miércoles, enero 22, 2014

Santiago y el bullying

Pese a muchas discusiones entre Ana y yo, Ana y los abuelos y Ana vs. el resto del mundo, esta familia es pacifista. O sea, Diego y Santiago no han sido educados con el típico "si te pegan, se las devuelves". El carácter explosivo de Diego previene que la gente se meta con él, pero desde el kinder hemos tenido la queja de que "Santiago no se defiende". Y el bullying no es homofóbico, ni porque su familia tenga dos mamás, sino porque a Santiago le gusta jugar físicamente o como dirían las mamás "le gusta jugar tosco". Llega un punto en el que las cosas suben de tono y se vuelve blanco de golpes que ya no son tan en juego. Ahí es donde vienen las opiniones sobre lo que Santiago debería hacer y todas apuntan hacia golpear al niño de regreso. Ana ha sido muy enfática en cuanto a que encuentre otra manera de defenderse y fue así como terminamos diciéndole que a veces quitarse de enfrente, esquivar el golpe o simplemente alejarse del agresor puede ser una forma de evitarse esos problemas.
Pero Santiago sigue disfrutando el juego rudo y sigue sacándose uno que otro golpe de uno que otro niño. En una de esas, sin que Ana me oyera, le pregunté a Santiago que por qué no hacía caso de todos los consejos que apuntaban a que le regresara el golpe a los que lo molestaban y él muy sincero dijo: "Es que no sé qué siento cuando les pego, son mis emociones y no las puedo controlar". Yo sólo le contesté que buscara una solución a eso. Entonces al día siguiente, con algo de timidez, Santiago me informó que ya lo había resuelto: "Mira, Mamá... mejor me conseguí un guardaespaldas". Y yo me reí y le dije: "¿Ah sí? ¿Quién es tu guardaespaldas?". Y muy pícaro me contesta: "Nahomi". Abrí muy grande los ojos, sin entender. Entonces me explicó: "Si José Antonio quiere pegarme tendrá que vérselas con Nahomi, pero José Antonio no puede pegarle a Nahomi y de todas maneras Nahomi está muy grande y es más fuerte que yo y que José Antonio".
Confieso que yo, en el fondo, sí contemplaba la opción de que Santiago se agarrara a moquetazos al tal José Antonio, pero francamente me sentí mucho muy contenta de que pusiera a trabajar su mentecita y conciliara las exigencias de todos: de que se defendiera, de que no se dejara, de que no fuera violento, de que no pegara. Y a final de cuentas se quitó de enmedio y a final de cuentas le dio la vuelta a la situación para que no le generara conflictos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece muy mal. El chico tiene que aprender a defenderse en la vida. Hoy son peleas en el kinder, mañana quién sabe qué le pueda tocar, y él tiene que estar preparado... por lo menos, en mi opinión.

Unknown dijo...

Creo que tienen un niño muy inteligente que ya procesa su lugar en la vida y no Deja que loa Componentes a su alrededor alteren su forma de ser sin dejar de lado su Formación.

Anónimo dijo...

Es criarlo con el estereotipo de que »blandito, suavecito« por ser criado por dos mujeres. A mi parecer que sepa defenderse a golpes es necesario no para que lo haga de base, pero si por algún día lo necesitas, sepa defenderse y aplicarlo.