martes, enero 11, 2011

Macho macho men

Un querido amigo me manda reflexionar sobre el machismo. Él intenta explicar a jóvenes alemanes cómo se vive en pleno 2011 el machismo en México como una manera de luchar contra este prejuicio que existe en el extranjero sobre este tema en especial. Vaya, que en Alemania y en uno que otro país del resto del mundo se sigue pensando que la mujer está restringida a lo doméstico y que ninguna mujer ha llegado a posiciones de poder. Como comprenderán, el tema tiene mucha tela de donde cortar y desde que nos envió el correo a mí y a algunas otras personas no he dejado de pensar en cómo abordar el tema del machismo, no tanto para explicarlo a un extranjero, sino como mero ejercicio empírico de revisión.
La angustia sobre el tema tampoco es nueva para mí, porque en los últimos meses me he estado espantando de muchas cosas que me ha tocado escuchar en conversaciones de camión y en programas de radio. Pero bueno, el ejercicio, aunque se antoje largo debe ser breve y he aquí lo que más o menos pude figurar.

Por mis destos: Una opinión sobre el machismo en México

La vigencia del machismo
Siento contrariar, no sólo a mis amigos, sino a mí misma, porque en algún momento de mi existencia llegué a pensar que muchos temas, incluyendo el machismo, era algo que nuestro país ya había superado. Hace un año que regresé a vivir a San Nicolás de los Garza, luego de una corta temporada en Houston, me he dedicado a poner más atención en mi entorno cuando viajo en camión urbano. En principio no fue tanto curiosidad antropológica como que mi Ipod se averió y para entretenerme me dediqué a observar a la gente que viajaba junto conmigo. En más de una ocasión me ha tocado sentarme al lado de dos o más hombres que, por alguna extraña razón, sienten la necesidad de gritar cosas bastante ofensivas a las mujeres que ven esperar en la banqueta cualquier cosa: cruzar la calle, una ruta de camión diferente, un taxi. Los comentarios, la mayor parte del tiempo, están muy subidos de tono y hacen referencia a los atributos femeninos o falta de ellos. Al principio pensé que era un caso aislado y propio de alguna clase social con poca oportunidad de educación, pero poniendo atención a la plática entre los interlocutores me di cuenta que esta actitud no es privativa de ningún sector, ya que lo mismo son estudiantes de la Prepa 7 que de alguna facultad de la Uni, que vendedores de cambaceo o buenos para nada.
Y me parece que está muy vigente dado que uno de los programas radiofónicos con mayor raiting en el radio es EL SHOW DEL CEPY BOY que es una sarta de pelagateces en las que invariablemente se coloca a la mujer como objeto sexual siempre al servicio y deleite de los hombres. El Cepy Boy, quiero decirles, tiene una frase característica que es "ssssssssssikita mamá" y luego le pega a la mesa para simular que como la tiene tan grande y se ha excitado pues le pegó sin querer a la mesa. En el siguiente video, pueden ver en el segundo 0:26 que el locutor se agarra los destos y dice "TOMA TU PREMIO". Más adelante, en el minuto 2:23, el Cepy Boy toma una llamada y le empieza a hablar sexy a la chava y le dice "yo también extraño tu partida" comentario con doble intención que no tengo ni que explicarlo.

OK, el machismo todavía existe. Los hombres aún consideran a las mujeres un objeto de posesión. Ok, ok. Lo que yo todavía no me explico cómo es que algunas mujeres encuentran divertida la dinámica. No todas, pero sí algunas. En lo personal, siento HORRIBLE cuando tengo que bajarme antes que ellos porque, por lo general, estos grupitos van sentados en la parte de atrás del camión, y ahora con la regulación de la Tarjeta Feria, todos los usuarios tienen que descender por atrás. Yo siento HORRIBLE. Siento bien raro, siento que me van a ver, me van a escudriñar y van a decir, cuando me baje, algo muy obsceno sobre cualquiera de mis virtudes o defectos. Me ha tocado ver mujeres que se les enfrentan con un "ya cálmense, ¿no?" y me ha tocado algunas que les gritan desde afuera que se bajen y les repitan en su cara lo que dijeron. Y bueno, también está toda esa bola de groupies del Sepy Boy que llama nada más para que las alburee.

