El pasado fin de semana estuve de visita en Monterrey y lo primero que me dijo Ana fue: "Diego dice que quiere ver a la mamá de Mamá, a ver si le hablas a tu madre para que se vean". Y yo, efectivamente cogí el teléfono y le marqué: "Dice Diego que quiere ver a la mamá de Mamá" y mi madre se puso de acuerdo conmigo para vernos el lunes por la mañana, antes de mi regreso a Houston.
Una vez en conocido restaurante de comida rápida que tiene una estrella, Diego aprovechó para disipar dudas y se acercó a mi madre: "¿Tú eres la mamá de mi Mamá?" le preguntó y mi madre contestó que sí. Diego siguió en la indagatoria: "¿Tú eres como mi awelita?" y mi madre toda sorprendida me dice: "Mira la deducción que acaba de hacer". Yo me reí y le contesté "a Diego no se le escapa nada". Mi madre le dijO que sí, que básicamente ella era como su abuelita. Y entonces mi madre creyó prudente aclararle que la Tía Brenda también era su hija, cosa que Diego no creyó. ¿Cómo, mamá de la Tía Brenda también? Una cosa a la vez, caray.
Pero al parecer Diego quedó conforme, ya la vez pasada había empezado a comprender que yo también tenía madre y que por lo tanto tenía otra abuela a la que veía mucho menos.
Transcurrió el tiempo y mi madre nos llevó de regreso a casa. Los tiagos regresaron emocionadísimos, tanto que no lloraron cuando les dije que ya me iba de viaje. Mi madre me llevó a la central de camiones y quiso esperar a que llegara el autobús rumbo a Nuevo Laredo, y cuando se llegó la hora le dije que regresaba a Monterrey para el 10 y 11 de octubre, que el 11 de octubre haría otra presentación de la novela. Entonces me dice "avísame para ir a las dos cosas, al cumpleaños de los niños y a la presentación".
Estoy empezando por fin a experimentar eso de "los niños terminan por ablandarlos" y, no sé, tal vez, una redefinición en la manera en que mis padres y yo llevamos esta tan accidentada relación familiar.
Mucho tienen que ver los hijos.
Pero al parecer Diego quedó conforme, ya la vez pasada había empezado a comprender que yo también tenía madre y que por lo tanto tenía otra abuela a la que veía mucho menos.
Transcurrió el tiempo y mi madre nos llevó de regreso a casa. Los tiagos regresaron emocionadísimos, tanto que no lloraron cuando les dije que ya me iba de viaje. Mi madre me llevó a la central de camiones y quiso esperar a que llegara el autobús rumbo a Nuevo Laredo, y cuando se llegó la hora le dije que regresaba a Monterrey para el 10 y 11 de octubre, que el 11 de octubre haría otra presentación de la novela. Entonces me dice "avísame para ir a las dos cosas, al cumpleaños de los niños y a la presentación".
Estoy empezando por fin a experimentar eso de "los niños terminan por ablandarlos" y, no sé, tal vez, una redefinición en la manera en que mis padres y yo llevamos esta tan accidentada relación familiar.
Mucho tienen que ver los hijos.
11 comentarios:
Hola! Somos del equipo de Tesis de la UdeM, ya tuvimos el gusto de conocernos en persona. Ya abrimos un blog para ver si por este medio podemos comunicarnos con más gente que quiera apoyarnos en nuestra investigación. Ojalá pudieran pasar la voz con más mamis o con sus hijos para que se apunten y nos apoyen. Muchas Gracias!!
Está claro que los agüüÜelis cambian, no es lo mismo un hijo que un nieto, eso dice mi madre de mis sobrinos. jejeje.
Me alegro que los niños hayan conocido a la mamá de su mamá, debio ser un momento muy especial para ellos.
Un besito
¡Ay, qué alegría! Me llena de esperanza :D
"Los niños terminan por ablandarlos" me alegro mucho por ti, por los niños y por tu madre... en hora buena.
Saludos
que bueno que las cosas van caminando bien en ese sentido y que tu mama conviva mas con los niños
Ross: Pues sí, parecen que son elementos conciliatorios en las familias
Lucky: Ya la conocían, pero ahora tienen más claro qué papel juega en sus vidas
Encantada: Pues parece que al final del día sí, la esperanza es lo último que muere
V: Muchas gracias
Amor sin fronteras: Pues yo soy partidaria de que convivan con la gente que los quiere, o al menos que quiere convivir con ellos...
No hay duda de que el amor combate la homofobia más profunda.
Poco a poco...
La verdad es que los niños consiguen cosas que nosotros no somos capaces de resolver de la manera mas sencilla, increible!!! Ojalá no dejasemos nunca de pensar como un niño que lo ven tdo tan sencillo.
Por cierto,quería comentarte que salió una revista digital nueva en la que yo participo y que tiene una sección titulada "lesbianas por el mundo" en la que se entrevistan a lesbianas de otros paises sobre como se vive la homosexualidad en su pais. Y he pensado que vosotras teneis un gran conocimiento de esto por experiencia propia y por COMALES. Me gustaría si fuera posible que os entrevistaramos (via mail claro).
Bueno muchos besos y espero tu respuesta en el correo y gracias
edea1979@gmail.com
Es que Diego derrite corazones. ¡Tienes unos niños muy guapos, tiernos e inteligentes!
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