Los días

Los días se van ensartando uno tras otro y van llenando el calendario de fechas pasadas. El tiempo invariablemente tiene que seguir su curso me satisfaga o no. Me encuentro a mi misma nuevamente con horas que llenar de conversaciones conmigo misma en el transporte público. De pronto hay cosas que me platico que ni yo quiero escucharme. Me cuento secretos y me lleno de mí. Siento una melancolía muy grande, una tristeza infinita: no tengo con quien despedazar cada pensamiento que pasa por mi cabecita loca. Por años y años y años, ahí estuvo Myrna, mi mejor amiga, pero ahora la distancia y el tiempo y no sé cuántos factores más lo han hecho "complicado" por llamarle de alguna forma. También estuvieron Manuel y Elva, pero nuevamente la distancia se interpone y es muy complejo mantenerlos al día. Denise, Raquel, Marlene quisiera contarles, pero siento que les parecería poco menos que aburrido. Y obvio cualquiera que lea esto (y no esté felizmente casada) preguntará y por qué no platicar con la persona obvia y lista y presente para ello: Criseida. Porque la pobrecita está ya tan sobresaturada de mis elucubraciones y pendencias con el mundo que la tengo al borde de la locura.

La escuela de Diego y Santiago es un factor de estrés muy fuerte ahora mismo. La situación en casa es muy complicada compartiendo un espacio tan pequeño con más de 11 habitantes. El tiempo y el dinero (sobretodo el dinero) parece que no rinden como deberían. El Queermóvil ha hecho un gran agujero en nuestros bolsillos. El cuarto de los niños parece imposible de arreglar (porque todavía es primordialmente bodega de las pertenencias que teníamos de hace 6 años cuando vivíamos aquí antes). La gatita se come todo lo que no debe. Las maestras parecen no captar que ambas madres tenemos trabajos que nos ocupan tiempo completo. Criseida siente que no tiene tiempo para terminar la novela que tiene que acabar en menos de un mes, además de que con las exigencias de la escuela de los niños batalla para atender las clases que ella misma da. A mi el CONACYT me pide una acta con mi promedio final y la UDEM parece no tener claro lo que necesito y menos parece tener ánimo de terminar mi trámite a tiempo para entregar dicha carta.

A veces sólo me dan ganas de que sea 1995 y poder tomar el teléfono y hacer una llamada local a alguien que quiera escucharme una hora entera sin preocuparse de otra cosa. Todavía no tengo teléfono aquí (ni celular, ni local), usamos el de mi tía en caso de emergencias. NECESITO una amiga URGENTE que me aguante una hora de quejas. ¿Alguna voluntaria?