miércoles, abril 08, 2009

Secretos de alcoba IV

Este espisodio tuvo lugar hace casi tres semanas, pero con los posts pre programados hasta hoy le tocó salir...
Está oscuro, muy oscuro, como corresponde a la una de la madrugada. Llegué del trabajo a las doce y cuarto después de tomar un taxi como último recurso tras haber esperado paciente e impacientemente un camión en la parada que decidió nunca pasar. Me senté en la compu un rato a jugar solitario para relajarme, ya que ni el privilegio del Internet me queda.
Finalmente entré agotada y dispuesta a dormir, sin querer pensar en el agobio de madrugar al día siguiente para ir al kinder a dar la clase de inglés. Apenas abrí la puerta, un resorte o mecanismo descompuesto en la cabecita de mi hijo lo ha hecho emerger de las cobijas en un semi-delirio que me hizo dudar, si estaba despierto o es sonámbulo.
Se talló los ojitos, como tratando de enfocarme, para quitarse el también la duda de si soy un sueño o es verdad que me he decidido a pasar por casa.
Un impulso me arremetió a hincarme junto a su camita y emocionada le pregunté:
-- ¿Cómo estás mijito?
Corrió a abrazarme y me abrazó como koala, su estilo favorito, envolvente con brazos y piernas. Me dio un beso. Hubo un silencio. Respiró. Me olió, y una vez que estuvo seguro que era yo, me dijo, todavía con voz ronca y adormilada:
-- Mien.
-- ¿Cómo te portaste?
Otra pausa, pero más breve, en la que supongo que trató de escoger las palabras que mejor describieran la situación.
-- Mien. La Abuela me gañó. No me deja pegale la piñata. La piñata de mi fiesta de Tigger tiene dushes. Mi Güelita no quieh-re que yo pegue a la piñiah-ta.
Su pronunciación es variable según la oración, a veces entrecorta las palabras y hace unos breves suspiros, como el niño con asma en Malcom el de en medio. Me pregunté si me quería decir lo que estaba diciendo o lo habría estado soñando. La fiesta de Tigger no fue la suya, sino la de un amiguito de COMALES un par de semanas atrás. La Abuela no estuvo en esa fiesta, y no podría serle más inclusive si Diego le pega o no a las piñatas.
-- ¿Querías pegarle a la piñata en la fiesta de Tigger, Diego?
-- No, mi Güelita no me deja.
Silencio. Todavía seguíamos abrazados.
-- ¿Ya llegaste de trah-bah-jo, Mami?
-- Sí, Miamor. Y ya es hora de dormir.
-- ¿Me voa normí, Mami? ¿Y tu, te vas ah normí, Mami?
-- Sí, Diego—lo solté y lo coloqué en su lugar en la cama. Me dirigí a la mía para empezar a tenderla porque ese día hubo cambio de sábanas.—Primero voy a tender mi cama.
-- ¿Eh la cama de Mamá, Mami?
-- Sí, Diego, también es la cama de Mamá.
-- Mamá ejtá de viaje.
-- Sí, está de viaje, pero nos quiere mucho.
-- Yo tamié la quiero mucho a-Mamá, Mami. Y la etraño.
-- ¿Extrañas a Mamá, Diego?
-- Sí, tamié la Güelita y Güelito y Tati eh-trañan a Mamá.
Por poco me río en su cara imaginando al Abuelo extrañando a Crix.
--Yo moa dormí, ¿pero me das agua, Mami?
Recogí su vaso y lo fui a llenar de agua. Se lo entregué en la manita y lo volví a acomodar. Me fui a seguir tendiendo la cama, pero más pronto se volvió sentar él y me arremetió con más preguntas.
-- ¿Ete eh cuarto Mamá? ¿Y de Mami?
-- Sí, Diego, es el cuarto de Mamá y de Mami, pero también es de Diego y de Tati, porque aquí está también su cama. Todos tenemos un cuarto.
-- Mamá ejtá de viaje.
-- Sí, Diego, Mamá está de viaje. —Y eso que este es el hijo no repetitivo. Mientras yo seguía en una eterna danza con mi cama, de un lado al otro. Iba y venía. Venía e iba otra vez. ¿Han notado lo difícil que es tender una cama matrimonial sola?
Silencio reflexivo. Calma antes de la tormenta. Tensión que se acumula.
-- Yo no tengo papá. Ejtá mié. Tengo Mamá. Y tengo Mami. Y Tati. Y Güelita y Güelito.
-- Sí, Diego —intenté ocultar mi cara de sorpresa y agregué: --Tienes dos mamás. Una Mamá-Mamá y otra Mamá-Mami.
--Y hejmano Satiago.
-- Y Abuelo y Abuela y muchos tíos y tías y primitos que te quieren mucho, Diego. Mucho, mucho.
--Y Tío Mané. Y Tía Edva. Y Tío Enando. Y Mamá de Lucy. Y Tía Ikché.
Finalmente terminé de tender la cama. Y pude ponerme la pijama mientras enumerábamos juntos al club de fans de Diego.
-- ¿Vas normí, Mami?
-- Sí, mijito, ya es hora de dormir.
-- Y Mamá, de viajeh, ¿va dormí?
-- Sí, precioso, allá también es de noche donde está Mamá y va adormir ya.
-- ¿Con quié dueh-me Mamá de viaje?
-- En su cama, bebé. Mamá tiene una cama allá para dormir.—No me atreví a confundirlo tratando de explicarle lo que es una rumi* a un niño de dos años.
-- Ah.
-- Buenas noches, Diego.
-- Mehnas noche, Mami.
-- Te quiero mucho, Diego.
-- Yo tamié, Mami.—me sopló un besito desde su cama y se acomodó a dormir.
Estoy segura que muchas personas no darán crédito a esta conversación. Me cuento entre ellas. Decidí guardarla en mi memoria (escrita porque la real es de teflón) porque creo quizás sea parte de un sueño. Sólo tiene dos años y no puedo explicarme cómo lo logra. En mi defensa, tengo testigos de su maravillosa elocuencia, como los mencionados Tí@s en su lista de quereres.
Espero muy pronto tener los medios para grabarlo y que de verdad queden pruebas irrefutables. ¡Nuestro hijo dice unas cosas sorprendentes!

