Tenemos un hijo muy exigente, perfeccionista y profundamente intolerante a la frustración. Hoy fue el festival de Navidad de la escuela y resulta que a la hora de salir a bailar, a los compañeritos de Diego y Santiago les colgaron unos cascabeles en las manos que fue una novedad terrible para Diego, ya que fueron el distractor para que el resto de la cuadrilla no iniciara el bailable COMO IBA. Al menos eso le explicó Diego a su Mami luego de un show en el que se tiró al piso, lloró y no quiso bailar. Mami, un poco decepcionada de que esto ocurriera debido a que ya no estaba pasando, le dijo a Diego que el problema no era que él se supiera los pasos y el resto de los niños no, sino que él por estar llorando víctima de su perfeccionismo se perdió de bailar. Total, cuando ya Ana y yo nos habíamos resignado a que por el "berrinche" de Diego nos íbamos a regresar a casa sin la satisfacción de verlo bailar, en un verdadero espíritu navideño el director dijo que los alumnos de pre escolar querían repetir su participación. A mí casi se me salen las lágrimas, sobre todo porque Ana tuvo que mover cielo, mar y tierra para poder ir al festival.
Los dejo con "El niño del tambor". Noten que el resto de los niños ya estaba un poco acelerado y Santiago andaba de bully, pero Diego súper concentrado, dejando ser a los demás y dedicado a bailar como él sabía que iban los pasos.
FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!!!
1 comentario:
Un abrazooo, me encantan sos niños ¡¡
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