jueves, agosto 02, 2012

Día 6

Anita:
Hoy fue un día muy tranquilo. Comimos temprano porque quedé de tomarme un cafecito con Vania. A Vania la había conocido hace poco más de un año cuando vine con los Osos de casamentera. Estuvimos platicando sobre el vblog y te tenemos una sorpresita. Los tiagos se portaron relativamente bien, hasta que Diego casi tiene un ataque de histeria porque no le tocó jugar con el iPhone de Vania.
Como te conté ayer, los muchachones habían hecho una amistad muy peculiar en el parque que está por Bancomer. Una de las chicas le había dejado la resortera porque según esto iríamos al parque hoy como a las 6:30. Conocedora de la puntualidad chilanga, llegamos como a las 6:50 al parque y la única que estaba era una niña llamada Xóchitl. No sé cómo, Diego empezó a hablar con ella. Después de entrada la plática, vi que además estaba teniendo toda una conversación con alguien de afuera que, asumo, es la mamá de Xóchitl. La niña tendrá unos 8 años. Le dijo a Diego que si quería ir mañana ella estaría ahí porque trabaja de mesera en un restaurante de al lado. Diego muy laborioso, pidió también trabajar con Xóchitl pero le dije que cómo se le ocurría que lo iba a llevar a trabajar. El tiempo pasó y las chicas de la resortera no llegaban. Los minutos pasaron y la verdad es que el parque estuvo bastante menos concurrido que ayer, el punto es que para las 8:00 les dije a los dos que yo creía que las chicas no irían. Santiago insistió en volver mañana y cada día hasta que las volvieran a ver. Yo le dije que todavía no sabía qué haríamos mañana.
De regreso a casa, Diego se puso a cantar la canción del Vampiro Negro, así que juzgué prudente que en lo que hacíamos tiempo para ir a la cama podíamos ver videos.
Vimos el mentado Vampiro Negro:


Y desde luego, la favorita de Diego: Los Changos.



Compré el Tiempo Libre para ver si había alguna actividad mañana pero todavía no encuentro ninguna. Ya te contaré.
Sigo contando días y sigue pareciéndome que transcurren muy lentos. El lunes tengo que ir a checar lo de las  escuelas para Diego y Santiago, ojalá queden en la de al lado.
Te extrañamos mucho y ya queremos que vuelvas. Yo, en particular, de repente redescubro lugares y quisiera que los redescubrieras conmigo. Tengo que luchar contra las ganas mías de comer lo que sea porque aunque no estés tú, están los niños y hay que darles ese sentido de hábito. Comemos alrededor de las tres aunque a Santiago a veces se le hace eterno el tiempo y extraña los snacks que solía empacarse en casa de la abuela. Diego anda achilangado, su comida favorita de esta semana fue tacos de arroz con huevo. Cada que le da hambre quiere ir por un taco de esos a donde siempre.

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