miércoles, julio 25, 2012

Un cafecito

Diego jugando con el i-phone de su amigo
Una de tantas tardes de ocio, Crix decidió que era hora de ir a socializar. Fuimos al centro histórico a visitar a nuestra muy querida amiga Marlene que trabaja en uno de los edificios del GDF frente al Zócalo. Comimos en una plaza comercial escondida dentro de uno de los monumentales edificios del centro. Una rica y nutrida comida corrida que incluía consomé de pollo, arroz, y chiles rellenos de queso. Con tortillitas recién hechas y agua fresca de guayaba.
Santiago y su amigo jugando por turnos en la tablet
Muy felices al terminar nos cruzamos al Starbucks de 16 de Septiembre donde ella quedó de verse con una amiga de sus buenos y muy viejos tiempos en Houston, Tx. Allí los niños se vieron pronto sumergidos en un estado terrible de aburrimiento. Santiago comenzó a nadar en el piso, no a arrastrarse, sino a NADAR, literalmente daba brazadas y zurcaba el local de un lado a otro. Diego mientras tanto cruzó los brazos y se puso a hacernos muecas de descontento. Saqué de la bolsa un par de libros de tareas que tienen que terminar antes de entrar a primer año. Terminaron las actividades del día en un santiamén y vuelta a empezar a la nadada y las muecas. Diego se entretuvo leyendo por 5 minutos.


Chris y Crix

Product placement
Se me ocurrió entonces ir a conseguir los infalibles colores que entretienen a chicos y grandes. Me llevé a diego al Palacio de Hierro que está a la vuelta. Sobretodo porque no se me ocurrió otro lugar donde seguro pudiera encontrar colores. Terminé en la juguetería comprando unos plumones marca Crayola con libro de colorear y calcomanías incluídas. Un kit que seguro proporcionaría horas de sano esparcimiento para mis pequeños querubines.
Volvimos al Starbucks donde Mamá estaba ya con su amiga platicando y sampi se entretenía jugando en la lap de Mamá en el sitio de internet elbuhoboo.com. Diego lo vió y de inmediato olvidó los marcadores recién comprados y pidió jugar también. Tuve que sacar la mía y los dejé jugar. Uno en cada lap. Pero semejante maravilla duró sólo unos cuántos minutos. Al poco tiempo cada cual se hizo de un amigo y se puso a jugar uno en una tablet con un chico de veintitantos y otro con el iphone de un señor.
Criseida moría de pudor. "Ana, no los educas."
Nosotras que tratamos de inculcarles jugar con trompos y baleros, pero la tecnología nos está ganando la batalla. ¿Será hora de ahorrar para comprarles una tablet?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno y a todo esto quien es la tal Sol Castro? Si de verdad esta loca, o tiene problemas avisen para no andar de inocentes y caer en sus manipuleos. Como Monterrey es un vil rancho bicicletero (y mas en lo gay) tarde o temprano podemos caer por ahi. Que feo.

Por otra parte que tristeza que se hayan ido, ustedes me caen super bien, las veia muy seguido por la calle con los niños. Yo vi a los niños cuando eran unos bebes recien llegados, muchas de las cosas que escribia Ana me llegaban sobre todo la paranoia en la influenza y la matanza del narco regia. En sus post se refleja como Monterrey fue una ciudad dura para ustedes y siempre me pregunte por que no se regresaban siendo que alla estando casadas estaban hasta mas protegidas. Pues gracias chicas por todo lo que intentaron construir aqui, gran parte de lo que sucede ahora con las lesbianas que ya salen a la calle, es gracias a personas como ustedes.

Que tengan una vida muy feliz y muy dichosa en tierras defectuosas :p y que hagan de ese hall un hogar luminoso, colorido y feliz como lo han soñado. Nos volveremos a ver :)