sábado, diciembre 13, 2008

Convalecientes

Con los terribles fríos regios que luego nos agarran desprevenidos acá en el noreste del país, una nunca sabe lo que puede pasar. Así que las bajas temperaturas ya empezaron a cobrar víctimas. Nuestros retoños están enfermitos. Uno constipado, mocoso y flemoso. Todo el día se la pasa en escurrimientos nasales y si se satura mucho, termina vomitando porque un moquito le dio asco en la garganta. ¿A poco no son adorables los hijos?


El otro, congestionadísimo del pecho. Terrible tos con flemas y altas temperaturas nocturnas, moco transparente, más compatible con virulencias que con bacterias, o sea, no es infección, no necesita antibióticos. Lo cual es un alivio porque ODIO los antibióticos, por una cosa muy simple, casi siempre hay que guardarlos en refrigeración, armar polvos raros y pegajosos y batir cada vez que se va a dar una toma que nunca puede pasar de las ocho horas. Las infecciones requieren de una constancia sobrehumana, los virus se van tan fácil como llegaron y sólo necesitan tempra y cataflán intercalados cada cuatro horas.


Nuestras más fervientes lectoras, aquellas duras a morir (calco de die hard), recordarán que ellos padecían de un terrible reflujo que los condenaba a múltiples tomas medicinales al menos 3 veces al día. Por lo tanto, no les parecerá extraño que estos mocosos (hoy es literal) adoren las medicinas. Hace un par de semanas visitamos a una amiga y en su casa nos encontramos con otra. La segunda quería evitar que su hijo le pidiera Coca Cola Light. Como excusa para no darle, le dijo que era una medicina muy amarga. Mis hijos siempre atentos ya andaban pidiendo "nina". Para ellos la "nina" es un premio, es casi tan rica o más que los "uces". Son unas abejitas mieleras y se desviven por el azícar. Será que les restringimos las bebidas azucaradas a un vasito al día y nunca les dejamos tomar refrescos con gas. Será que de plano son muy dulces mis caramelitos. El caso es que adoran lo dulce, así venga en medicinas.


Si en la noche a alguno le duele la cabeza y le ofrezco tempra, este par de junkies salta de alegría y grita emocionado "¡nina, nina!" En más de una ocasión hemos llevado a Santiago a visitar a su pediatra, y en el momento de estar en el hospital, se le olvidan sus síntomas, se pone feliz y se emociona de que surtamos sus recetas.


¡Oh, por Santa Tonantzin que recién celebró su día, mis hijos son adictos a las medicinas! En fin, hoy que andan convalecientes, Santiago se enfadó porque a él solo le tocó paracetamol y nada del expectorante.


Pero lo más chistoso es que con tal de recibir un poquito de medicina, mis hijos me inventan hasta dolor de pie. "Sampi, cómo te sientes, ¿bien?" "Tíii.. ¡No! Lele" "¿Te duele algo?" "Pé, el pé" y extiende su patita. Ora, lo chistoso es que es su parte favorita del cuerpo, entonces siempre extiende su pie. Quiere un beso, nos pone la pata en la cara; en el baño, quiere un chorrito de agua y siempre pone su pie. Es muy chistoso.


Mientras tanto, en el departamento de los sentimientos complejos, Diego está descubriendo que puede expresar enojo sin berrinche, aunque seguimos en transición, ya suceden cosas como:


"Diego, cómete tu sopita con pollo". "´htoy ´nojah-doh! Diego malito!". "Por eso, cómete tu sopita con pollo para que te sientas mejor". "No, tsopita no, ´htoy ´nojah-doh! Tsopita noh quieh-re". "¡Ah!, ¿estás enojado, Diego? ¿Entonces te quieres ir a la carriola?" Eso, por supuesto en tono de madre amenazadora prometiendo castigo. Ellos odian que los pongamos en la carriola cuando ya no es hora de siesta. "Tsí, Diego suehñio, ´nojah-doh, malito!" A Mami se le cayó la cara y el teatrito, no hay amenaza que valga cuando el niño quiere su castigo. Obvio en ese momento le toqué la frente, y sí, tenía temperatura. Nunca en su sano juicio me pediría dormir y subirse a la carriola! "¿Quieres ver la tele en la carriola?" "No, teleh no, 'toy 'nojah-doh". Doble caída de quijada al piso, mi hijo no quiere ver la tele, ¡algo anda mal con el mundo! Lo bueno es que duró dos minutos su enojo, en cuanto lo bajamos de la mesa del comedor fue corriendo a la tele donde se sentó a ver la tele con su hermano. Creo que está más enfermo Santiago, ya que en vez de correr por toda la sala, se sentó tranquilo junto a su hermano a ver pollitos en Baby TV.
PD. Del trámite del pasaporte mañana que se me pase el coraje les cuento...
PD2. Noten que a Santi ya le cortamos el pelito. Diego quiere que se lo cortemos también.

4 comentarios:

Áurea O. León dijo...

Que bueno que sus hijos ignoran la existencia de las pastillas jeje es gracioso que les gustela medicina, aunque hay unas que luego si saben rico.

Que se mejoren sus bebes.

¡Felices fiestas!

marga dijo...

mis amores que se curen pronto!!!



p.d.: los virus también producen INFECCIONES, sólo que no se curan con antibióticos ;-)

un beso a todos

Hann dijo...

Pobres peques, pero el frío pega, mi mujer casi muere de neumonía en su última visita a Monterrey. A cuidarse del frío y que mejoren los muñecos!!!

Magui dijo...

Espero que se recuperen pronto y que vuelvan a ser revoltosos como siempre...
están enormes! me quedé sorprendida, enormes y hermosos!
besos