miércoles, agosto 08, 2012

Día 12

Hola Anita:
Hoy no dormí bien. Santiago y Diego quisieron intercambiar lugares y fue espantoso. Santiago estuvo pegándole todo el tiempo a la ventana y a las persianas y me despertaba. Diego se expandió y yo ya estaba casi cayéndome de la cama y para colmo de males nos despertaron los gritos desaforados de los inquilinos que se estaban peleando por alguna tontería.
Ayer vino la abuela del inquilino y estuvo "bromeando" con D y S. Empezó a imitar el acento norteño y les dijo que si comían cabrito. Yo estaba de que "trágame tierra". No sé si lo hizo por joder o por establecer algún vínculo con tus hijos. El punto es que como ayer los llevé a ver Paranorman y estaban muy emocionados ellos querían platicar de eso, pero claro, el inquilino ya de cierta edad odia que le cuenten las películas.
El punto es que lo mal que dormí más la despertada con el buguita drama me pusieron de "mírame y no me toques". No al extremo de ponerme más delicada que el peinado del Puma, pero sí de relativo mal genio.
A mediodía los llevé a una función del 17° Festival Internacional de Cine para Niños (... y no tan niños). Llegamos un poco tarde porque yo pensé que tomar un taxi era buena idea, pero resultó que el ñor era menos ubicado que yo y la sala a donde los quería llevar es en la Condesa y bueno, ya sabemos como están de derechitas las calles de la Condesa.
Se llama Cine Lido y está en la librería del Fondo de Cultura Económica Rosario Castellanos. Alcanzamos a ver La escuela de la aldea, una película de Bélgica que se hizo en el 2011. Trata de un niño que se sentía solo y llevó su hamster a la escuela y lo regañaron. Al preguntarle por qué llevó a su mascota dijo eso, que se sentía solo, entonces todos los compañeritos dijeron que con gusto se iban a juntar con él todos los días en el recreo. A Santiago le gustó, a Diego no.


La otra que vimos fue ¿Realidad o Ficción? Esa es mexicana, del 2009. Trata del tema de moda, el más obsesivo: la comida chatarra. Nos dieron una hojita para que votáramos simple: Me gustó, No me gustó. Por esta sí voté, también Diego y también Santiago. El mensaje es muy claro: nos tragamos todo lo que nos dice la tele.


La tercera fue La pizza poderosa y miedosa, que también es de México, del 2012. Esa a mí no me hizo mucha gracia pero a Diego y Santiago sí. Trata de una pizza que tiene miedo a ser horneada y se anima hasta que un peperonni le enseña que no pasada nada.


La cuarta se llamó Corazón de Piedra y también era de Bélgica, del 2011. Este corto también me perdió, a Santiago le gustó pero a Diego no. Al final supe de qué se trataba cuando leí la sinopsis: Es la historia de un castillo que se sentía abandonado y solo. Una niña notó algo extraño y cuando el castillo desaparece la niña se preocupa. A mí lo que realmente me preocupa es que ninguna de las películas belgas me llamó la atención. ¡Qué inculta soy!


Y finalmente, vimos la de Los últimos pingüinos, de México, del 2011. Esa sí les gustó a los dos. Trató de  que se llevaron a unos pingüinos a un zoológico pero un barco de Greenpeace los rescató. Ya ves que a Diego le seducen esas historias.

Cuando prendieron las luces, Diego casi se pone a llorar porque él quería "una película de verdad" o sea, que durara, no se esperaba puros cortos. Le dije que si quería mañana íbamos a otra función. La verdad me da un poco de flojera porque mañana van a proyectar GRATIS en el Faro de Oriente que está por el metro Acatitla o algo así, en la Calzada Ignacio Zaragoza, en Azcapotzalco. Si me armo de valor y de sandwiches sí los llevo.
Después del cine, paseamos un rato en la Condesa. Luego puse a Santiago a hacer sus ejercicios de maduración. Definitivamente, todas las angustias relacionadas con la maternidad se llevan mejor cuando Mamá está con la otra Mami, así solita, Mamá se malviaja toda porque el huerco insiste en escribir Santigo en lugar de Santiago.
En fin, pasamos tiempo en casa aunque tuvimos ligeros detalles que bien te puedo contar pero que seguramente vivirás en carne propia. Antes de irse, el inquilino se burló de tus hijos porque, según-él-yo-no-sé-de-dónde-lo-sacó, hablan como vaqueros. Tus hijos, en defensa, se burlaron de él porque no ha visto Paranorman. ¿Es en serio que tengo que intervenir en un conflicto de esa índole? 
En fin, a ver cómo solucionamos este pedo. Es muy cansado tener  que estar todo el tiempo detrás de D y S, tanto que a veces me pregunto si no estaré exagerando.

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