conocí un mundo que de otra manera jamás me habría enterado ni siquiera que existía. A Karina le tengo confianza. La confianza de dejarla entrar a mi casa con una pila absurda de platos sin lavar, apestosos, como aquella vez que fue a visitarme, en el 2006, que yo estaba en una nunca reconocida depresión. Le tengo la confianza de haberle presentado el escenario real, la jauría en la cual está basada Rhyme&Reason. A Karina es a una de las pocas personas que le abro mi corazón y Karina, si no lo sabes, quiero que lo sepas.

Marlene. Otra de las mujeres que cambiaron radicalmente mi vida. En el 2006 formamos el Club del Desempleo. Nos veíamos casi a diario para comer tostadas con frijoles y jugar cartas o cualquier juego de mesa. Compañera en todos aquellos años que duró nuestra vida en el DF. La primera amiga que Ana tuvo allá y que no tuvo reparo de hacer extensiva su amistad para conmigo.

Elva. Sucede prácticamente lo mismo. La amistad con Elva la fue tejiendo Ana y yo poco a poco me fui inmiscuyendo. A Elva no la puedo separar de Manuel, pero bueno, saben que si se tratara de reconocer a las personas que han dejado huella en mí, Manuel también estaría. Elva se ha convertido en nuestra familia, no hemos encontrado más que cariño y apoyo en estos dos amigos. Cabe destacar que en la prepa nos juntábamos mucho Ana, Manuel y yo, y cabrona que es la vida, se empeñó en reunirnos cuando los cuatro andábamos formando nuestros matrimonios y planeando nuestros hijos. Ahora Manuelito, Diego y Santiago son compas de travesuras y muy pronto Ema se incorporará a la banda.

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