lunes, marzo 18, 2013

Por mero amor al arte...

Suelo escribir desde mis emociones más profundas. A veces, incluso, por eso no escribo, porque siento tanto y tanto a la vez que me pasmo, me trabo, me da la chiripiolca y me colapso. Quedoen estado de semiautismo funcional en el cual puedo hablar sin expresar lo que siento y puedo convivir pero no excribir.
No sé, serán años y años de educación y programación para la complacencia de las otras personas. Amabilidad intrínseca. De esas veces que quiero gritar "A LA MIERDA", pero de mis labios sale una sonrisa y un muy amable "sí gracias". Vamos, que no estoy diciendo que yo sea la persona más dulce del mundo, que no lo soy. Soy bastante seca y cortante cuando quiero y puedo, pero, a veces, quisiera ser más acertiva, expresar mejor lo que siento.
Hoy, en fin, hablo desde el dolor. O más bien desde la decepción.
Saqué algo en claro de mi experiencia del último mes, no vuelvo a ayudar en algo que no me ayude. Algo al estilo de "ayúdate que yo te ayudaré".


Bien, la historia fue más o menos así:
A mí me encanta el activismo, pero eso no es ningún secreto y tampoco es novedad. El tema que más me importa son las lesbianas y sus derechos, dentro de estos el derecho a ejercer la maternidad. Para lograrlo se me hizo muy lindo abrir la Red de Madres Lesbianas en México, y ha sido un éxito. En ese talante se me ocurrió organizar los talleres de madres en el DF y una reunión en Mty.
Cuando fui a la reunión en Mty, alguien me preguntó si les podría ayudar con unas bodas y me pareció muy bien. De hecho me encantó la idea. Yo no sabía en lo que me metía. Eso fue el 16 de febrero.
Para principios de marzo fui a un juzgado donde tuve una muy mala experiencia. No la voy a detallar, principalmente porque luego se vio resuelta. Seguí buscando y una semana después, ya que me había contactado hasta con el chat del juzgado en línea, había visitado dos juzgados y había hablado con mil gentes, se dio la oportunidad en un juzgado de que se hicieran las bodas dichosas.
Fueron horas (literal) de mi tiempo en trámites, llantos, líneas de captura y demás lindezas. Todo valía la pena porque al final habría muchas recién casadas felices que a cambio vendrían a marchar para solidarizarse con el movimiento lésbico.
Finalmente llegó la fecha. Yo llegué TARDÍSIMO a mi escuela con tal de que quedara todo bien. A mí las secretarias y jueces, me llegaron a insinuar que yo "como gestora" estaba ganando dinero de todo esto, lo cual no es verdad, si acaso, yo invertí mi tiempo, mi esfuerzo y mi dinero.
Al final, ya casadas, el viernes, las chicas consensaron estar muy cansadas. Por ende decidieron regresar a Mty el sábado temprano.
Asimismo, todo ese mes estuve tramitando tres bodas para el sábado 16 de marzo al terminar la marcha. De esas quedó sólo una, ya que una pareja no pudo enviar su documentación a tiempo y otra tenía una pareja extranjera que tenía que tramitar un permiso que no estaría a tiempo. Para esa única boda, como iba a ser en un monumento público hubo que sacar permisos, meter oficios, hablar con cientos de personas, en fin, fue un show, un verdadero terremoto personal. Esa boda terminó en una emergencia familiar personal por la cual las novias se arreglaron con quien oficiaría su matrimonio en privado y nunca llegaron al lugar del evento.
No sé cómo explicar esto. Yo quiero mucho a las organizadoras del viaje. Estimo mucho la labor y el esfuerzo, pero me queda claro que yo no vuelvo a ayudar a nadie.
Hoy unas chicas de la red postearon: "el jueves llamamos, nos recibieron el viernes y nos casamos". Eso por ellas me hace sentir muy bien, porque son unas madres a las que estimo muchísimo, pero a mí me hace sentir una mierda y me baja la autoestima al suelo. ¿Me quieren decir que lo que a mí me tomó un mes, con gritos y cientos de trámites, ellas lo hicieron de un día para otro? Eso me demuestra que la que quiere puede y si ellas pudieron, así, sin miedo y sin intermediarias, cualquiera otra puede y yo para eso ni soy útil, ni necesaria.
Que lo mismo podían haber hecho las otras y yo me evito los insultos y los gritos que sufrí.
Por otra parte, lo que más me duele es que cada que hay un cambio social importante en pro de la comunidad LGBTTTI es porque hay una lesbiana impulsándolo: ¿las sociedades de convivencias? Enoé, una lesbiana. ¿El matrimonio? Lol Kin, otra lesbiana. El IMSS, las adopciones, la primer niñla con dos madres, lesbianas todas...
Y sin embargo, ¿qué hacen las otras lesbianas? Se van a su casa, o qué se yo, pero no marchan, no se manifiestan, no se unen. Y eso me duele muchísimo. Yo no quiero empañar la felicidad de nadie. Sólo quiero procurar la mía y la de mi familia y creo que produciéndome estrés que no necesito no lo voy a lograr.
En fin, seguiré activisteando por mero amor al arte. Es lo que me gusta hacer y creo que seguiré, pero bueno, lo mío lo mío es el amor en todas y sus más plenas manifestaciones. Así que ninguna necesidad tengo de andarlo "institucionalizando" si luego ni para acarrear gente a una marcha por la visibilidad me sirve.
Como no me gusta sentirme mal, ni nada, voy a hacer unas instrucciones "paso a paso" de qué hacer para casarte en el DF y así cada quien puede hacerlo como guste y cuando guste.
Gracias!

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