miércoles, febrero 08, 2012

Escribiendo

Creo que he dejado patente en más de una ocasión lo frustrante que me resulta el hecho de que los alumnos de primero y segundo de primaria (de 6 a 8 años) en la escuela pública donde Criseida y yo somos maestras de inglés no sepan leer ni escribir. Bueno, salvo honradas excepciones, la mayoría no sabe el sonido que see logra al fromar un par de letras, mucho menos sabe hilar sílabas y formar palabras u oraciones completas.
Tenemos niños que son extraordinarios copistas, pero que no entienden la o por lo redondo. Literalmente. Hoy me tocó el triste caso de un niño que ante la sílaba "to" reproducía como adivinando el sonido /ke/.
En fin, que me resulta un orgullo llegar a casa y encontrar a Diego y Santiago "escribiendo". Ambos están en tercero de kínder, lo cual corresponde a sus 5 añitos y les acaban de entregar hace algunos días su hoja de asignación a primaria. Tendrán que presentar un "examen de admisión" que si lo pasan podrán escoger el turno matutino y si les va mal se quedarán en el vespertino. Vamos bien, pues la prueba trata de escribir su nombre.
Estos hijos míos, no están haciendo ninguna tesis doctoral todavía, pero es evidente que sus respectivos nombres ya los dominan, para muestra bastan sendos murales con los que nos han decorado el baño, además de un par de obras de refrigerador que la orgullosa abuela conserva para no provocar indignaciones a nadie.
Santiago ha hablado muy seriamente conmigo el otro día: "vamos, Mami, no puedeh consehvahlos todos. Algunos tendás que regalar, sino vamos a expotá!" (explotar, no exportar, en caso de duda...)
Por su lado, las obras de diego son como material de "Misión Imposible" y se autodestruyen en un par de días. No me deja encariñarme con ninguna de sus obras, ya sea porque siguen en continua "mejoría" hasta que se aburre y las rompe, o hasta que el mismo soporte ya no da para más y termina por vencerse ante el exceso de ... (pintura, material, tinta, semillas, sopa, papeles, etc... poner aquí lo que su creatividad y la de Diego contemplen).
Como quiera, hoy me tocó escuchar a Diego leer un par de líneas de las advinanzas que la maestra le dejó en la tarea. Hay muchas sílabas que no conoce, pero otras las va induciendo, deduciendo, masticando y alcanzando a comprender. Y siento que la maravilla de la lectura se abre ante nuestros mundos. ¡Quién sabe! Quizá no pase mucho tiempo antes de que ellos mismos nos puedan deleitar con una entrada en este blog. ¿Se imaginan?

1 comentario:

Solete dijo...

Pues es una pena que niños de esa edad no sepan leer ni escribir, mi sobrina tiene 5 años y está en el tercer curso de preescolar (que es como se le llama en España al kinder) y ya lee bastante bien, se lía un poco si hay varios tipos de letras juntas, pero nada más, en la escritura va un pelín peor pero de todos modos ya escribe bastante. Lo dicho, una pena lo de esos niños.

Besos para los cuatro y por fa, pongan más vídeos de los peques, me encantan ;)