jueves, enero 17, 2008

Roles de canela

"Los roles, verdaderas máscaras de la vida,
terminan reemplazando ‘lo propio’
y la existencia queda reducida así
a su simple funcionamiento instrumental.
En la sociedad moderna,
el hábito hace, efectivamente, al monje.
No importa que ese monje no crea en Dios;
lo que importa es que crea en el hábito.
Como actores de una obra de teatro,
no se trata de ser fiel a sí mismo
sino al argumento
que hay que recitar todos los días
para vivir en ‘sociedad’"
Fernando Mires
“El malestar en la barbarie”
No recuerdo un sólo momento de mi vida en que no haya pensado en los roles, en el rol de hombre y en el rol de mujer. He reflexionado tanto sobre el tema que ya me confundo, y más ahora con mi vida fuera del clóset (en la mayor parte de los lugares que piso) y con el ejercicio de la maternidad.
Cuando era chica, mi familia paterna y materna disertaban sobre un particular: ¿A quién diablos me parecía yo? Era muy evidente que mis rasgos físicos los había sacado de mi madre (mi padre es típico nuevoleonés de rancho, de ojos verdes, piel roja y cabello claro), sin embargo y aunque mi abuela Concha lo negaba, gran parte de mi carácter era semejante al de mi padre, así como los movimientos corporales. Con la fama de marimacha que ya me cargaba, esto era sumamente incómodo, debido a que, decían, yo me desvivía en imitar a mi padre. Caso curioso, Santiago, de apenas quince meses, hace muchos ademanes de su abuelo, muchos gestos y muchas actitudes corporales que yo no tengo pero él sí, y me da cierta tranquilidad pensar que algunas cosas no eran tanto imitación como herencia, pero lo más absurdo que pienso es: "al menos se va a mover como se espera que se mueva un hombre". Yo realmente no estoy preocupada por si alguno de mis hijos se declara homosexual o no. Si la gente dice que se hicieron gays por culpa de sus mamis, me va a dar mucho coraje, sí, pero por la miopía de la gente, no porque en realidad crea yo que el hecho de tener dos mamis va a definir las cosas por ese camino.
Mi abuela insistía con mucho ahínco: "No, mamacita, usted no quiera parecerse a su papá", porque de verdad temía que mi admiración por él desencadenara en su temor más profundo: que yo fuera tortillera. Y cómo no tener este temor, ¿no? Toda la vida critique y critique a los demás, creyéndose parámetro de moralidad y ejemplo de rectitud, no podía sino sentirse comprometida ante algo muy cantado. Entonces mi abuela instruyó muy bien a su hija, mi madre, para sacarme de la mente esas perniciosas ideas o deseos o desviaciones. La clave estaba en los roles. En definir muy bien quién era quién y qué hacía qué. De esta manera, mi madre asignó una lista de tareas e insultos permitidos según el sexo, y a mí me tocó vivir bajo cierta idea:
Una mujercita como yo debía:
1. Venerar a su padre como infalible, como ejemplo de hombre, pero nunca tener los mismos vicios, ni gustos, ni mucho menos como rol model. Yo a mi padre, la verdad, lo admiraba mucho cuando era niña, pero pronto se ausentó de mi vida y nada más aparecía para hacerme el cheque de la colegiatura, regañarme por no ayudarle a mi madre y negarme cualquier clase de permiso.
2. Tomar como ejemplo de conducta a mi madre, que era sumisa, buena y nunca daba un motivo de vergüenza a su madre, si acaso, yo era un defectillo por ahí, pero en mi tierna infancia estaban justo en el mero momento para encausarme. Mi relación con mi madre era ambivalente, por un lado la quería muchísimo, pero por el otro me podía realmente cagar que no podía tomar una sola decisión en su vida por sí misma, y que no tenía los suficientes huevos como para alejarse de relaciones destructivas, verbi gracia, mi abuela que era como la chingada.
