domingo, octubre 16, 2011

Comiendo de las migajas del sistema

Pues nuestros firmes propósitos de postear a diario durante el mes de octubre se han visto frenados por diversas actividades en las cuales nos hemos involucrado. Para empezar, nuestra querida amiga Denise Alamillo me invitó a participar con ella en un performance para NUEVOS LECTORES FÍLMICOS y el trabajo nos absorbió de una manera que tal vez nunca pensamos. Posteriormente, a Ana y a mí nos invitaron a un FORO DE DIVERSIDAD SEXUAL en la Facultad de Psicología de la UANL. Estuvo muy interesante el rollo ahí y merece una entrada aparte. Estoy segura que pronto andará por youtube el video de esta participación. Finalmente, por razones que a lo mejor Ana les contará en otra entrada, íbamos transitando tranquilamente por Calzada Madero y Platón Sánchez cuando Ana advirtió una lona que decía WE'RE HIRING afuera de uno de los edificios de la SEP. Total, Ana entró a preguntar y resulta que se trataba para el programa de inglés que tiene la SEP para implementar la enseñanza de este idioma en las escuelas públicas desde preescolar hasta sexto de primaria. Total, que tenían fecha para el examen de selección de un día para otro. Por no dejar, yo también quise formar parte de esa onda, para no andar desocupada ni de nini. O más bien para ver si puedo juntar un poco de dinero para el juicio de adopción de Diego y Santiago, que es algo que en realidad me/nos urge.
Total, tanto Ana como yo fuimos seleccionadas y nos llamaron para asignación de escuela el viernes pasado. Pues bueno, ahi vamos. Nos dieron una página en internet dónde buscar las escuelas que todavía necesitaban maestros de inglés y nosotras por alguna convicción extraña decidimos que Monterrey sería nuestra área de acción. No obstante, casi todas las que aún requieren maestros están ubicadas en el área de San Bernabé. Ana y yo, bien listas, hicimos una lista con las mismas escuelas para quedar, ya fuera juntas o en una escuela cercana. En el momento en que me pasaron para asignarme la escuela, la persona que me atendió intentó persuadirme en repetidas ocasiones que no tomara el plantel en el que Ana había sido asignada. Yo insistía en que no había problema, que me gustaban los retos, que la distancia no importaba, que en realidad quería hacerlo. Después de mucha insistencia de mi parte, como que se percató de que tenía mis motivos bastante sólidos por los cuales prefería esa escuela y procedió a asignarme ahí. Me dijo que pasara a la sala de espera y luego de cinco minutos, ya que la mayoría de la gente que había pasado antes y después que yo había sido asignada, me llamó de nuevo a la oficina y me dijo: "Quiero que seas totalmente honesta conmigo. La otra chica que está asignada a esta escuela y tú ¿son amigas o son pareja?" Yo fajándome cual activista esporádica que soy, contesté: "Pues ni una, ni otra, somos esposas". Y medio le conté que habíamos ido al DF y todo el rollo. Total, la mujer después de desvivirse diciendo que qué padre y todos los cumplidos excesivos que una debe entender como que por ellos no hay problema, de verdad que no PEEEEEEEEEEEEERO... me dijo "mira, te voy a decir algo que le decimos a las parejas hombre-mujer que quieren estar en el mismo edificio trabajando: nosotros comprendemos que quieran trabajar juntos porque es más cómodo, porque ahorran, o por lo que sea, lo entendemos, pero no pueden ni darse la mano, ni hacer pública su relación, no queremos que el director de la escuela llame a quejarse y tampoco los niños tienen por qué estresarse de la clase de relación que tienen sus maestros entre sí". Yo, como buena persona diplomática que soy contesté: "No se preocupen por eso, somos bastante profesionales y ya hemos trabajado juntas, así que somos perfectamente capaces de dejar nuestra vida personal afuera y enfocarnos en la meta que tengamos en común". 
Después de agonizantes 10 minutos de espera, salieron por fin a darme la carta de asignación a la misma escuela que Ana y me confirmaron que el miércoles iniciamos nuestro curso de capacitación para incorporarnos a la escuela el próximo mes.
Ana y yo salimos de ahí con los nervios de punta. Pensamos que el personal de la SEP está muy al tiro con la no-discriminación y que al menos no van a dejar ningún frente descubierto. Es decir, aunque yo fuera fachosa y desaliñada no se van a dar el lujo de no contratarme por eso porque la Constitución y demás órganos son bastante claros al respecto: no se puede negar el trabajo a una persona basándose en su apariencia, estado civil, preferencia sexual, etc. Me pareció muy positivo pero estresante. Eso, a final de cuentas, nos hizo sentir como que aún y cuando sistemáticamente hemos sido rechazadas por el sistema, ahí andamos de chillonas rogándole un poquito de atención, un poquito de sus beneficios. Pero después Ana llegó a una conclusión muy padre: Pues si para eso está,  pues que nos beneficie a nosotras también, aunque en estos momentos estamos urgidos de hacerle un poco la guerra para reformarlo, para tener una mejor convivencia.
Esto, todo parece indicar, continuará...
Ya les iremos contando de nuestra aventurita en "de cómo fue que caímos como maestras de inglés en las escuelas de la SEP". Por lo pronto, sí se puede, hemos sido "aceptadas", "seleccionadas" para trabajar frente a grupos de niños en edad de preescolar y primaria basándose única y exclusivamente en nuestras credenciales profesionales. Yo, al respecto, no sé si cantar victoria... prefiero no.

1 comentario:

NN dijo...

Mucha Suerte en esta nueva aventura ¡
Sabes vi a una de ustedes en Cintermex, no supe cual de las Ana era, me hubiera encantado saludarte, pero estabas con unas amigas y me dio algo de pena, que pensaras y esta loca, y tambien vi a tus niños estan hermosos, yo pase por alli con mi nena y mi esposo, la verdad admiro mucho como luchan por ustedes, por su familia, mmmm si todos tuvieramos ese empuje otro gallo nos cantaria, en fin, en otra ocasion tal vez, saludos ¡