*rumi: roomate, compañera de habitación para dividir costos de hospedaje.

6 comentarios:

Lenchas Inc. dijo...

¡Oh Dios mío! La verdad es que ando muy sensible, pero esa conversación tan abierta que tuvo Diego contigo me sacó un nudo en la garganta.

Él admitió que extraña a su mamá, que la quiere y que se preocupa por ella en tan pocas frases. Un verdadero ángel.

Un abrazo para los tres,

Lisa

P.S. Y uno más para Crix en "Jiuton"...

Anónimo dijo...

La verdad es que yo todavía no me explico de dónde saca las palabras para expresar toda su emotividad, y aún así se queda corto!!!

AC dijo...

Como si no tuviera ya suficiente crush con Diego vas y escribes esto... Dile que su tia Ikché lo adora tambien.

Lu dijo...

Hermosos sus hijos...
Definitivamente... hay hijos maestros..
Saludos..
LU

Anónimo dijo...

Es la primera vez que entro a vuestro blog pero estar bien segura que no será la última.
Que conversación tan preciosa :) y que hijos tan bellos.

Me encantó éso de que a una mamá la llamen mamá y a la otra mami.


Un saludo /// Eva.

Otra Cereza dijo...

jajaja que hermoso, tus niños son divinos, y esa cnversación es demasiado tierna!!!! yo si te creo que mantenga una conversación cómo esa... mi niño tiene 2 añitos y 9 meses y me sorprende mi misma todo lo que dice!

Un beso!