miércoles, julio 27, 2011

Bitácora de Viaje: Día 2

La gente dice que éste, en realidad, no es el día 2 en Tabasco, sino que es el día 3 porque el 1 fue el domingo que salimos de Monterrey. He de decir que la jornada del martes fue EXTENUANTE. Y Diego y Santiago entraron en colapso nervioso en diferentes puntos del día y por causas que aún no logramos identificar. Pues bien. El martes nos amaneció con un calorón espantoso, con un bochorno de aquellos y con un niño (Diego) con un espíritu joditivo agudo. Para desayunar fue un show y cuando después de berrinche y conatos de chantaje decidió comer hot cakes con una actitud 100% diva se comió la mitad de una pieza. 
Después del desayuno fuimos de excursión al Parque Museo La Venta y aunque pensamos que era buena idea porque Diego gusta muchísimo de los animales, resulta que el señorón andaba bastante piki y de pronto no sabíamos si estaba disfrutando o no una de sus actividades favoritas. Es verdad, el paseo de las cabezas olmecas dura LA VIDA y el calor no ayudó pero Diego andaba bastante retador y sensible. O sea, de mírame y no me toques.



El punto es que a como pudimos terminamos el recorrido y después de eso comimos en un puesto afuera de La Venta y como era lógico comimos pura garnacha, cosa que a Diego molestó sobremanera. Comió bastante poco, así que cuando llegamos a registarnos al XII Congreso Nacional Sobre VIH-Sida lo llevamos a un Oxxo a que comiera algo, lo que él quisiera excepto dulces y papitas y fue la misma historia: negado a comer. Total, regresamos a Galerías Tabasco para la inauguración formal del Congreso y ahí Diego hizo gala de su más rampante arrogancia. Obvio era el mezcla entre cansancio, calor y hambre, así que después de muchos regaños y no sólo de parte nuestra, se agotó tanto que literalmente roncó y sólo se despertó cuando fue el momento de ir al brindis y comer los canapés que al principio tampoco aceptó muy bien sino hasta que descubrió unas brochetas de jamón con queso que se empacó con singular alegría y lo puso de buenísimo humor.
Como ustedes bien saben, ni Ana ni yo estamos especialmente informadas sobre el VIH-Sida así que todo esto es muy nuevo para nosotras. Sin embargo, Ana le echa muchas ganas y trata de cooperar y claro y por supuesto que pretendemos aprender todo lo posible sobre el virus. Ahora bien, nos llamó muchísimo la atención de la protesta casi silenciosa y llena de carteles de grupos de la OSC que alegaban distintas cosas. Y al menos el día de hoy he aprendido, con esta experiencia, que no importa la causa, que siempre hay que tener corazón para decidir aportar cosas a una persona o a cierto pensamiento. Tener corazón. Qué diferentes serían las cosas si todo se resumiera a una causa por la que luchas, para mejorar tu vida y la de la familia en la cual tienes metido el corazón. 
Ah claro y he aprendido una que otra cosa que ya se las iré contando pero ahorita no porque me está ganando de una forma espantosa el sueño.

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