lunes, agosto 15, 2011

Repensar la felicidad

No me pregunten por qué, pero de pronto me encontré leyendo un libro sobre la felicidad en el cual venía un concepto escandaloso: EL FNB. O sea, la Felicidad Nacional Bruta. Básicamente trata de que el dinero no hace la felicidad y habla de un pequeño reino en Himalaya llamado Bután en el cual su monarca, Kim Jigme Singye Wangchuck decidió no seguir el crecimiento económico a diferencia de los países en vías de desarrollo. En Bután se privilegia la calidad de vida más que la cuenta bancaria. Claro, los ingresos de las familias en Bután se cuentan entre los ingresos más bajos del mundo pero curiosamente la esperanza de vida ha aumentado 19 años. ¿A qué se dedica el gobierno y la gente en Bután? ¡A ser felices! A cuidar sus bosques, a rechazar el turismo masivo y monerías por el estilo.
Ok, tal vez esto en una ciudad industrializada suene estrambótico, pero lo que yo veo es lo siguiente. Hace algunos años yo vivía en una colonia de clase media en Monterrey. Tenía sus parques con césped y uno que otro arbolito. Se hacía lo que se podía porque no eran árboles grandes y en Monterrey conservar un césped verde y bonito cuesta muchísimo porque requiere mucha atención, cuidados y agua. Hace unos meses, regresé por el rumbo porque mis padres siguen viviendo por allá. La novedad era la siguiente: habían metido más concreto en estos parques y ya no estaban permitidos los árboles. La excusa que les habían dado era que ante el clima de inseguridad no podían mantenerse estos parques porque proliferaban malandros y delincuentes. O sea, la lógica es que si quitamos las áreas verdes los malitos no tendrán dónde juntarse y se acabará la delincuencia.

Algo parecido sucede con La Pastora. La gente lo ve como un monte baldío, lleno de matorrales donde vagos sin quehacer pueden juntarse a drogarse o esconderse. Pero la naturaleza no funciona así. Cuando uno se sienta en un parque rodeado de árboles y con los pajaritos cantando, uno tiende a desestresarse y a olvidar el caótico flujo vial de nuestras calles. En todo caso, el problema de la inseguridad no tiene por qué resolverse cortando árboles, qué tontería, el mundo estaría completamente pelón. El problema de la inseguridad es otro y debe resolverse con otras alternativas.
Yo no quiero que corten un sólo árbol de la región para poner un metro de concreto. Eso no lo necesitamos. Una sociedad tan golpeada como es la nuestra en estos días no necesita más concreto ni necesita anestesiarse con el futbol. Me tiene sin cuidado si FEMSA le hace o no le hace un nuevo estadio a los Rayados, lo que sí me preocupa es que en el furor del amor a la camiseta, en el furor de querer ver nuestra economía funcionando cambiemos lo más por lo menos. Creo que deberíamos liberarnos nosotros mismos de nuestros ideales regios y dejar de pensar en el éxito, el materialismo, la inversión, las ganancias y darle espacio a un momento de felicidad. Dejemos de pensar que La Pastora se ve feo. Nuestra vegetación no tiene porque parecernos bonita o fea, simplemente tenemos que cuidarla y cuidarla de comerciantes sin escrúpulos que solamente están viendo el beneficio inmediato. Este sí que es un vicio nuestro muy arraigado:  buscamos la recompensa inmediata y no nos fijamos sobre qué construimos.

Monterrey no necesita más espacios con cemento. Necesita aprender a aprovechar los recursos que ya tiene. No entiendo la necedad de querer construir un estadio PRECISAMENTE ENCIMA de un bosque habiendo tantos y tantos lugares disponible. ¿Quieren rescatarlo? AAAAAH entonces que lo hagan altruistamente y con responsabilidad social por el simple hecho de ayudar. No es necesario sacarle una ganacia material a la felicidad y al bienestar.
Insisto, esta manera de ver al mundo nos tiene sumidos en esta crisis social donde las cosas se resuelven a balazos. ¿Necesitamos un estadio? Yo creo que antes que eso necesitamos un bosque. ¿Necesitamos deporte? Sí, bastante. Pero hacerlo en las canchas que ya existen, no sentadotes tomando cerveza y gritándole a 11 jugadores que se muevan que para eso les pagan. ¿Ven dónde está la diferencia? ¿O todavía hay que pensarle más?
 * Por cierto, las imágenes son del bosque La Pastora. Y no, no es un baldío y no, no está lleno de matorrales.

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