Hay una sola melodía que me empapa todos los jueves, es una bobería, pero aquí sigue, como esos chicles que se pegan del pavimento a la suela del zapato en un día soleado. Es algo de lo que no puedo deshacerme, y sigue merodeando mi memoria... No sé, me imagino que un día llegará a su destino y mejor aún, que será que "igual y le robo un beso a tu boca y dejas de creer que soy poca cosa" y de pronto todos mis silencios cobrarán sentido y mi timidez desaparezca...
Esta rola me toca fibras profundas por su simpleza, no tiene más calidad que cualquier otra canción del estilo, pero me parece tan genuinamente honesta en sus expectativas que me llega hondo. No sé qué habrá sido exactamente lo que logró conquistarme de la canción, pero no me la quito de la cabeza cada jueves. Me lleva de regreso a Monterrey, a las largas noches de desvelo con las amigas, la adrenalina al mil, ver amanecer a veces...
Hoy me regalo esta canción, con la esperanza, como siempre, de que llegue a donde tiene que ir y con la esperanza, aún mayor de que un día vuelva a haber noches como aquellas en mi vida.
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