jueves, mayo 31, 2012

¿No? ¿Neta? ¿A poco?

En días pasados fuimos a una especie de sesión de preguntas y respuestas con Beatriz Gutiérrez Muller, la esposa de Andrés Manuel López Obrador. No es una sorpresa para nadie que Ana y yo pensamos que estas elecciones son muy delicadas y no es tiempo para andar intentando colapsar el sistema con el voto nulo porque está más que visto que este pedo está más que vendido.
Ana y yo simpatizamos con la trayectoria política del Peje y nos pareció acertado ir a conocer a la virtual Primera Dama de México. La señora es muy sencilla, muy guapa, elegante y tiene un peculiar talento de esquivar las preguntas que no quiere contestar. Ella, a la Michelle Obama, se inclina por un perfil más discreto y prefiere no llamar mucho la atención de la prensa. No como otras!!!! Verdad Martita Sahagún??????????
En fin. En el evento con la caracterísitca sobriedad de los eventos del PRD únicamente sirvieron refrescos y hojarascas. Mientras tomábamos el refrigerio, las asistentes que en su mayoría éramos mujeres se dedicaron a hablar de rumores, dimes y diretes de nuestra muy pobre clase política: El miedo al comunismo, el paralelismo de AMLO con Chávez, el populismo, el reparto de la riqueza nacional, la privatización, la expropiación y bla bla bla. Otra tanda de preguntas tuvo que ver con las propuestas de Andrés Manuel y muy pocas en sí con el papel de Primera Dama. 
Sin embargo, Ana sí quiso preguntarle algo. Quiso preguntarle sobre su paralelismo con Michelle Obama (hace un par de días la Primera Dama de USA declaró no tener aspiraciones a ocupar cargos políticos). Y la segunda pregunta que le hizo fue relacionada por completo a nuestras necesidades como comunidad de madres lesbianas. De resultar electo su marido, ella tendría que ocupar el puesto de Primera Dama. Las funciones de la Primera Dama en nuestro querido país es nada menos y nada más que ser la cabeza del DIF. Ese ente monstruoso que lo mismo tiene buenas intenciones pero que a la vez tiene adjudicados uno que otro milagrito. Ana le preguntó que desde el DIF cómo garantizaría un trato equitativo a las familias diversas, en especial a las madres lesbianas a las que el DIF sistemáticamente les quita a sus hijos por lesbianas.
Beatriz Gutiérrez abrió los ojos y se sorprendió. Dijo que no tenía idea de que eso pasaba con el DIF y con las madres lesbianas pero aseguró que con ella no pasaría eso, que era terrible.
Independientemente de la reacción, me dio por pensar algo: Nosotras pensamos que la discusión está muy avanzada en cuanto a los derechos como familia homoparental, pero no es cierto. Hay gente que está vinculada con el poder que no tiene idea de nuestras necesidades y hablar de ellas, tal cual salir del clóset, siempre es empezar de cero y empezar desde el principio.
Eso es lo que nos toca hacer. Todos los días. Con todas las instancias. Con todos los representantes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cuenten conmigo! Yo soy heterosexual, pero respeto y deseo que mis amigos que no lo son tengan los mismos derechos. Sobre todo, el de ser madres. Porque el instinto maternal está por encima de una preferencia sexual.

Kar y Ro dijo...

Lo mismo pasó cuando le pregunté a un candidato a diputado local (Michoacán) que qué opinaba de las familias homoparentales.

-Qué son muy bonitas

Yo obvio, con cara de WTF? Ya estaba embarazada e iba con mi esposa.

- La verdad es que me toman por sorpresa, no sé, lo tengo que investigar. No sé si esté bien o mal que tengan derechos.

Ash, le devolví su tríptico y le di las gracias.