lunes, febrero 23, 2009

Primer mes

Ya casi cumplo un mes de haberme venido a Houston en esta intrincada aventura. Ya casi cumplo un mes y he hecho de todo:
1. Pelearme con gente en la universidad porque no tenían mis documentos bien.
2. Comer diario una hamburguesa de Wendy's que ya con impuestos me venía costando 1.05 dls.
3. Tener una aventura de taxi, como esas aventuras de taxi que a mí me persiguen.
4. Quedarme afuera de la casa por media hora por no tener llave.
5. Quemar una cacerola que tenía un huevo hirviendo... y quemar el huevo también.
6. Romper la cama de mi roomate...
7. Visitar Monterrey.
8. Inscribirme al Club de la Amistad
9. Buscar como desesperada amigas lesbianas
10. Buscar como desesperada madres lesbianas.

En términos generales todo marcha bien. Como dije, me inscribí en el Club de la Amistad que es un programa donde una familia estadounidense adopta a un estudiante internacional para que conozca en realidad cómo son los gringos. Yo me metí con la idea de obligarme a hablar inglés y con la idea de escuchar inglés de un nativo hablante, aunque luego pensé que tal vez el acento texano no era el más apropiado para sensibilizar mi oído. Insisto, me inscribí en el Club de la Amistad pensando en eso, pero sin pensar, claro, en que en algún momento tendría que contar sobre mi vida.
En la forma que llené para que el Club de la Amistad buscar una pareja con la que hiciera match, puse como hobbies lo siguiente: Spanish, Gender & GLBT studies, Feminism. Al cabo de una semana me dieron la noticia de que ya tenía familia y fue en ese momento en el que entré en pánico. Me escribió la mujer, que se llama Stephanie, y me contó que tenía una hija de tantos meses y que era casada con un wey que se llamaba Mark. Yo tragué saliva y me imaginé que tal vez había ido a parar con la familia de Ned Flanders, así que haciendo acopio de valor, le escribí en el mejor inglés del que fui capaz que yo hablaba español, pensaba en español, escribía en español, dormía en español, soñaba en español y que además tenía gemelos y una mujercita linda que en ese momento estaba en México pero que pronto vendría.

De vuelta, Stephanie me contestó que quería llevar a su hija al parque el viernes, que por qué no la acompañaba para "irnos conociendo". Al final, ese día estaba lloviendo y terminamos yendo a la Galleria, que es un centro comercial que Ana se cansó de recomendarme que visitara. Y ahí me dijo que dado que yo todo lo hacía en español no podía haber caído en mejores manos que en las de ella que no sabía ni pronunciar "taco" porque además de todo no era de Texas... ya decía yo que era extraño que le estuviera entendiendo todo.
Rumbo a la Galería me preguntó sobre Ana y sobre los niños. Yo le repetí lo del mail, que estaban en México pero pronto vendrían y todo.
Luego del paseo me llevó a la universidad porque yo tenía que hacer algunas diligencias y en el trayecto hizo la pregunta de los 64 mil: "bueno sí, pero quién fue la que se embarazó". Le conté la versión simplificada de las cosas y quedó conforme, solamente añadió que era "una manera interesante de estar ambas involucradas".
En el Club de la Amistad tienes obligación de ver a la familia (y ellos a ti), una vez al mes, razón por la cual pensé que me buscarían hasta marzo, pero grande fue mi sorpresa cuando el miércoles pasado me escribe para decirme que ese viernes no tenían nada que hacer y que sería buena idea que fuera a cenar a su casa para presentarme a su esposo. Fue la cosa más exótica que he vivido en años, porque la cena consitió de puras verduras que ellos mismos cosecharon de su jardín. Era una sopa de papa (que estaba rica, no voy a decir que no), una ensalada con lechugas que ellos cosecharon, zanahorias que también cosecharon y baby tomatoes que esos yo creo que sí los compraron en el súper. También comimos pan de elote (que a Anita le hubiera fascinado), de postre nieve y después un té. Cuando Stephanie me dijo "bueno, esta no es una cena típica americana" yo casi le digo "noooo, son tus nervios!!!!!", pero la verdad me la pasé bien porque ambos son bastante amigables.
El detalle curioso de la noche fue que nos pusimos a hablar de los cumpleaños y resulta que su hija cumple años el mismo día que yo!!!!
Aprovechamos que me enseñaron algunas cosas en internet para meterme al facebook y enseñarles una foto de familia, donde salimos todos, Ana, yo, Diego y Santiago. Dijeron que les parecían la cosa más enorme para tener dos años, y también dijeron que en realidad se parecían mucho entre sí para no ser gemelos idénticos. Al principio decían que Diego se parecía a mí, pero cuando les enseñé una foto mía de chiquita dijeron que esa foto lo explicaba todo, que Santiago era idéntico a mí.
En fin, no he encontrado familias lésbicas en Houston. Tampoco he encontrado lesbianas. En mi desesperación ya hasta entré al chat de Univisión, pero todavía no contacto con ninguna. En el ínter, de pronto me entra la nostalgia y me imagino cómo será la vida cuando Ana, Diego y Santiago anden por acá disfrutando y padeciendo la extranjería.

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