martes, octubre 14, 2008

Ecos de la fiesta de Santiago y Diego

Primero me hizo la vida imposible, después yo a ella. Luego nos peleamos y nos dejamos de hablar, después se murió mi abuela y decidió reconciliarse conmigo. Estoy hablando de mi madre.
Después de la tempestad, viene la calma. O tal vez se avecina otro cataclismo, quién sabe. El punto es que hace un par de semanas había ido a visitar a mis padres porque necesitaba un aval para el proyecto de irnos a Houston y después de analizarlo, pensé que a quien mayor gusto le iba a dar que decidiera irme de la ciudad con todo y mujer e hijos sería a mis padres. No me equivoqué, porque apenas les planteé la idea mi padre dijo "dónde firmo". Ahora que tal vez después de dos años y todas las vueltas que ha dado la vida, a lo mejor algo de buenos deseos hay en sus deseos. En fin, la relación con mis padres en este 2008 se puede reducir en una sola palabra: NULA.
No nos veíamos desde diciembre de 2007, fecha en la que les presenté a Diego y Santiago, y les regalaron un tambor y una guitarra. Habíamos ido al VIP'S de Hidalgo y la verdad platicamos poco porque yo llegué tarde dado que alistar a los bebés no fue tarea fácil. Diego se la pasó dormido y Santiago hizo gala de todas sus monerías, así que mi madre no dejaba de verlo e intentar jugar con él.
El punto es que hace dos semanas, cuando fui por la firma, le dije a mi madre que los bebés cumplirían dos años el 10 de octubre, que si quería ir a la fiesta era bienvenida, pero no me dijo nada. Yo asumí que la señora no asistiría porque en realidad no percibí ninguna clase de interés en la fiesta ni me hizo comentario alguno, sino que el mero 10 de octubre mi hermana juzgó prudente prevenirme: "Mamá va a ir a la piñata". Yo no supe qué pensar. No me sentí ni bien ni mal, ni contenta ni triste. Fue muy chistoso.
Casi no pude atenderla porque llegó justo en el momento del shou, las velitas, las mañanitas y la piñata, y en esos casos las mamás deben pasar al frente y cargar a los hijos y tomarles muchas fotos. Los papás de Ana, sorprendidísimos, hicieron más por estar con ella, por platicar, yo nada más alcancé a escuchar cuando el papá de Ana le dijo a mi madre: "La verdad señora, qué bueno que está aquí, de verdad".
Durante toda la fiesta, mi madre estuvo muy bien, muy educada, sin emitir ningún comentario ni positivo ni negativo; eso ya fue en sí todo un logro.
Inmediatamente después de la piñata, empezaron a servir la merienda y cuando la gente se empezó a ir, me pidió que le llevara a los niños para tomarse una foto con ellos. Mi madre, por alguna razón que desconozco, anda en muletas, así que fui primero por Santiago y lo soborné con pastel para que se quedara quieto y esperando a que fuera por Diego, que para esas horas mi hijo ya estaba cayéndose de sueño, pero sin querer perder detalle de su fiesta.
He aquí la evidencia gráfica del momento:




Obviamente el sueceso me deja mucho que pensar. Y lo sigo pensando. Me sentí muy extraña, no supe qué hacer y tampoco sé, en realidad, si debo o no fomentar esa relación. Después de todo, la ruptura fue muy fuerte, se rompió el cerco, y yo re estructuré mi concepto de familia, en parte por protegerlos a ellos, pero en gran medida por protegerme a mí. Supongo que algún día tendré que decirle a Santiago y a Diego que yo también tengo una madre, y que por ende, tienen otra abuela. De cierta manera siento que la historia se repite, la historia en la que mi padre por angas o mangas simplemente no facilitó la convivencia con su familia, la consecuencia más evidente es que no tengo idea de quién es primo mío y quién no, y que el contacto con ese lado familiar se haya perdido por completo. ¿Estaré de cara a una historia parecida?
De cualquier manera, hay cosas que no se pueden negar y hay oportunidades a las cuales tampoco se les puede decir que no.
A ver qué sucede...

7 comentarios:

AMOR SIN FRONTERAS dijo...

yo creo que debes fomentar la relacion poco a poco para que no le caiga de sorpresa a los niños y tmb es algo k te servira a ti

Ana Mar dijo...

Una madre es una madre, se que suena muy trillado o que es un topico pero es una verdad, con todos los defectos que puede tener una madre por que no deja de ser un ser humano con todo lo que ello implica, quiza deberias dejar que tus hijos tengan conciencia de que tienen otra abuela y que ellos hagan su relación con ella.
Saludos
Aqua

Akaotome dijo...

amor sin fronteras: sí, tal vez lo mejor es dejar fluir las cosas.
aqua: no por nada dicen que quien no conoce su historia está condenada a repetirla; creo que en este sentido, mis hijos me están brindando una invaluable oportunidad de comprender ese dicho.

Unknown dijo...

yo me enuentro en algo parecido no tengo contacto kon la familia y no tener informacion donde se enkuentran para evitar malas influencias asi ke la familia nos la estamos aciendo nosotras de las personas ke nos rodean y nos ofrecen su apoyo y amistad sin interes.besos y mucha fuerza.
http://2futurasmamislesbianas.blogspot.com/

Sol; Anisa dijo...

Yo creo que deberías dejar que ella se acerque en tanto que es ella misma la que hace por ese acercamiento sin que la fuercse. Ellos contruirán su propia opinión acrca de tu madre y su propia relación con esa abuela distante sin que haga falta qe te sientas culpable, ya sea por "negársela" o por "exponerlos aun inevitable desastre".
A lo mejor las cosas salen mejor de lo que esperas....
Mucha Suerte
Sol
http://solcadadia.blogspot.com

Áurea O. León dijo...

creo que el hecho de que fuera a la fiesta es querer acercarse tanto más a sus nietos y muy probablemente a su hija tambien.

Un beso.

encantada dijo...

Yo creo que está bien que vayas fomentando la relación, si tu madre se presta, no sólo por tus hijos, sino también por ti, que todas tenemos nuestro corazoncitos (por más que nuestras madres se dediquen a pisotearlo).

Y, sobre todo, creo que no debes obsesionarte con repetir o no traumas pasados, es terrible y nos cuesta mucho no hacerlo (a mí la primera, que siempre estoy pensando en qué trauma de la familia repetiré, ¡hay tantos!, aunque sea la primera lesbiana conocida). Tu vida es tu vida, una vida nueva, única y especial, no la repetición de ninguna otra, por mucho que se parezca, ya que tus motivos son sólo tuyos y tus circunstancias también.

En fin... ¡¡mucho ánimo!!