Pues en mi afán de relajarme y de no pensar, me puse a ver una película mexicana de esas que luego a Anita le dan por no querer ver. La película se llama Entre piernas y yo no tenía idea de su existencia, con lo cual, el detalle lésbico me resultó muy morboso. La película es mala, las actuaciones tampoco están tan buenas y en youtube el audio está desfasado, así que termina siendo medio sufrida la vista. Yo sí me la eché porque cualquier cosa que toque el tema lésbico me interesa. Es un intento del cine por incluir nuestra realidad pero la verdad, se queda cortísimo. Pero no le echemos la culpa a la falta de sensibilidad, no, eso no tiene nada que ver, la cosa es esa corriente de cine mexicano que a huevo quiere retratar la vida sexual de un citadino de clase media con problemas obvios de gente de clase media, con estilo de vida típico de gente de clase media, con tentaciones de gente de clase media y expectativas de vida de gente de clase media. O sea, en este universo cinematográfico lo único que interesa es tener una vida sexual activa, ir al gimnasio, tomarse un cafecito y que hombres y mujeres se entiendan. O sea, hellouuuu? eso es taaaaan Sexo, pudor y lágrimas. Ese fue el único mérito de esta última película, meter dinámicas cotidianas clasemedieras y de la guerra de los sexos al cine nacional, fuera de eso es un error tremendo seguirla replicando y añadiendo como detalle curiosón la onda gay. No sé, el ataque de las machorras zombies mexicanas sería una propuesta novedosa e igual de alejada de nuestra realidad que Entre piernas.
En fin, este día creo que iremos al parque con Marlene y a tomar un cafecito, pero bueno, lo realmente importante es que he decidido dejar de contar los días. Creo que me desespero más y siento que no pasan como deberían estar pasando.
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