viernes, mayo 28, 2010

Lo que no has de querer...

...En tu casa lo has de tener.
O en la casa del herrero, azadón de palo.
O en la casa de la Mami Ana, el hijo Diego.
Bueno, ¿cómo explicarlo? Es evidente (o al menos espero que lo sea) que no es que no lo quiera, porque obviamente es (al igual que su hermano) la luz de mis días, mi rayito de sol, mi clarito de luna, mi guajolotito hermoso (admitámoslo semejante bodoque jamás fue un pollito), mi ... mi... mi... no puedo pensar en él como algo que no sea mío.
¿Quién le dio permiso de tener un criterio propio? ¿Quién le dio permiso a pensar, ser, sentir y querer diferente a mí? ¿Quién, maldita sea, lo sacó de mi útero y lo obligo a respirar por si mismo privándome para siempre del derecho de considerarlo mío?
Porque él por lo visto lo tiene muy claro: su vida es suya y hace lo que quiere.
Ok, me iré aclarando: de mis dos hijos, el que amanece de mal humor cada mañana y me grita en la calle "es mi vida, no la tuya" o "yo decido, tú no" es Santiago, y sin embargo mi queja no es contra él. Santiago, su complejo de Edipo y yo somos muy felices juntos. Y la verdad, me matan de ternura y risa sus afirmaciones de independencia. Me siento orgullosa de ese balance entre la necesidad de mí y capacidad de entenderse con la vida solo.
Y no quiero caer en las dualidades, y no es una comparación porque entiendo que son dos peronas distintas y lo hemos repetido a cuanta gente no lo capta. Esto es sólo una queja al aire de las que me encantan para ventilarme.
Y la pediatra me decía, pero es natural que compares porque no tienes otro parámetro de niño de la misma edad en casa. Pero a decir verdad sí lo tengo: Manuelito, el primito, casi trillizo de nuestros hijos. Yo lo he visto con estos ojos que se han de tragar los gusanos alguna vez. Grita a su padre: "no papá, tú no, yo".
Y entonces la evolución "natural" hacia la independencia de Manuel y Santiago me hace reflexionar que algo está mal con Diego, no, más bien conmigo.
Resulta que cuando yo era pequeña y creía (bueno, lo sigo creyendo) que todo aquello que llega a nuestras manos se debe de obtener con trabajo, esfuerzo y dedicación y mis papás me tenían lavado el cerebro con que no existen las gratificaciones inmediatas, yo sentía odiar a los niños (casi siempre hombres y si eran niñas eran porque eran rubias, ojos claros y caireles naturales) que obtenían todo, es decir TODO con sólo pedirlo. Y mis primas maternas pensaban que yo era esa niña que con pedir obtenía (pero más bien ellas no conocían a mi padre). Y mis primas paternas sí que eran esas niñas (y no, yo no conocía a su padre). Y crecí y sigo "aborreciendo" a la gente que con sólo pararse y decir quiero las cosas les caen del cielo, por su linda cara.
Diego JAMÁS ha necesitado gritarme "es mi vida" porque lo tiene tan claro que nunca ha necesitado recordármelo. Y entonces empieza la batalla campal donde ambos puntos se encuentran: Diego es ese niño que con "ver bonito" y decir "mi alma" tiene lo que sea de quién sea. Y voy a dar ejemplos:
En un día promedio, Manuelito y Santiago regresan con una paleta o dos a casa. La paleta que da el dentista, el de la zapatería, la señora de la oficina que visitaste, el de la secretaria cómplice, etc. A veces, obtienen globos. Diego (y viene el temido "en cambio") en un día promedio llega a casa con la paleta y el globo y casi seguro, un juguete.
Sólo ayer, Diego obtuvo de una fiesta a la que fuimos ,una porción de dulces adicionales, dos horas de juegos en su próxima visita a un conocido lugar de juegos electrónicos o "chispas", un refresco y un muñequito de plástico. ¡Todo COMPLETAMENTE GRATIS! ¿Qué estoy haciendo mal? ¡No lo sé!
Yo sé que es la queja más ridícula que una madre pueda tener. Cualquier día en el parque convence a la señora que sea de que lo suba a los columpios. Un gato azul de peluche adorna mi cama, es de esos de "¿Te gusta, Diego? ¡lLévatelo!" Otro día en un BK lo perdí de vista, cuando lo encontré en el mostrador estaba seduciendo a unas cajeras para que le regalaran unos monitos de las cajitas. Las chicas le dieron uno, y él todavía en un descaro total pide: "¿Y para mi hermanito y mi primo Manuel?" Y no, las señoritas no le dijeron que no. Sacaron 3 monitos, él los vio unos segundos y dijo: "Mejor no, gracias, no me gustan." ¡Todavía se dio el lujo de rechazarlos!
En otra ocasión, mismo restaurante, había una fiesta infantil. Santiago no puede ver un pastel sin irse tras él. Le regalaron un quequito. Luego uno a Diego y la señora, claro, mandó uno para Manuel. Hasta allí íbamos bien. Eso es compartir y es muy considerado. Pero Diego fue y saludó a la señora, le habló bonito, no sabemos qué le dijo, pero obtuvo 3 juguetes, uno para cada quién.
Eso sí, es muy compartido, siempre pide para su hermano. Lo que no entiendo es por qué pide y lo que menos entiendo es por qué se lo dan. Yo he dicho que no, me he disculpado, quiero salir corriendo, pero sigue pasando. Y me mortifica, me mortifica mucho. Porque cuando algo no funciona entonces hace berrinche, porque si todo mundo en la vida le da lo que quiere, por qué Mami no lo hace. Y ahora mi hijo es un gran artista de la seducción y el chantaje. Y me preocupa, me preocupa mucho.
Tengo un primo que una vez le dijo a su esposa: "Quítame las botas" ella, obvio, mujer digna, se negó. Él le afirmó: "Si tú no me las quitas, hay otras que mueren por hacerlo". Me mata de miedo que Diego sea esa persona. Todos los días sin gritarme "es mi vida" su actitud me dice: "si tú no me lo das no me importa, hay otras allá afuera que mueren por dármelo". Y me asusta, me asusta mucho.

