domingo, junio 17, 2012

La boda

Hace un mes, días más, días menos, fuímos a una hermosa boda lésbica. La pareja en cuestión llevaba ya viviendo junta como seis años. Un día de marzo, creo yo, me llegó un inbox preguntándome si sabría yo de algún lugar aquí en Monterrey donde pudieran realizar su ceremonia religiosa. La verdad me tomó tiempo contestarles porque últimamente ando procastinando todo, hasta mi salud mental. Cuando finalmente contesté, les recomendé, como siempre lo hago en estos casos, que se pusieran en contacto con la ICM (Iglesia de la Comunidad Metropolitana) de Monterrey, Casa de Luz. Ahí el reverendo Alejandro podría realizar una ceremonia cristiana, es una de las opciones más socorridas dentro de la comunidad LGBTTTI.
El pastel con muñequitas de azucar igualitas a las novias de este relato.
Cuando nosotras nos casamos (la primeritita vez) optamos por un intercambio de votos con la Pirámide de la Luna como testiga. Nuestro incipiente feminismo de aquel entonces nos hacía intuir que dejar nuestra unión en manos de un hombre era un contrasentido, pero no muchas lesbianas piensan así. Por ende, me pareció lógico recomendar la opción mainstream a la que la mayoría recurre. Obvio, para ese momento ya me había tomado mi tiempo en escribirles y la pareja feliz ya había tomado su propia decisión y tenía resuelta la situación: tendrían una ceremonia chamánica de raíces mayas.
Así pues el 17 de mayo, la flamante pareja realizó en el DF el consabido trámite legal que las constituyó en un matrimonio social y nacionalmente reconocido. Como todas las parejas del "interior de la república" tuvieron que viajar a la ciudad capital a completar su trámite. (Llenar las fomas del juzgado, una copia del acta de nacimiento, una copia del curp, una copia del comprobante de domicilio [que les puede prestar cualquier conocido que resida allá o puede ser facilitado por el Centro Comunitario de la Diversidad Sexual localizado en Génova 30 H Zona Rosa, Mexico DF, Mexico 06600.]) 
Dos días más tarde, se hizo aquí en Monterrey, bueno, más bien en Santiago, Nuevo León la ceremonia y recepción. Un lujo. Un sueño.
Comenzaré con la reseña desde el principio. Nos invitaron a su casa una noche para entregarnos la invitación que era sencilla, blanca y muy chic, con unos garigoleados muy actuales. Lo más bonito es que decía: Ana de Alejandro y Sra. (Puede ser que a Crix no le haya parecido igual de conmovedor.)
Un par de semanas más tarde fue la despedida de solteras en casa del novio de la mejor amiga de una de ellas. Hubo fritos, golos, cacahuates y demás chuches muy ricos con chamoy y/o salsa botanera a elegir. Creo que cada quien se sampó de uno a dos litros de botana (literal porque venían en vasotes contenedores de ese tamaño).
La recepción tenía unos cuantos "requisitos": llegar ANTES de la ceremonia, porque una vez empezada no se podía interrumpir; llevar ropa de colores, NO negro; y No ñiñxs.
Dejando huella.
Llegamos tan temprano como pudimos, puesto que nos mega perdimos. Lo bueno, es que la invitación venía con truco en la hora. Al entrar en la quinta donde se realizó el evento, nos recibieron las hermanas de una de las novias: hiperguapísimas ambas (una de ellas también lesbiana) y nos pidieron mojar alguno de nuestros deditos y estamparlo en un árbol que se quedarían ellas como recuerdo de tan hermoso día.
También nos dieron unas piedritas para echarles nuestra buena vibra durante la ceremonia. La chamana resultó ser la mamá de una de ellas que ha profundizado sus estudios en la cultura maya. Realizó el rito de las siete direcciones mayas: 
"Una emotiva Ceremonia de la Unión de los Destinos, en donde la pareja experimenta las bondades de Armonizarse con la Naturaleza, de entretejer su esencia con la de su pareja en Amor Universal."
En ésta celebración la pareja y sus invitadxs, fuimos bendecidas por las Esencias Ancestrales, a través de los elementos naturales que conforman la mágica Unión. Iniciamos con un saludo Ceremonial a las Siete Direcciones Universales (Este-Oeste-Norte-Sur-Arriba-Abajo-Centro). Para ello la chamana nos invitó a formar un círculo alrededor de la pareja, tratando de no dejar espacios entre nosotrxs para que no escapara la energía que habríamos de regalarle a ellas. 
La ceremonia guarda en sí misma, la búsqueda de la Conciencia Superior, el entendimiento, experimentando un profundo amor, equilibrio y plenitud. La fuerza de la Energía Creadora de la Vida, que converge en un acto especial de amor incondicional. El círculo de convidadxs alrededor de ellas representa el Universo Cósmico, en el que dos seres se comprometen al entendimiento mutuo, al agradecimiento con la Madre Tierra. Además, a ser conscientes de que la Tierra es nuestro propio cuerpo, el Agua es nuestra sangre, el Viento nuestro aliento y el Fuego nuestro Espíritu. Que venimos a ser plenos, sanos y vivir el Amor en su pura expresión y a compartir con la pareja amada los regalos del Universo. Así como a recibir Su bendición para la unión espiritual de sus Destinos.
La ceremonia fue un mágico enlace, en donde estuvimos presentes la pareja, las personass que las apreciamos  y la magia del Universo. La conexión consciente con Éste fue representada  por medio de las ofrendas de semillas, los pétalos de rosas, el copal, el espejo de obsidiana (entre otros elementos) que entrelazan amorosamente los atributos de armonía en la relación de Consciencia y Naturaleza. la profunda sintonía espiritual entre ambas. Hicimos el ritual con las ofrendas y la liturgia acompañada de ambientaciones ancestrales y cantos que bendicen la Unión en Amor Universal. La señora nos fue repartiendo instrumentos autóctonos: caracoles, animalitos de barro cocido, palos de lluvia, sonajas, etc. Fue un momento muy emotivo que se vio coronado por los votos que intercambiaron las novias y en el que más de una lloramos, empezando por la novias.
Al finalizar la ceremonia, dejamos nuestra piedrita cargada de buenas vibras y deseos en una cajita que ellas conservarán en su casa para darles abundancia en el matrimonio. Luego ellas pasaron a regalarnos una galleta de arcoiris que cocinaron personalmente y nos compartieron en agradecimiento por acompañarlas en su felicidad.
Hablando de vanalidades, y sólo porque sé que la gente curiosa muere por saberlo he de dar las descripciones tipo Vogue: La novia S llevaba un hermoso vestido blanco y largo en corte imperio. Realmente sí parecía musa grecorromana, le favorecía y estilizaba su figura. Dicen que este corte es el favorito de la temporada porque resalta la belleza de las novias, además que al mismo tiempo que oculta lo que les gusta muestra lo mejor de ellas. La novia L iba en el estilo más trendy dónde Ellen de Generis meets Shane de la Letra L. Para quién no captó, llevaba un traje de pantalón y saco de lino blanco con blusa de holanes en color perla, por supuesto calzada en unos coquetos Converse sin estrenar hasta el día en cuestión (impecables por petición de la otra novia). Ambas lucían hermosas con peinado y maquillaje fresco a juego con la ceremonia al aire libre en la quinta que tenía alberca y estaba decorada con unas telas blancas. (No sé, quizá en ninguna revista de modas me contraten si acabo de mencionar que el maquillaje iba a juego con la decoración del espacio...)
Toda la decoración del lugar fue en blanco y negro, lo cual no es de extrañar porque es una de las combinaciones favoritas de una de ellas. Sí, soy la típica invitada incómoda que dijo: "los souvenirs combinan con tu baño".

