lunes, noviembre 12, 2007

Mamá + mamá





Bueno, habrá a quien le gusten los artículos y a quién no, pero este es muy bueno, y aunque se me pasó el viernes pues pongo la nota hoy. La historia es bellísima, de los trillizos y sus dos mamás.




Sociedad
NOTA DE TAPA
Mamá + mamá
Historias: Andrea y Silvina son pareja hace años. Querían tener hijos y recurrieron a un donante de semen. Silvina quedó embarazada de trillizos... y acaban de ser mamás.


La manito es minúscula. Toda su extensión apenas alcanza para agarrar el dedo de la mujer que la acaricia a través de la manga de la incubadora. Tan sólo seis meses en la panza y una semana de vida, y Jazmín ya puede hacer ese gesto. "Entonces le hacés un mimo y vas jugando con las manos", contará después Andrea. A su lado, en otra incubadora de la sala de terapia intensiva, otra mano igual de chiquita repite el gesto. Otra mujer la acaricia con el mismo amor. Abril responde de la misma manera, encerrando el dedo en su pequeña manito. "Y cuando se lo vas a sacar porque te tenés que ir, justo ahí te aprieta más fuerte y eso te mata... te mata", dirá Silvina. En la tercera incubadora duerme Santiago. Con su kilo doscientos veinte gramos, es el más grande y largo de los tres, pero también el que está más delicado. Un respirador de alta frecuencia bombea oxígeno a sus pulmones y una sonda alimenta su cuerpito con solución parenteral. Está sedado y rodeado de cables. Andrea y Silvina tendrán que irse sin acariciarlo. Y con culpa. "Pero más allá de eso, cuando los ves ahí, respirando con tan poquitos días de vida, te decís que todo es posible." Andrea Majul y Silvina Maddaleno tienen treinta y pico, son locutoras y comunicadoras sociales y hace quince años que están en pareja. Son las mamás de Jazmín, Abril y Santiago, tres bebés hermosos que nacieron el 8 de agosto con veintisiete semanas de gestación, en el Hospital Italiano. Si todo salió como esperaban al momento de escribir esta nota, es probable que hoy Andrea y Silvina estén festejando su primer Día de la Madrecon los tres piojitos en casa. Si no, si todavía están en "la Neo", de todas maneras deben estar festejando haber logrado el milagro de convertirse en madres. Aunque no todo sea color de rosa, y aunque aún falte mucho por delante. Como le pasa al resto de las mamás, ¿no?


SORPRESAS TE DA LA VIDA


Por supuesto que la historia comenzó antes, mucho antes de que tuvieran que tomarse un taxi con Silvina doblada del dolor por una contracción que no tenía fin. Todo empezó en un curso de ingreso al ISER o al Cosal, en agosto de 1992, cuando las radios de frecuencia modulada eran una novedad y todo el mundo moría por ser locutor. Andrea era la profesora; Silvina, la alumna aplicada con pretensiones de literata y actriz que llegó con su bucito amarillo para no irse nunca más (de la vida de Andrea). Pasaron tres años, algunas sesiones de terapia y varios viajes en colectivo juntas hasta que llegó la convivencia. Luego pasaron otros seis años, y recién entonces, con la pareja afianzada, el deseo de tener un hijo empezó a surgir. Adoptar fue la primera opción, lógico. La idea de que con ese gesto iban a compensar algo, una falta, las seducía. Sin embargo no prosperó. Porque si para una pareja heterosexual adoptar un niño es una quimera, para ellas era un imposible. Descartado. El avance de la ciencia y de las técnicas de reproducción asistida les dio la oportunidad que la ley les negaba. Para eso tuvieron que recurrir a una clínica de fertilidad, contactarse con un banco de semen y convertirse en ciclotímicas, literalmente. "Ya no podíamos más. No sabés lo que es vivir midiendo tu vida cada 15 días: 15 días de espera para hacer el intento, 15 días para esperar el resultado... y todo eran 15 días", recuerda Andrea. Entonces, se fueron de vacaciones a la Costa."Justo antes de venirnos nos tocaba hacernos un test –sigue Silvina –. Fue así: yo me desperté a las seis de la mañana, puse la cosita del test y la fui a buscar a ella para despertarla; total, había que esperar cinco minutos... Pero no me dio ni tiempo de ir a buscarla. ¡Estaba embarazadísima!" Una ecografía en el medio de un susto por una pérdida les dio la otra gran noticia: en vez de uno venían tres. La primera reacción fue una carcajada que duró tres minutos. "Es que al principio no lo podés creer. Tratá de hacerte a la idea... ¡Tres!", dice Andrea. "Y ahí empezó una especie de montaña rusa que hasta hoy no para", cuenta Silvina. Y no es para menos. Para empezar había que llevar adelante un embarazo de alto riesgo y después organizarse. Organizarse para lo que iba a venir después. Al principio, tenían tiempo para contar qué sentían. El 19 de mayo, Silvina – Tilvy para los amigos – anotó en su diario íntimo/público en internet: "Estamos con los miedos típicos de cualquier padre que piensa en que quiere darles todo a sus hijos y teme no estar a la altura de las circunstancias. Pero alguien nos dijo que si la naturaleza nos dio este obsequio será porque tenemos espalda para atajarlo, así que aquí estamos preparándonos para tal cosa: ejercitando la cabeza, los reflejos y el físico para atajar este increíble regalo que nos llega por triplicado".


