martes, agosto 07, 2012

Ana anda de gira: Día 9

Día 9
Domingo
¡¿Quién lo diría?! Sí me pude levantar de la cama. El malestar del día anterior no desapareció por completo, pero al menos estaba un poco más repuesta. Aunque el Regency Suites no es tan cómodo como el Hampton Inn, como quiera tiene sus detalles lindos, como que incluye cocineta y tiene una salita. Así pues me metí al bañito que tiene un enooorme clóset y me dí un baño reparador. Ya lista bajé temprano a desayunar. Sabía que nos íbamos hasta las 10:30, pero el despertador me avisó que el desayuno se acbaba a las 10 am y quise prevenir. Mi estrategia resultó buena, ya que a las 10 en punto, como ninjas las encargadas se llevaron todo y desaparecieron los alimentos. Sólo dos alcanzamos a desayunar.
El boleto que teníamos era para entrar a las 11 am al Worldof Coca-Cola. Me resulta controversial ir al máximo templo del neoliberalismo y la invasión cultural, pero la verdad la mercadotecnia es muy buena, no no es cierto. Acá resulta que Coca-Cola es uno de los grandes patrocinadores del movimiento gay y que tiene todo un movimiento ambientalista y demás. Quizá sí sea sólo parte de su marketing, pero los recuerdos que movió en mí son entrañables.
Me acordé del sabor de los vasos de vidrio grueso en los que mi abuela materna, Jessie, servía la cocacola. Se me agolparon las imágenes de mi primo y yo robándoles sorbos de la bebida a nuestras madres en una especie de rito de paso a la edad de tomar cocacola y no solo refresco de sabor. Me acordé de la diferencia de sabor que tiene la de envase de vidrio, de botella de plástico, de lata de aluminio. Y me acordé de aquellas retornables familiares que no se conseguían tan fácilmente en los ochenta.
El museo está diseñado de tal manera  que sólo puedes entrar una vez y para salir tienes que pasar por la tiendita de recuerdos. Yo, como buena representante de la familia obsesiva pro-cocacola en la que fui criada, casi me traje media tienda. De introducción hay un corto muy conmovedor, luego pasas por la parte donde intentas descubrir el secreto de la cocacola. Hay una sección de pop-art. Un cinito 4D donde das brincos en la silla, te echan agua en la cara y demás monerías.  Una de historia, otra donde vez cómo se produce, una más en la que puedes probar más de 60 refrescos de todas partes del mundo (no prueben el de Italia, es terriblemente fuerte y amargo). Y por supuesto hay un espacio para recordar comerciales viejos, clásico e inolvidables. Ahí lloré a moco tendido.
Aquí están mis compañeritos probando muchos sabores de referscos y echándole a Iván por su ideología anti Coca-Cola
Como dos horas después me fui enfrente de visita al GeorgiaAquarium. Es un lugar impresionante, está dividido por temas y hay todo tipo de animales acuáticos. Entrando está un área para niños con juegos, toboganes (que de momento están sin agua por solidaridad con la sequía) y muchas atracciones. Hay un espacio como una mega pecera con mantarayas a las que se puede acariciar. Después la siguiente sección cuenta con animales de ríos, principalmente del río amazonas. El diseño es tal que hay como un río que pasa por encima, como si la peceras estuvieran en el techo y nosotros fuéramos peces que nedamos por dentro del río. Había unos lagartos como cocodrilos blancos. Había pirañas y mucha variedad. Luego sigue la sección de animales de zonas frías y había desde pingüinos, focas y nutrias, hasta belugas. En fin, me tocó la gracia de ver a un niño beluga sacudiendo su pene y luego defecando en la piscina. No muy elegante, debo decirlo. Pero los que más me sorprendieron fueron unos cangrejos gigantescos del tamaño de un perro, y no del tamaño de un chihuahua, sino uno grande. Al salir de ahí fui a la zona de los animales de los oceános donde hay tiburones ballena, de esos que muden como 30 metros. También hay otra sección con los animales de las arrecifes de coral. Los animales están hermosos y me sorprendió que en cada sala hay una sección con consejos ambientalistas de conservación. Casi lloro con las muestras de basura sacadas de los océanos. Finalmente vi la peliculita en 3D, no tan impresionante como la del Mundo de Coca-Cola, pero igual me mojaron y me aventaron serpentinas. Yo no los vi, pero dicen mis compañeritos que el show de los delfines es impresionante y de otro mundo. Iván, según las malas lenguas, lloró con ellos.
Las nutrias, un video hecho por Gabriel, igual que el anterior.
Como se hizo ya muy tarde y me dolían los pies, decidí volver a casa y descansar. Tomé el MARTA de vuelta al hotel. El sistema MARTA es la línea de autobuses y metro que comunica a toda la ciudad. Es excelente, está programado con horarios y las líneas te llevan por todos lados.
Ya en el hotel decidí ir al supersito de enfrente a comprar mugrero para comer frente al televisor. Sé que no es el mejor ejemplo, pero el agotamiento mental que traía no me dejó ni conectarme a internet. Simplemente me desconecté del mundo, puse Ley y Orden, unidad de víctimas especiales, en la tele y tragué ruffles de crema ácida y cebolla, dipeadas en queso tostitos. Ya por la noche empecé a ponerme al día con el blog y es fecha que no acabo, pero ya voy, ya voy.
Pueden ver más videos del viaje en el canal de YouTube de Gabriel Gutiérrez:
http://www.youtube.com/user/GabrielToronto2006
Se los recomiendo mucho porque documenta y sube información a diario, además viene más de lo que hacemos día a día.

1 comentario:

Akaotome dijo...

qué rico! yo quiero probar la Fanta de Apple Kiwi