domingo, agosto 19, 2012

Día 23

Me siento abandonada por mi esposa. Pero bueno, por fortuna la gente no me ha dejado morir en el DF. Hoy fuimos a visitar a Denise. En realidad no hicimos gran cosa más que pasear un rato, estarnos en el hotel, ver una película, intentar ir a Wal Mart y finalmente hacer uso de las instalaciones del hotel donde se hospeda para bañarnos todos de un jalón. La broncas con los baños nos persiguen y no sé por qué. ¿Habremos sido dueñas de una presa en otra vida y habremos matado de sed a pueblos enteros? El punto es que aproveché para bañar a Diego y Santiago que mañana entran a la escuela. Creo que yo estoy más ansiosa que ellos, de hecho creo que todo este asunto del regreso a clase me estresa más a mí que a ellos.
Ellos se la han pasado cantando la canción que dice: "hoy me miré al espejo y me di cuenta cuánto crecí, me parece que ya es tiempo de decir adiós jardín".
Trataré de mantener mi mente ocupada y menos ansiosa. Creo que esto de ser mamá de tiempo completo sin ninguna clase de ayuda es algo padre, pero siempre sirve tener con quien consultar las cosas. Falta exactamente una semana para que Ana regrese. Ya pronto podremos tener rutinas, ya pronto nos sentiremos más dueños de la situación. O bueno, al menos yo, porque Santiago y Diego parece ser fuertes como robles y flexibles como bambús. Tal vez sea la edad, pero la verdad aunque hablan mucho de Monterrey no parecen estar en ningún drama y se sienten queridos (o se dan a querer, más bien) por la gente que los rodea.
Qué más quisiera yo que tener todo bajo control y en completo orden, pero la verdad no está dentro de mis capacidades. Debería conquistar esa "debilidad" y sí, creo que poco a poco puedo hacerlo.
Mañana tendré unas cuantas horas para hacer trabajo, diligencias, mandados sin tener que acarrear a los bodoques que se pasean por el DF como Juan por su casa.
Ya mañana ellos les contarán cómo les fue en su primer día en la primaria.

No hay comentarios.: