El día de hoy decidimos bajarle a la intensidad. Fuimos a mediodía a comer tacos en el centro de Coyoacán y después llevamos a los chicos la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles. El lugar estaba un poco retirado del centro. Así que al pasito nos fuimos acercando. Aprovechamos para tomarnos algunas fotos con los arbolotes que hay por el camino.
Nunca habíamos caminado por Francisco Sosa y la verdad fue una experiencia bonita. Al final, casi rayando la una de la tarde, llegamos a la Casa de la Cultura. Toda la idea era desquitarnos un poco de no haber visto la función de títeres a la cual los quería llegar. Resulta que hoy, por ser Día Internacional del Teatro, estaban dando funciones desde las 11:00 am. Obviamente, mucha gente llevaba instalada en las butacas desde esa hora, así que los niños fueron los únicos que pudieron disfrutar de la función.
Al terminar, Diego se puso a llorar porque pensó que lo habíamos abandonado. Ana pensó que los chicos ya estaban muy saturados y optó por llevarlos de regreso a casa a que pasaran una tarde tranquila. Creo que Anita tenía razón, pues según cuenta Diego se durmió desde las 5:00 pm y es hora que no despierta, así que seguramente hasta mañana. Santiago me esperó despierto hasta que regresé porque yo acompañé a mi madre a un concierto de música yucateca. Claro, el muy bribón hizo que Mami marcara a las 8:00 de la noche para encargarme una dona.
P.D Me olvidaba de decir el nombre de la obra de títeres.
¡TATI DE CABEZA!
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