Día 8
Sábado. Y completé la primer semana.
Sobrevivimos todos.
El sábado me levanté como desde las 6 am porque la verdad al
regresar del bar el viernes me quedé viendo la tele y ya no pude mover un dedo
para hacer la maleta. Así que la hice a la carrera procurando no olvidar nada.
Me bañé y arreglé tan rápido como pude, luego bajé a desayunar y traté de
disfrutar por última vez los buenísimos desayunos que ofrecía el hotel. Además
me robé una de las bolsas de free breakfast que ofrecen para los huéspedes y la
eché en la mochila para no sufrir hambre en el vuelo. Me encantó demasiado el
Hampton Inn y creo que tuvimos mucha suerte de estar ahí aunque hayan estado
remodelando el lobby y haya sido un caos encontrar lugar para desayunar.
Mi prioridad, una vez que estuve lista, era encontrar
estampillas porque quería mandar las postales que compré el día anterior.
Quería que llevaran el sello postal de Washington. Pienso mandar una desde cada
ciudad que visite. Así que aunque teníamos que estar abajo como a las 8:30, yo
estuve ahí desde las 7:30 am. Pedí estampillas en el front desk y no tuvieron.
Me mandaron a una tienda de chinos que quedaba como a dos cuadras. Llegué y
resultó que no abrían sino hasta las 11 am. Fui a otro hotel que estaba cerca y
tampoco tenían ya estampillas. Finalmente fui hasta la farmacia CVS y sí
tenían. Ya que hice la fila y estaba por pagarlas resultó que la planilla
costaba $9 y yo sólo llevaba $8.25. Gran decepción tuve que caminar de vuelta
al hotel y poara ese momento ya estaban todos ahí esperando y a punto de
partir.
Lo bueno es que en el aeropuerto fui a un currency Exchange donde
pude comprar las estampillas y mandar las postales. Así que las envié just
safe.
Partimos hacia Atlanta en Delta Airlines. El vuelo sólo fue
una hora y cuarto. Me tocó hasta la parte de atrás en el avión, así que
prácticamente me fui sola. Me comí mi muffin con juguito, porque lo bueno de
los vuelos gringos es que todavía te dan juguitos. Es más hasta cacahuates me
dieron. En Vivaaerobus no te dan ni las gracias.
Llegamos al hotel como a las 2 pm y sólo 3 pudieron pagar.
Los demás tuvimos que esperar al siguiente turno. Quedamos de vernos a las 3 pm
para salir a pasear. Manuel se fue con un amigo que vive en la ciudad y Gabriel
partió por su lado. Nos quedamos juntos Rodrigo, Iván, Mike, Liz y yo. Por
azares del destino, o sea la mala lectura de mapas de Mike, caminamos 7 cuadras
en la dirección equivocada y tuvimos que volver por donde veníamos. Luego a
Lizeth se le ocurrió la gran idea de caminar de regreso, aunque había una
estación de metro cerca. Cuando habíamos regresado al punto de partida decidió
desertar. Muy mal. Los demás seguimos, valientes que somos y caminamos las
otras 7 cuadras que faltaban para llegar al punto donde deberíamos de doblar a
la izquierda. A partir de ese punto todavía tuvimos que caminar como 5 cuadras
más. Ahora bien esta es una ciudad llena de subidas y bajadas como colinas.
Comimos en un restaurante estilo bar de deportes, de esos
pocos en los que todavía se puede fumar. Comida bastante rica. Yo comí pollo a
la búfalo con blue cheese.
Luego llegamos al centro comercial que está al aire libre y
es como un gran complejo de varias cuadras con muchas tiendas. Todo de súper
buena calidad, ordenado, lindo. Bonito, bonito. Los chicos no pudieron
resistirse y se compraron camisas y otras cosillas. Yo sólo compré un regalito
para Rodrigo porque su cumpleaños estaba próximo.
Volvimos nuevamente a pie al hotel. Toda la travesía me fue
extenuante. Quedé molidísima. El pie izquierdo casi me revienta. Habíamos
quedado de vernos en el cuarto de Mike para tomar unos drinks. La verdad es que
yo apenas llegué a mi cuarto, me caí en la cama y ya no supe más de mí. Si no
hubiera sido porque una hora más tarde ellos me marcaron para saber dónde
andaba, no me hubiera despertado.
Me sentía deshidratada, cansada, mareada. Creo que me
extenué y me bajó la presión. Así que me preparé un te y me quedé en la cama
hasta sentirme mejor. No me volví a parar hasta la mañana siguiente.
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