Me quería llevar los platos, pero el pudor me lo impidió.
La recepción fue planeada para 50 personas por lo que había 5 mesas redondas grandes para 10 personas cada una. Llevaban doble mantel, abajo blanco y negro arriba, luego los platos cuadrados en blanco y negro y riquísimas botanas de pretzels, pistachios y nueces de la India. Hablando de lo cual hubo un detalle muy coqueto para los lugares de cada quién: un coqueto portarretratos individual con la foto de la persona asignmada para el mismo. Además de una microcajita de regalos con listón y moñito que adentro traía m&m's. Algunos lugares tenían abanico para espantar al calor (o a los mosquitos, porque volvemos a aquellos de que era una quinta, al aire libre, en Santiago). Además había un vaso para cada invitadx con el nombre de la pareja grabado. Así pues de allí salimos con: dos vasos de vidrio grandes, dos abanicos, tres cajitas de regalo, cuatro portarretratos, dos galletas de arcoiris, un burbujero y ni pizca de vergüenza.
La verdad nos fuímos tempranos por aquello de que era en la carretera y para volver con los niños, pero no sin antes pasar al buffet y cenar comida mexicana. Dieron molito, cochinita pibil, rajas con queso (que volaron), arroz, frijoles y hartas tortillas (además de las invitadas).
Me encantó la boda. Me encantan las bodas, como me gustaría que me invitaran a más bodas, más seguido. En fin, si se animan a casarse y necesitan informes, de ahora en adelante pondré como condición una invitación a la recepción. :)
Las fotos han sido editadas para salvaguardar la intimidad de lxs invitadxs. No crean que eran así de feitxs.




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