La mujer fuera del ámbito tradicional
Pero no todo es tan tremendo en México, claro que no. Somos un muy mediocre país heterosexista y heteronormativo en donde se favorece el rol de género. Además de todo, somos un país con tremendas crisis económicas que obligan al más macho de los machos a reevaluar su machismo en aras de un mejor presente. La incursión de la mujer en el terreno laboral es cosa nueva. También en la política, baste recordar que el voto femenino empezó APENAS en 1953, es decir, la participación electoral de las mujeres en México tiene la edad de mi madre. Además de la evidente falta de clase política que tenemos los mexicanos, no hemos podido ni siquiera imaginar que pronto llegaremos a tener a una mujer en la presidencia. Yo sólo quiero recordarles que Chile, Nicaragua, Panamá y ahora Brasil ya han tenido mujeres en la posición de más alto poder político. Hace un par de años, cuando Hillary Clinton y Obama contendieron para ser candidatos del Partido Demócrata, una señora que atendía un puesto de tacos en la colonia Florida en Monterrey, muy docta en política, declaró que ella no votaría por una mujer porque ella pensaba que esas cosas no se habían hecho para nosotras.
Hace algunos años tuve la oportunidad de estar en un par de clases con el escritor Eduardo Antonio Parra, como eran las primeras clases, me tocó estar justo cuando asignó la lista de lecturas en las cuales no figuraba mujer escritora alguna. Nunca falta la feminista entre las butacas y nunca falta la discusión originada por la pregunta: "¿y por qué no incluyó escritoras mujeres?". La respuesta que dio el escritor fue muy interesante. En principio de cuentas, dijo, porque no encontraba en ninguna alguna técnica digna de enseñarse, pero luego se desistió y entonces incluyó a Virginia Wolf. Esto aplacó a algunas pero inquietó a otras, ya que, por ser todos hispano hablantes, tal vez hubiera sido más acertado alguna española o latinoamericana. Parra, en algún momento, se deslindó del machismo y dijo que él no iba a incluir lecturas por cuota, que él no era machista, que él sí leía escritoras aún y cuando algunos colegas consideraran eso una pérdida de tiempo y que, sobre todo, las peores enemigas de las escritoras no eran los escritores, sino LAS LECTORAS!!!! "Ellas siempre prefieren a los hombres, no compran la literatura de las mujeres", dijo.

Mi macho mexicano interno
Todos tenemos un macho mexicano interno, creo. En lo personal tengo el reto de criar dos niños feministas. Apenas tienen 4 años, de manera que no puedo decir casi nada respecto al resultado. Yo sólo sé que es muy duro tratar de enseñarle a un niño a que exprese sus emociones cuando el resto del mundo insiste en otra cosa. Vestir con ropa de niño o con ropa azul a una niña parece no ser tan grave como vestir a un niño con ropa de niña y de rosa. Que una niña juegue con carritos y pistolas parece no ser tan grave como cuando mis hijos quieren colgarse una bolsa o jugar con alguna muñeca. Han tenido serias discusiones cuando pasan a concursar con algún payaso y les dan un tonto carrito en lugar de unos trastecitos que les llamaron más la atención. Hay un severo temor en que el niño no se logre... las niñas casi siempre son lo de menos.

Este es el escrito más breve que logró: Criseida/32/de Monterrey/radicando en San Nicolás de los Garza/escritora y activista.

2 comentarios:

Patapan dijo...

Hola! Me ha parecido interesante la entrada de hoy. Yo vivo en Panamá y si tengo que dar mi opinión sobre el machismo que veo por aquí, no podría ser tan comedida como tú. A mí me pone enferma cuando vas por la calle y los hombres te saludan, silban, que si buenos días, que si qué tal estás, que si guapa... deseo con todas mis fuerzas insultarles pero eso no serviría de nada.
Considero que el trato que reciben las mujeres con esa sarta de estúpidos comentarios es denigrante y humillante. ¡Cuánto me gustaría desnudarles a ellos en público, que se sintieran humillados y tratados como un mero objeto! Hay un locutor de televisión de no sé qué programa de deportes que tiene una sandez de frase cuando la cámara enfoca a las chicas que están en el campo, "¡ay las niñas, las niñas, cómo están las niñas!". Y claro, ese programa lo verán cientos de personas, con ese ejemplo qué esperamos.
Y aún me entristece más cuando te dicen, sobre todo mujeres, "ay, alégrate que te digan cosas porque cuando no te las digan hay que empezar a preocuparse"... ¿preocuparse por que un grupo de desvergonzados desconocidos no te digan absurdeces? Me pregunto por qué será tan común este comportamiento en Panamá... ¿será la cultura, el calor, la posición geográfica, qué será, será...?
Y luego también la eterna diferencia del rosa y del azul en las niñas y niños y los juguetes tan diferenciados, la preocupación de con qué juegan y mil absurdeces más.
No me enrollo más pero es que este tema me saca de mis casillas.
Enhorabuena por tu familia.
Saludos.

Akaotome dijo...

Así es. También me ha tocado escuchar el comentario de que "preocúpate cuando te dejen de decir cosas".