Activismo

Y el domingo que me enfrento a la situación más desaforada e inimaginable posible... Una diferencia en agenda política entre activistas. Lamentablemente por discreción y por protección de nuestra bien amada comunidad LGBTTTI, no daré detalles técnicos de la discusión. Bástele al mundo con saber que fue una discusión-debate que se dio por un grupo de facebook, iniciando aproximadamente a las 6 pm y que se extendió hasta las 3 am. Luego de lo cual nos dimos una tregua y nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente, siendo asueto, nosotras queríamos descanzar y dedicarnos a cosas más laicas. Sin embargo, desde temprano nos vimos tragadas por la espiral voraginosa del pleito que seguía en pie y que se extendió todavía unas cuantas horas más.

El saldo: insultos, amistados rotas, treguas perdidas, nuevos compromisos, treguas ganadas. Nuevos eventos por realizar, viejos eventos por salvar.

Una asosiación de plano dijo que prefería quedarse fuera del dichoso evento, puesto que ellos trabajan desde el respeto y no pueden tomar por válidas tantas muestras de falta de respeto que se dieron en el muro del grupo de facebook en cuestión. Agotador. 100% agotador.

Pensé en hacerme una limpia, pasarme un huevo, una gallina o ya de perdida una rama de pirul. Terminé con calentura y vómito. Será la vilis, el llanto y el griterío que me traía. Y eso que la discusión fue visrtual que de haberse dado presencial quién sabe lo que hubiera sido...

Creo que el activismo virtual puede llegar a ser tan desgastante como el presencial.

A veces siento que de la misma manera en que Monterrey nos jaló hace 5 años para llegar, quedarnos y trabajar, ahora nos escupe y nos deja libres para tomar nuevas desiciones de vida. ¿Será eso?