NO PIDO PERMISO PARA NACER


Andrea no puede creer que ya hayan pasado cinco meses desde que Tilvy puso sus miedos por escrito. No puede creer que todo haya salido bien cuando pudo haber resultado tan mal. Porque el parto fue de apuro, de altísimo riesgo... gracias a la impaciencia de Santiago: "Si hay algo seguro, es que Santi es un muchacho decidido. Porque hay que bajar hasta ahí, hasta el canal de parto". ¿Y cuál es la hipótesis, que ya estaba listo para salir? Silvina: Hay diferentes hipótesis. Que tenía muy poco espacio, que era mucho el peso de cada uno, que el peso de las hermanas también lo empujó. Y cuando no hay lugar es cuando naturalmente se termina el embarazo y nace el bebé. ¿Te asustaste? Silvina: Lo hablamos ya como mil veces tratando de recordar el momento y pensando todo lo bueno que pasó cuando todo lo malo podría haber pasado. Cuando empecé con todos esos dolores estaba como confundida, realmente no creí que estaba en trabajo de parto; pensé que podía ser una amenaza pero no que era algo inminente. Todo el tiempo te dicen que tenés mucho tiempo; no que en veinte minutos tenés ocho de dilatación. Entonces yo pensaba: "Si es una contracción, esperemos a que termine". Quería tener ese minuto en el medio en que no te duele para vestirme, para ir hasta el living, para llegar al ascensor y tomar un taxi, porque estaba tan dolorida que me estaba revolcando en la cama y no me podía levantar. Andrea: Yo la iba arrastrando... Como veía que no cortaba, le decía: "Yo te cambio, vamos, vamos". Silvina: Mientras me iba vistiendo, yo le decía: "Llamalo a Lean", por mi hermano, que es médico. Mi hermano lo primero que le dijo fue: "Rajen a la guardia, ya". Y ella no sé cómo hizo pero me arrastró. Me acuerdo que no venía ningún taxi, y yo estaba doblada de dolor y decía: "Ay, bueno, ya tiene que llegar algún momento en el que no me duela", pero no venía. Así que en una contracción eterna llegamos acá, al hospital. Andrea : Yo fui a hacer los trámites tipo telegrama: "27 semanas, trillizos, contracción que no para, carnet, tomá". Silvina: En menos de un minuto tenía una persona con una silla de ruedas llevándome a la guardia de Obstetricia, que está a cinco metros. Me revisaron enseguidísima, me midieron y me dijeron: "Vamos a la sala de dilatación". Yo pensé: "¿Dilatación? Estamos todos locos"... Yo creí que me iban a decir: "Te vamos a dar tal medicación o te internamos". Estábamos en la semana 27, era algo impensado que nacieran los nenes. Ahí empecé a cagar a pedos a todo el mundo: "No, no, ahora no tienen que nacer, es muy temprano, ahora no". Cuando llegó mi obstetra, que es re capo, dijo: "Acá son todos unos boludos. Nena, vos cerrá las piernas que hoy no nacen". Entonces me midió y me dijo: "Tenés ocho de dilatación, esto es imparable. Hacemos la cesárea ya mismo". En el mismo tono de no hacemos nada, hacemos todo. Y ahí empecé a caer que sí, que ya nacían. Entonces la enfermera me contó que abajo tenía siete de dilatación. Y habían pasado diez minutos. O sea que venía bum, bum, bum. Santi ya estaba sacando la cabeza... El doctor se la tuvo que agarrar y sacarlo al revés. Sí, con ocho centímetros, porque con diez ya nacía. La cesárea de urgencia se hizo para parar el parto, porque hubiera sido una carnicería, hubiera sido un desastre si nacían por parto natural, aun dentro del hospital. No, se morían en el intento por la fuerza que tenían que hacer. Ese miércoles, a las 14.34, Santiago fue el primero en asomarse al mundo: pesaba 1,220 kilos. Un minuto más tarde, nacía Jazmín –apenas 1,055 kg–, y a las 14.36 lloraba por primera vez Abril, de 1,170 kilos. "Andrea estuvo conmigo sin interrupción. Los vio llegar uno a uno, yo no pude más que oírlos llorar porque el telón de la cesárea y la urgencia no lo permitieron. Pero nos teníamos de la mano... Nos teníamos", dice Silvina.


