Las Dos Mamis: Activismo Virtual: Día 4

martes, julio 31, 2012

Día 4

Anita:

Hoy es el día 4. Creo que contando días pasan más despacio. Ayer Diego se apagó como desde las 6 de la tarde. Se quedó dormido en la silla de Goya, así que por piedad lo pasé a la cama. Como a las 7, Santiago pidió palomitas y se las hice. Intentamos despertarlo pero no quiso. Como a las 8:30, cuando ya vi que era un tronco, lo dejé dormido y me fui con Santiago al súper. Compramos una barra de pan, 100 gr de jamón, unos macarrones con queso porque Santiago ha estado jode y jode con que quiere comer eso. Carne molida, una papa, una zanahoria, un paquete de papel de baño y chorizo. Regresamos y Diego seguí en coma. Alrededor de las 9:30 se despertó, pero la única actividad que realizó fue rascarse y volverse a acomodar. Mi spider sense me indicó que el molote no se iba a mover de ahí hasta mañana, así que no me quedó más remedio que invitar a Santiago también. Fue terrible nuestra noche. Todo el tiempo estuve despertando porque si no me pateaba uno, el otro me atestaba un manazo. En algún momento de la madrugada, Diego me despertó porque tenía frío. Santiago se había salido de las cobijas y no dejaba que las estiráramos.

Tuve el sueño bastante liviano pero en la mañana en algún punto yo me relajé y a las 10 am cuando Santiago me despertó, me di cuenta que Diego ya se había escabullido con los primos. Total, bañé a los hijos, lavé una poca de ropa y después de la comida decidí ir a un Centro Movistar a cambiar mi número. El trámite es realmente sencillo pero en ese momento no tenían chips. Me mandaron a la sucursal del Centro Histórico que está en Francisco I. Madero, en la plaza que se llama precisamente Madero. Según mis cálculos el metro Allende era el más eficaz, así que me enfilé con los tiagos a Villa de Cortés. Nos bajamos y como es mi costumbre, agarré para un lado que no era. Fue así como tus hijos fueron a darse un baño de pueblo al mercado de la Lagunilla. De hecho, reconocí el rumbo porque pasamos por esa calle donde venden puro mueble. Como ahí sí me ubiqué, les dije a los huercos que si querían oír mariachis. Para mi sorpresa, Santiago fue el más apático al respecto porque él no veía caso a estar nada más caminando y caminando y que ése fuera el único paseo. Le dije que no se estuviera quejando, que las cosas se iban a hacer como Mamá quisiera porque ellos seguían castigados y que parte de su castigo era acompañarme a donde yo quisiera. Diego se puso a bailar en un despliegue de su antigua personalidad.

Luego nos fuimos caminando por todo el Eje Central hasta Madero. Al salir del Centro de Atención, vimos un museo que se llama Palacio de la Cultura (que es el Palacio de Iturbide). Diego como que se estaba relajando pero Santiago no estaba del todo convencido. Le gustaron las chivas colombianas y se asustó con una máscara roja gigante. Ya habíamos terminado de dar toda la vuelta al tour cuando Diego quiso volver a empezar. Estuvo bien porque justo en ese momento comenzó una visita guiada muy peculiar. Una mujer disfrazada de catrina empezó a cantar, los dos de inmediato se quisieron quedar. Y la verdad estuvo bastante divertido todo. Muy buen guion de visitas y hubiera querido llevarte cuando volvieras pero hoy fue el último día de esa exposición, creo que cambian para el otro mes. Al finalizar, nos pasaron a servicios educativos para que trabajáramos con barro. Cabe destacar que tus hijos se llevaron todo el show y la catrina les reveló el secreto: Diego es un derivado de Santiago. Ellos como que no lo creyeron.

Santiago hizo a Pegajoso y a Fuego Derretido (o yo qué sé), personajes de Ben10.

El autor se negó a posar con lo que quedó de su obra.

Diego se estuvo haciendo pendejo hasta que hizo una Paleta Payaso, que al final destruyó, claro:

No se ven los detalles de donde alguna vez hubo una paleta Payaso en barro. El sujeto también porta un jugo que les compré porque todos estábamos súper deshidratados de tanto caminar y caminar.

Y Mamá... bueno, ya sabes cuáles son las habilidades de Mamá.