4 comentarios:

JanyLu Reyna Garza dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JanyLu Reyna Garza dijo...

Prometo solemnemete no volver a darle nadie a Diego si tu no quieres jajajajajajajaja.

Ese niño es tan hermoso ( y su hermano tambien) y yo personalmente los quiero tanto por ser lo que son (hijos de unas madres valientes) que ayer me fue imposible salir corriendo cuando Diego lloro porque el no podia agarrar dulces de la piñata, lo admito soy demasiado consentidora, lo mismo hago con cualquiera de mis sobrinos sanguineos y/o adjudicados.

Pero cabe resaltar que las cortesias no fueron solo para el sino tambien para su hermano jijijijijiji.

Quien te manda tener niños tan preciosos y seductores :)

ELO Y YOLA dijo...

Es preocupante, sí. Yo soy criminóloga y es algo a tener en cuenta. Puede que sea algo pasajero, ojalá, pero normalmente el temperamento permanece. Está en tu mano no permitir esas conductas parásitas y manipuladoras, al menos mientras es pequeño. Es muy importante que le fomentes la cultura del esfuerzo, que deba ganarse las cosas... estás a tiempo aún, suerte

Gloria dijo...

Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
O suponed que a uno de vosotros que es padre, su hijo le pide pan; ¿acaso le dará una piedra? O si le pide un pescado; ¿acaso le dará una serpiente en lugar del pescado?
O si le pide un huevo; ¿acaso le dará un escorpión?
Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?


Lucas 11:9-13


Tu deja que Diego pida. Lo que está sucediendo es una señal para que te des cuenta de que también tiene un padre.