CADA VEZ QUE RESPIRAN


Dos meses después, Silvina y Andrea están en la sala de espera de Neonatología –su segundo hogar– aguardando el turno de las nueve de la noche para entrar a cambiarles los pañales, pesarlos, bañarlos y darles la teta. Los pichoncitos ya tienen 34 semanas (como son prematuros se siguen contando sus semanas de gestación) y han hecho grandes progresos. Para empezar, duplicaron el peso. Hasta la pequeña Jazmín, que nació con un kilo cincuenta, hoy pesa dos kilos ciento veinte gramos. Todos han desarrollado el reflejo de succión y toman la teta y la mamadera. Por ahora la alimentación por sonda queda reservada a la noche y pronto no la necesitarán más. Pero lo más importante es que los tres respiran sin ninguna ayuda. Atrás quedaron el respirador de alta frecuencia, el C-Pap y las bigoteras . También dejaron las incubadoras y hoy duermen en cunas. "El doctor nos dijo que vayamos pensando que en unos días al fin estaremos en casa... Todos nos preguntan si estamos listas, y la verdad, uno nunca está listo; te da como un miedito, pero se supera pronto, creo –se convence Silvina–. Así que en cuanto Santi apruebe la materia 'Respirar sin oxígeno' y los tres se alimenten con mamadera y/o teta indistintamente, nos vamos a casa los cinco juntos." Los progresos se traducen en un cambio de hábitat; los que ayer eran "los quilomberos del fondo" de la sala de terapia intensiva hoy están lo más panchos en terapia intermedia, con un pronóstico muy alentador: un par de días más y a casa. La posibilidad alegra a Andrea y a Silvina pero también les da miedo, y no es miedo a criarlos, a no dormir, a tener que cambiarlos veinticinco millones de veces. Es el vértigo que produce no contar más con el saturómetro, ese aparatito maravilloso que día y noche les mide la oxigenación en sangre y el pulso cardíaco y hace sonar la alarma no bien algo anda mal. Cuando lleguen a casa no lo tendrán; dependerán de sí mismas para controlar si los bebés respiran como se debe. "Seguramente las primeras noches no vamos a dormir viendo si les sube y les baja la panza", repiten el más universal de los temores maternos. En un futuro lejano otras dudas las desvelarán –cómo contarles a los chicos quién es su papá, cómo prepararlos para el qué dirán y las miradas de soslayo–, pero hoy es otro problema el que les quita el sueño: la falta de ingresos. Después de haber logrado armar una pequeña consultora de comunicación, este año las chicas decidieron regresar a la vieja profesión de locutoras (Andrea fue por años la voz de un canal de cable). Sin embargo, no todo resultó bien y hoy viven al día. Además, el embarazo de riesgo, el nacimiento antes de término y la larga estadía en la Neoles consumió los pocos ahorros que les quedaban. "En este momento nos están ayudando nuestros amigos. O sea, pusieron una red gigante y nos dijeron: 'Acá estamos'. Pero, ¿cuánto tiempo más pueden sostenernos? La desesperación llega por ese lado", se sincera Silvina. Y es que los gastos son muchos. Sólo en pañales los trillizos necesitan 50 cada dos días. Y la leche que tienen que tomar cuesta 80 pesos y dura apenas otros dos días. Un gasto enorme. Pero ahora son las nueve de la noche y Silvina tiene que entrar a terapia a darles la teta. Andrea se demora charlando. Mañana deberá ir hasta Nazca y Gaona a comprar un termómetro para asegurarse de que cuando lleguen los nenes la habitación esté a 24 grados. Ya compró el alcohol y los barbijos por las dudas y colocó una guarda con barquitos azules y una cortina amarilla. El futuro está por llegar.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad ya lo había visto el artículo y me parece de muy mal gusto que expongan a esos niñitos como lo hacen
Si quieren contar su historia (muy bella por sí) está bárbaro que lo hagan.
Lo más patético es el relato final donde salen casi mendigando ayuda económica.
No tuvieron previsto que no tenían trabajo antes de pensar en niños.
Me parece muy poco serio
Saludos

María José

Marina dijo...

