Tomo, para no enamorarme; me enamoro, para no tomaaaar...

Y sí, como Diego no toma, se enamora, el chiquito. Ustedes dirán que Crix y yo estamos locas, y que esas cosas no se le deben solapar a un bebé de poco menos que 22 meses, pero el niño se nos ha enamorado... de nuevo!

Primero fue el ya comentado caso de Ximena, aquélla niña por la que Diego suspiraba los domingos y algunos días entre semana: "¡Menaaaah!..." Y por la que apoyaba su cachete en la manita, cambiando su carita de brazito acorde a cada suspiro mientras ladeaba la mirada viendo al cielo y exhalando siempre un claro y sonoro "ahhhh..."

Ahora, está enamorado de Ana Paola, la beba que sale en el video que tenemos a la derecha desde hace más de un año. Claro, ahora la señorita tiene más de tres años. A Diego siempre le han gustado mayorcitas. Teníamos rato sin frecuentar a Myrna y sus hijos, pero de un par de fines de semana para acá la hemos visto más seguido, por lo que ahora "Miyola" es el nuevo amor de la vida de Diego. Cabe agregar, que al igual que con Ximena, el ganón es Sampi. Es decir, Diego suspira por ellas, pero el que juega con ellas es Sampi.

A coincidido que las últimas veces que nos hemos visto vamos a comer a McDonald's para que (maldita mercadotecnia!) los niños jueguen en las áreas recreativas. Por ende, ahora Diego asocia las papas fritas a Miyola (a la que por alguna extraña razón en su casa también le dicen Tata), así que de pronto a media tarde se puede oir a Diego proferir frases entrecortadas por suspiros que dicen: "Papas, Miyola, Tata" o "Meno Miyola". La primer frase significa vamos a comer papas con Paola, la segunda es hablémosle por teléfono a Paola. Supongo que Miyola se deriva de "Mi Paola."

El domingo pasado, fuimos a casa de Myrna a ver si estaban para salir. Como no estaban en casa, Diego lloró desconsolado por 20 minutos rumbo a casa de Manuelito, su compañerito de kínder, el hijo de nuestros mejores amigos. El lunes, cuando regresaron del kínder, cuando estábamos comiendo en la cocina, Diego empezó a pedir de la nada, ir por papas a McDonald's con Paola.

Y que ya no sabía como enmendar el corazón roto de mi bebé, tuve una inspiración divina y decidí marcarle a Myrna a su casa. Allí estaban y nuestra conversación fue así:

M: Bueno?

A: Myrna? Hola cómo estás?

M: Mujer! Qué milagro que hablas! Bien gracias y tu? Cómo están los pollitos?

A: Bien, gracias, oye, qué pena, pero estará Paola?

M: Sí, por?

A: No te dijo tu hermano? (le habíamos dejado un recado con él) Es que Diego muere por verla, no se la podrías poner en el teléfono?

M: Sí! Claro (y de fondo) PAO TE HABLAN!!!!

Pues aunque no lo crean nuestros hijos tuvieron su primer conversación telefónica entre personitas de su edad. Obvio Sampi también quizo hablar y se la pasé también. De ratito Diego pidió otra vez el teléfono y Sampi se quedó remilgando pero Diego, que en un inicio sólo había dicho tres palabras (Hola, Papas, Miyola), se soltó hablando y dijo algo de su Mami y su Mamá y sus papas y sus guaguas. Luego dijo Mye (bye), mimir (dormir) y ayó (adiós). Por lo que deduzco que habrá intentado tener una conversación sobre su familia y luego se despidió para regresarme el teléfono, eso sí cuando me dio el aparato grito: "No Tati!" O sea, no pasárselo de regreso a su hermano!

Cuando Myrna se dio cuenta de que Tata ya había terminado de ligar con el niño, cogió el teléfono y comenzó a hablarme, pero Sampi pidió el teléfono, así que se lo puse, cuando escuchó que era Myrna y no Paola, se indignó, cruzó los brazitos y alejó su oreja de teléfono.

Son tan tiernos. Me parece de lo más gracioso que sean tan "grandes". Sé que no es la palabra adecuada. Quizá lo más apropiado sea mencionar que son autónomos y que tienen muy claro lo que quieren. Me encantan. Adoro a mis niños. Yo nunca imaginé que pudieran querer platicar por teléfono con sus amigos desde tan chiquitos.

Obvio, cuando Diego terminó de hablar por teléfono se fue contento y canturreando de lo más feliz. Diego está enamorado! Hoy nuestra negociación a la hora de dormir incluyó: "Si te duermes va a ser mañana más rápido y entonces mañana cuando vaya por ti al kinder vamos a comer papas con Paola". Sobra decir que gritó lleno de alegría : "Tíiii!"