3. Levantarme los domingos y los días de vacaciones para hacer el almuerzo, mientras mis hermanos dormían plácidamente en sus respectivas camas y mi madre inventaba un dolor de cabeza. Barrer el frente, la cochera y la terraza; lavar los platos sucios y lavar mi ropa. Obviamente repelé, porque eso me daba toda la responsabilidad de mi casa, y porque nadie, además de yo, movía un dedo, y entonces menos lo hacía y más se enojaba mi madre y decía cosas como "si no lo hago yo, no lo hace nadie" y yo le contestaba que también tenía otros dos hijos, y que hasta donde yo sabía, todos íbamos a la escuela y teníamos tarea. Luego mi madre impuso la moda de que mi hermana y yo, cada quien, laváramos nuestra ropa, pero me dio mucha tristeza cuando yo me fui a vivir a Las Cruces de enterarme que esa medida era nada más para mí, porque mi madre sí le lavaba la ropa a mi hermana junto con la de su marido y la de mi hermano.
Un hombrecito como mi hermano podía:
1. Desvelarse, dormir hasta bien tarde y gozar de un par de horas extra el aire acondicionado.
2. Encerrarse en su cuarto para pensar sobre grandes cosas en la vida.
3. Salir y quedarse a dormir donde le cayera la noche.
4. Enojarse porque no había nada preparado para comer.
5. Rechazar hacer cosas como desmontar el jardín, lavar el carro, so pretexto de estar cansado o tener una tarea muy difícil de hacer.
Al ver semejante injusticia en los roles, le pedí a mi madre que por favor le asignara alguna tarea a mi hermano y me contestó algo muy gracioso: "Pero de qué te quejas, siempre lleva su plato y su vaso al fregadero. Además, ahorita está pasando por una etapa de reafirmación muy importante y no lo puedo dejar que haga cosas de mujeres". Yo no podía creer lo que mi madre estaba diciendo, sobre todo porque siempre se le llenaba la boca al defender la igualdad entre hombre y mujeres.
Pero bueno, si estoy roles definidos por mi abuela hubieran sido infalibles, entonces yo ahorita sería una buga perfecta y felizmente casada con un hombre hecho y derecho, no mejor que mi padre, claro, porque mi padre debía ser una imagen insuperable.
Sin embargo los roles me cayeron por otro lado
En mi familia se estilaba algo muy estúpido. Si uno es una cosa, entonces tú debes escoger otra. Por eso mi hermano es físico, yo letróloga, y mi hermana química, porque nadie podía repetir profesión y menos terminar siendo profesores (irónicamente, los tres somos profesores de clóset). Siguiendo esa lógica, mis padres deben estar relajados y respirando tranquilos: no, no habrá otra lesbiana en la familia, así como no hay otro abogado, ni otro artista, ni nadie que supere ni compita con nadie, aunque en el fondo la vida es una competencia eterna. Pero bueno, ganas de hacerse pendejos. Yo, como la mayoría de la gente, he tenido tiempo y oportunidades de sobra para hacerme de roles. Yo me instalé en el de oveja negra, un papel muy fácil de desempeñar, ¿no?, nada más se trata de ser lesbiana y ser culpada de todas las desgracias de la familia. Mi hermana se empeñó en ser la hija buena y mi hermano... bueno, mi hermano es un caso aparte. Ser la oveja negra era mi rol favorito, hasta que me harté de las faltas de respeto y hasta que vislumbré que mi ética personal dictaba que no debía quedarme en ese rol si quería ser madre, cosas mías, cosas íntimas, supongo.
Y ahora la gente me dice
y yo misma me pregunté en algún tiempo: "¿no les hará falta el rol masculino a Diego y Santiago?", yo creo entender las cosas de esta manera: la realidad siempre es más fuerte que la fantasía, aunque a veces se confundan. La realidad indica que dentro de mi vida estuvo mi madre y estuvo mi abuela y no por eso fui la doncella dócil y delicada que esperaban, y aunque lo hubiera sido, mi pecado no son los manierismos ni mi desorientación en la vida, mi pecado es que me gustan mucho, demasiado las mujeres, y supongo que en ese sentido es toda la preocupación sobre los roles masculinos que van o no van a tener mis hijos. Es más, mi preocupación es todavía superior, ¿cómo les voy a explicar que ser hombre o ser mujer poca relación guarda con la capacidad de lavar una taza y con la atracción emocional hacia una persona? Interesante, ¿no?