Hola!
Te escribo esto para corregirte un comentario que dejaste en otro blog!
Como que nunca vendras a nuestras reuniones! Nunca es un termino muy grande, aparte en algun momento podriamos hacer una video conferencia no?
Con respecto al comentario anterior al mio...
Maria José, cada cual hace con SU VIDA y SUS HIJOS lo que quiere y puede, siempre es preferible hacer pública una necesidad a hacerles faltar NADA (POR ORGULLO).
Por otra parte nadie nunca tiene previsto tener que pasar meses en una sala de neonatologia, solo hay que tratar que ponerse en el lugar del otro antes de juzgar no te parece?

Ana, un abrazo desde Argentina...
Mariana

Anónimo dijo...

Mariana
La verdad es que seguramente cada uno hace con su vida lo que quiere. Lo que no me parece bien es que hagas cosas con la vida de tus pequeños, aunque sean "TUS PEQUEÑOS".
Si te comento lo de la falta total de previsiones, la falta de trabajo y demás, es porque conozco la cuestión de cerca. Y es así. Es una total falta de responsabilidad, y es pensar en uno mismo primero antes que en el que está por nacer.
Es decir: Quiero ser madre (s)y mostrárselo al mundo a toda costa.
Bueno, nada más. Leo siempre este blog y por casualidad me topé con esta noticia que ya había visto. Solo eso, y por supuesto respeto el hacer de los demás. Por eso también creo que se debe respetar lo que pienso.

Saludos

María José

PD: Espero que estén en Monterrey ya a estas horas

Anónimo dijo...

Definitivamente tu intolerancia es tan grande que te tomas tantas molestias para darla a conocer a gente que no le importa.
Te respeto María José,por el hecho de ser una persona y por el hecho de ser mujer, pero no me importa ni un poquito lo que pienses y creo que a nadie en este blog.
Creo que tú y gente con tus mismas ideas no entienden que esta cuestión de las paginas es:
1. Personal: cada quien expresa sus ideas, pensamientos, decisiones, miedos, frustraciones y logros.
2. Las ideas manejadas son exclusivamente responsabilidad de sus autores y no buscan autorización, confirmación, o buenos deseos sino visibilidad, misma que urge en este y otros países para que gente como tú no siga escribiendo este tipo de comentarios.
3. Los pequeños son responsabilidad de sus madres hasta que tengan edad de decidir, entonces seguramente ellas respetaran sus decisiones.
4. Realmente me parece un acto de zenofobia patético que cuando una familia heterosexual sube a la red fotos de sus hijos, solo recibe comentarios como "que bonito" o "que grande esta", si la familia es homosexual entonces los acusan de "exhibirlos".
No María José, tu no respetas ni un poco.
Espero que antes de dejar otro comentario de esta naturaleza en este u otros blogs, pienses en eso y ahorres energías.
EL CIBERSPECIO ES MUY GRANDE

Anónimo dijo...

Creo que sí Daniela, estamos de acuerdo, el Ciberespacio es muy grande, es lo que dije en mi comentario anterior. Y a pesar de ser homosexual, a muy pocos heterosexuales se les ocurre publicar fotos de sus niños.
Ese es nuestro problema, tratar de diferenciarnos y despues buscar que no nos diferencien.
Y lo de buscar aceptación y felicitaciones, eso es real y es solo una cuestión de inseguridad que se nota a kilómetros.
Voy a escribir tantas veces quiera, salvo que las dueñas del blog no lo publiquen. No sos vos quien diga quien escribe o no.
Crea el tuyo propio y ahí dejá entrar a quienes quieras.

María José

PD: Opino exactamente lo mismo sobre la publicación de niños provenientes de familias de cualquier tipo.

Anónimo dijo...

