Domingo
¡¿Quién lo diría?! Sí me pude levantar de la cama. El
malestar del día anterior no desapareció por completo, pero al menos estaba un
poco más repuesta. Aunque el Regency Suites no es tan cómodo como el Hampton
Inn, como quiera tiene sus detalles lindos, como que incluye cocineta y tiene
una salita. Así pues me metí al bañito que tiene un enooorme clóset y me dí un
baño reparador. Ya lista bajé temprano a desayunar. Sabía que nos íbamos hasta
las 10:30, pero el despertador me avisó que el desayuno se acbaba a las 10 am y
quise prevenir. Mi estrategia resultó buena, ya que a las 10 en punto, como
ninjas las encargadas se llevaron todo y desaparecieron los alimentos. Sólo dos
alcanzamos a desayunar.
El boleto que teníamos era para entrar a las 11 am al Worldof Coca-Cola. Me resulta controversial ir al máximo templo del neoliberalismo y
la invasión cultural, pero la verdad la mercadotecnia es muy buena, no no es
cierto. Acá resulta que Coca-Cola es uno de los grandes patrocinadores del
movimiento gay y que tiene todo un movimiento ambientalista y demás. Quizá sí
sea sólo parte de su marketing, pero los recuerdos que movió en mí son
entrañables.
Me acordé del sabor de los vasos de vidrio grueso en los que
mi abuela materna, Jessie, servía la cocacola. Se me agolparon las imágenes de
mi primo y yo robándoles sorbos de la bebida a nuestras madres en una especie
de rito de paso a la edad de tomar cocacola y no solo refresco de sabor. Me
acordé de la diferencia de sabor que tiene la de envase de vidrio, de botella
de plástico, de lata de aluminio. Y me acordé de aquellas retornables
familiares que no se conseguían tan fácilmente en los ochenta.
El museo está diseñado de tal manera que sólo puedes entrar una vez y para salir
tienes que pasar por la tiendita de recuerdos. Yo, como buena representante de
la familia obsesiva pro-cocacola en la que fui criada, casi me traje media
tienda. De introducción hay un corto muy conmovedor, luego pasas por la parte
donde intentas descubrir el secreto de la cocacola. Hay una sección de pop-art.
Un cinito 4D donde das brincos en la silla, te echan agua en la cara y demás
monerías. Una de historia, otra donde
vez cómo se produce, una más en la que puedes probar más de 60 refrescos de
todas partes del mundo (no prueben el de Italia, es terriblemente fuerte y
amargo). Y por supuesto hay un espacio para recordar comerciales viejos,
clásico e inolvidables. Ahí lloré a moco tendido.
Aquí están mis compañeritos probando muchos sabores de referscos y echándole a Iván por su ideología anti Coca-Cola
Como dos horas después me fui enfrente de visita al GeorgiaAquarium. Es un lugar impresionante, está dividido por temas y hay todo tipo de
animales acuáticos. Entrando está un área para niños con juegos, toboganes (que
de momento están sin agua por solidaridad con la sequía) y muchas atracciones.
Hay un espacio como una mega pecera con mantarayas a las que se puede
acariciar. Después la siguiente sección cuenta con animales de ríos,
principalmente del río amazonas. El diseño es tal que hay como un río que pasa
por encima, como si la peceras estuvieran en el techo y nosotros fuéramos peces
que nedamos por dentro del río. Había unos lagartos como cocodrilos blancos.
Había pirañas y mucha variedad. Luego sigue la sección de animales de zonas
frías y había desde pingüinos, focas y nutrias, hasta belugas. En fin, me tocó
la gracia de ver a un niño beluga sacudiendo su pene y luego defecando en la
piscina. No muy elegante, debo decirlo. Pero los que más me sorprendieron
fueron unos cangrejos gigantescos del tamaño de un perro, y no del tamaño de un
chihuahua, sino uno grande. Al salir de ahí fui a la zona de los animales de
los oceános donde hay tiburones ballena, de esos que muden como 30 metros.
También hay otra sección con los animales de las arrecifes de coral. Los
animales están hermosos y me sorprendió que en cada sala hay una sección con
consejos ambientalistas de conservación. Casi lloro con las muestras de basura
sacadas de los océanos. Finalmente vi la peliculita en 3D, no tan impresionante
como la del Mundo de Coca-Cola, pero igual me mojaron y me aventaron
serpentinas. Yo no los vi, pero dicen mis compañeritos que el show de los
delfines es impresionante y de otro mundo. Iván, según las malas lenguas, lloró
con ellos.
Las nutrias, un video hecho por Gabriel, igual que el anterior.
Como se hizo ya muy tarde y me dolían los pies, decidí
volver a casa y descansar. Tomé el MARTA de vuelta al hotel. El sistema MARTA
es la línea de autobuses y metro que comunica a toda la ciudad. Es excelente,
está programado con horarios y las líneas te llevan por todos lados.
Ya en el hotel decidí ir al supersito de enfrente a comprar
mugrero para comer frente al televisor. Sé que no es el mejor ejemplo, pero el
agotamiento mental que traía no me dejó ni conectarme a internet. Simplemente
me desconecté del mundo, puse Ley y Orden, unidad de víctimas especiales, en la
tele y tragué ruffles de crema ácida y cebolla, dipeadas en queso tostitos. Ya
por la noche empecé a ponerme al día con el blog y es fecha que no acabo, pero
ya voy, ya voy.
Pueden ver más videos del viaje en el canal de YouTube de Gabriel Gutiérrez:
http://www.youtube.com/user/GabrielToronto2006
Se los recomiendo mucho porque documenta y sube información a diario, además viene más de lo que hacemos día a día.
http://www.youtube.com/user/GabrielToronto2006
Se los recomiendo mucho porque documenta y sube información a diario, además viene más de lo que hacemos día a día.
1 comentario:
qué rico! yo quiero probar la Fanta de Apple Kiwi
Publicar un comentario