martes, febrero 16, 2016

Mis nuevxs amigxs

Yo soy de esas personas que hace amistades con facilidad. No me pregunten por qué. Mi autoconcepción es la de una persona huraña a la que le gusta comer a solas, estar en un rincón leyendo y no ser molestada, pero parece que el mundo me tiene en un concepto diferente, y no siempre estoy de ánimos para discutir con las personas y hacerles saber que me intimidan sus presencias,
En fin, creo que esa sonrisa nerviosa y mi tendencia a decir que sí a todo para no incomodar resultan en que la gente me trate bien y lleguemos a términos amistosos.
Lo mismo me pasa con algunxs animalitxs. Si voy caminando por la calle y alguno me maúlla exigiéndome (porque así son, exigentes) atención y cariño, se lo doy. No tengo recursos para darles hogar, ni alimento, pero atención y cariño puedo darles. Así es como un día noté que un chico me ladraba con insistencia cada que pasaba por su casa para ir a recoger a mi hijxs. Un día voltié y le pregunté qué necesitaba. Faltaba más, se derritió de amor, movió la cola incansablemente y saltó de felicidad. Desde ese día, siempre que está me recibe con amor, me ofrece su pata y me pone la oreja para que se la rasque. Él es Lugo, su collar dice que así se llama. Es guapísimo y súper cariñoso.
Lugo se emociona cada que nos ve llegar.





Lugo de pie para pedir amor.
Nuestra relación es a través de una reja :(



Con Barry fue algo diferente. Él vive en una casa cercana a un callejón que tomo a diario para venir a UTEP. En la casa donde les dan comida a lxs gatxs, viven varixs de sus amigxs, Un día Crix y yo, nos tomamos la libertad de nombrarlos porque queríamos distinguirlos entre sí. Les pusimos Harry y Larry. De hecho son Harry Morris Mauricio y Larry William. Harry es amarillo y Larry es gris atigrado con rosa (ni miento, ni exagero). Pero a ellxs no les gusta el contacto físico con desconocidxs. Nos hablan y se acercan, pero sin contacto. Así de tanto visitarlos y verlos, un día notamos al tercer compadre y pues por no quedarle mal le pusimos Barry.
Barry y yo hicimos click de inmediato. Me busca cada que me oye pasar por el callejón, estamos ya en intercambio de caricias. Sale a mi encuentro cuando paso por la calle del frente de su casa también. Es muy cariñoso. No sé cómo perdió un pedacito de oreja, lo cuál le da mucha personalidad, he pensado en ponerle Vicente de segundo nombre por ese detallito.
Barry cuando me mira acercarme a lo lejos.


Barry sin pedacito de orejita.

1 comentario:

Isabel dijo...

Cuando los gatos que viven con nosotras nos adoptaron, fuimos las humanas quienes ganamos más en esa relación. Gracias por compartir su experiencia.