Les comento que en mi opinión, la web es un vehículo a veces peligroso, ya que no sabemos quienes miran nuestras publicaciones. Son miles, muchos más que quienes leen diarios y revistas. Y también son muchos más de los que escribimos.
Es mucha gente que no conocemos, y es por eso que yo le sugerí a las chicas no subir fotos de los trilli. Comentaba, para quienes no fueran de mi país, que aquí en cualquier noticia donde esté involucrado un menor, siempre se les tapa la carita o aparece desdibujada, por una cuestión de protección, además las instituciones protectoras siempre lo recomiendan, en primer lugar por seguridad y luego porque no tienen edad de elegir ser fotografiados, o no.
Comento esto porque respecto de la web, he tenido una muy mala experiencia.
Creo que todos quienes seguimos la historia de estas dos mamis, no nos vamos a ofender si no vemos a los niños. Sería una solución ir a visitarlos y darles una mano con estos tres soles.
Y si por la distancia no podemos, no se, pedir fotitos vía mail, que es un poco más seguro.
Una visitante del blog –no recuerdo quien- habla de que debemos confiar en Dios, que él los va a proteger. Pero la verdad, vale la pena encomendarse a Dios?
Pienso que la historia ya fue contada y puede seguir siéndolo, sin necesidad de mostrar a los babys.
No sé si están de acuerdo conmigo, pero la verdad es que lo aconsejo a partir de mi experiencia.
Un abrazo
Su

Anónimo dijo...

Bueno, quién soy yo para impedir que otras madres suban fotos de sus hijos a la red si esa es mi actividad favorita!
Yo sé que nos exponemos a muchas cosas. Pero también sé que viviendo me expongo diariamente a tantas cosas que no puedo tenerle miedo al miedo.

Duende dijo...

Chicas!! ya las agregué en el facebook , me las hallé por medio de otra amiga...espero me acepten.

Ah..hice un comentario , pero en la entrada pasada, para ver si lo puden checar, esk me equivoqué de entrada pensando que esa era la última pero me equivoqué...

Saludos

Duende dijo...

Aquí está el comment===>

Hola Cris!
Hola Ana!
Como siempre...sigo leyendo su blog, lo veo y digo: "mergas", éstas mujeres cómo escriben,jaja no se crean... pero aún así me lo aviento todito, porque con cada anécdota o "traginovela" que ecriben trato de aprender mucho.
La historia de los trilliz y sus mamis tbmn la he seguido de cerca, qué bueno que hicieron una entrada para ellos.

Respecto a una entrada anterior...
Saben ? mi más grande miedo es que me pase lo que les pasó a uds. mi mamá es lo mejor que dios me pudo haber dado, y una situación así creo que me dolería mucho. Por eso quiero que el tiempo pase más, para poder decirle mi situación.
Me da mucho gusto lo de los pequeños, cada vez más grandes y me imagino : más bellos!
Ojalá pudieras ir Crix, a ver a tus hijos.
La mejor vibra!

Ahh. Crix... por medio de una amiga hallé tu facebook, te agregaré a ver si me aceptas vale?...
Besos

Anónimo dijo...

sí que bueno que pusieron la historia, visibilidad

Anónimo dijo...

Hola chicas tanto tiempo, lo que me vengo preguntando es si todo debe ser respetado?
y me refiero a si cualquier hijo de vecino puede decir cualquier cosa sobre nuestros hijos y uno debe de tolerarlo. Creo que no, que en todo caso puede ser discutible o atendible mas que Respetado
Hay comentarios sobre esa nota, en la edicion que siguio a esa en viva, es decir las cartas a la editorial respecto de la nota.
Que a mi no me merecen ni el mas minimo respeto, aquellos refentes a una moral de antaño inculcada a presion por la iglesia, entonces a mas de un siglo en que la ciencia a deslindado la sexulaidad de la reproduccion, tenemos que respetar a alguien que se esconde bajo un Dios! o creencias absurdas,
no creo que sea necesario discutir de religion o fe con nadie y ahi estoy de acuerdo en que cada uno cree lo que quiere,y lo que puede
Ahora, que quede claro que una creencia no es fundamento valido, Que se saquen las caretas y den la cada ante el prejuicio sin el amparo de ningun Dios que los proteja
No creo tampoco que cualquiera pueda venir desde el desconocimiento total del otro a decir, algo tan jodido como lo que dice el primer comentario de este post, No es voluntario tener trillizos, y el gasto no es el mismo que el de un solo bebe, Hay que ser jodida y tener una imposibilidad muy grande de ponerte en el cuero de ellas para poder juzgar tan desde afuera una situacion, no se de donde es quien lo hizo pero aca, en Argentina, como en toda latinoamerica la economia no marcha justamente bien, y ni hablemos de como estamos a nivel social.
Y no creo que eso sea fundamento ultimo para apostar al futuro teniendo un hijo, o ahora los hijos se miden en terminos economicos de posibilidades.
bueno chicas les mando un beso.
Luz, de vuelo sin orillas (que por algun motivo no me entra la contraseña y tengo que publicar como anónimo)