11 comentarios:

Anónimo dijo...

"Eres el arquitecto de tu propio destino" tomen la desición que tomen, Diego y Santiago harán lo correcto y es que si en algo influirá el tener dos mamis es que aprenderán a valorar, defender y respetar a la mujer como tal, no como objeto, son seres individuales, sanitos y que decidirán por si mismos!!! So siéntanse orgullosas chicas!!! Cuántos no crecieron sin una figura masculina en su vida??
Bendiciones!!! besitos a los niños mas lindos!!!

Akaotome dijo...

Muchas gracias por tus palabras, marina.
Saludos!!!

Mariana dijo...

Ay los roles los roles!
Cada cual verá que lo hace estar mas comodo, pero yo afirmo que la gracia está en rotar!
Si tratas de forzar alguna conducta, corres el riesgo de que te hagan la contra solo de rebeldes que son las criaturas!Conste que desde que soy madre distingo el SON del SOMOS jajaja.
Hay que tener muuuucho cuidado de no terminar pareciendonos a lo que mas odiamos, de tanto alejarnos (terminamos dando una vuelta entera).
Besos de las tres!

Anónimo dijo...

Me encanta leerlas, son tan reales y autenticas, ambas deben de ser verdaderas y sinceras amigas, lastima que la distancia sea tan larga, akaotome sabes que uno a veces se mete en muchos problemas por decir la verdad, lo que uno siente, lo que uno cree que debiera ser(no es que me sienta doña perfecta) lo que pasa es que cuando uno es criado con falta de cariño, con preferencia hacia algunos de los hermanos, va creciendo en nuestros sentimientos una espinita que a la larga puede llegar a ser una mata de Cuji, te cuento sobre mi, nosotros fuimos 5 hembras y 1 varón, de lo cual el tuvo todo lo que nosotras nunca tuvimos, nunca en su vida ha fregado un plato, mi madre ha estado enferma y mis hermanas van a ayudar, para lavarle la ropa o hacerle comida,yo nunca lo he hecho, el ahora tiene 30 años, tanto fueron los rollos y pataletas que yo montaba, que mi madre siempre me gritaba “tu no quieres a tu hermano” y el creció creyendo eso, pues creo que yo también me lo creí, a la larga solo fui una rebelde sin causa para todos, ahora mi hermano me saluda con solo un hola, Lo mas importante de todo es criar a tus hijos de igual manera, enseñándole responsabilidades con amor desde pequeños, nunca dejar de comunicarse, lo que hagan los dos bueno que ellos crean que es una hazaña, pués aplaudirlos y felicitarlos por igual, y lo que hagan equivocado reprimirlos con consejos, pero a los dos por igual,claro cuando cada uno lo haga, no es que ambos paguen por lo que hace uno, jeje solo así serán unos adultos independientes, no necesitaran ni a su mamá ni a una mujer que la sustituya. Solo la mujer es culpable de que el machismo exista,ok bueno con mi lamento boliviano podras practicar los puntos, comas y acentos, en eso estoy raspada…jeje las felicito sinceramente a las dos y lo repito disfruto un mundo su blog..uff creo que escribí un testamento, lo siento!!

Akaotome dijo...

mariana: ay no, dios nos libre, jajaja, terminar abueleando, faltaba más.
rosa y clavel:gracias, gracias... cierto, la verdad es la principal promotora de conflictos, qué curioso, ¿no? gracias por compartir tu historia, también, y bueno, está en nosotras hacer de Diego y Santiago un par de hombres feministas, como bien nos dijo una amiga antes de que los bebés nacieran.

Anónimo dijo...

Ay!!.... los roles...gran dilema ese.... La sociedad asigna roles masculinos y femeninos, pero yo creo que cada vez más vamos acercándonos a una franja bastante pareja entre los roles masculinos y femeninos. De todas maneras creo que lo más importante que le podemos transmitir a nuestros hijos es el amor, el amor por lo que uno hace, el respeto, la amplitud en la variedad de gustos y placeres... y el resto.... el resto lo llena lo cotidiano y a vivir,!!!!,.. que esos dos soles que tienen sean hombres que respeten y sepana amar..... qué mas?? besos. Moni Ag.

Anónimo dijo...

Pues a Sampi le encantan los roles de canela!! Y a Diego los glaseados!

Anónimo dijo...

saludos nuevamente de puerto rico, me encanta leerlas y que compartan sus experiencias, me dan un alivio al pensar que no soy la unica que se preocupa en si estoy haciendolo bien..., una pregunta que siempre me hecho es si mi hijo necesita esa figura masculina en su vida.
En mi padre fue el tipico hombre hispano, jugaba mucho con nosotros canicas, bicicletas y nos llevaba de paseo, pero siempre con su diciplina aveces exagerada, mi madre mujer sumisa nos llenaba de besos y carinos. A mi me encantaba estar con mi papa por todos lados y siempre me quise parecer a el. En mi familia no se q diablos paso q mi hermano es gay y yo por supuesto lesbiana, mi papa trato y trato de envolver a mi hermano en cosas de ninos y no le salio. A mi pues me veian por incorregible trataron y se dieron por vencidos. Ahora, no se, si mi hijo necesitara de ese personaje en su vida aunque yo comparto con el los juegos como lo hacia mi papa conmigo, mi ex pareja lo lleva de paseo y lo lleva a hacer deportes. Mi hijo vive rodeado de mujeres desde sus 3 mamas sus abuelas y hermanastra, se siente amado y es feliz siempre con una sonrisa, lleno de atenciones. Le ensenamos valores le decimos q las mujeres se respetan q hay q cuidarlas amarlas, q hay q ayudar a los demas. No se solo espero q sea un hombre de bien con una mente bien abierta.
bueno exito chica! y sigan escribiendo y yo seguire leyendo

Anónimo dijo...

aqui de nuevo los roles los impone la mujer, siempre he dicho la gente llega adonde tu permitas. Mi hijoo tiene 3 anos y me ayuda a barrer mapear etc, le explico q tiene q ayudar a mama. yo no le pongo roles a nada en mi casa, le digo esta sucio hay q limpiar y tienes q ayudar si quieres q vayamos al parque. esa fue la manera q sea hacia en mi familia todo el mundo tiene tareas q hacer si quieres algo.

Anónimo dijo...

Las felicito por este blog y les deseo el mejor de los éxitos. Con respecto a este post mi única recomendación es que tan pronto uds. lo juzguen conveniente, sería apropiado que informaran a sus hijos de las bases de su concepción. No los vayan a dejar sin respuestas a una pregunta natural ("quién es mi papá") ni quieran pretender que ese capítulo se lo pueden saltar. Habiendo vivido una situación similar les puedo decir que lo malo no es crecer sin la figura paterna, sino no tener la información apropiada para completar el mapa personal de quién es y de donde vino uno.

Anónimo dijo...

Mmmm a mi me paso lo mismo que a ti :c

El dia que yo tenga hijos les dire que la limpieza es cuestion de higiene NO de genero.