martes, abril 19, 2011

Entrega No. 13

A raíz de un comentario muy valiente, tan valiente que fue anónimo, me puse a pensar en las entregas del Proyecto Criseida es Mamá. No sé, creo que nunca pensé en superar la decena de entregas y al final concluí que finalmente iba a ser muy incómodo llegar a entradas llamadas quincuagésima, décimo tercera, cuarenta y tres, así que gracias a ese comentario me puse a pensar en un cambio. Helo aquí. Entrega No. 13.
Las novedades son casi las mismas, excepto que es el segundo día de vacaciones de mis vástagos y yo siento que estoy a punto del derrame cerebral. Es una jodedera el calendario académico y paso a explicar por qué: No es ni remotamente sano que los niños cuenten con más vacaciones que su parentela por la simple y sencilla razón de que no hay quien los cuide y/o vienen a joder todo el esquema productivo de una casa.
Si el problema latente y perpetuo de acomodar juguetes para que en un abrir y cerrar de ojos vuelvan a estar tirados en el piso es una mentada de madre cuando tienen una parte del día ocupados porque van a la escuela, en vacaciones es sencillamente imposible aspirar siquiera a tender la cama de una misma porque en ese ínter capaz y provocan un incendio o, como fue el caso del día de hoy, mientras yo cocinaba y en un mal aplicado sentido de confianza a mis hijos de cuatro años decidí dejarlos ser. Total, qué de malo podría pasar. Pues todo. Se escabulleron fuera de la casa y se metieron a las perreras para liberar a los perros. El argumento de Santiago fue bastante humanitario y seguro la Fundación Luca y ProDan estarían orgullosos de acto tan loable, pero eso no le pareció a la abuela que lo mandó sin cajas templadas de regreso a la cocina. Resulta que Santiago quería liberar a un perro para que pudiera respirar. Le explicamos que, bendito sea el cielo, aún en cautiverio un perro puede respirar y el con la ingenuidad característica de un párvulo contesto: "Por esos hoyos?". Total,dijo que le quería dar jugo por si acaso tenía sed, supongo que en su infantil mente el agua no basta, como a él no le basta, por qué no darle un poquito de jugo.
Total, es casi la una de la tarde y yo tengo que salir de aquí a las 2:45 para ir al programa de radio que ahora tiene nuevo horario. ¿Qué pude hacer en la mañana? ABSOLUTAMENTE NADA. Y toda actividad que pretendí realizar desde hacer llamadas, contestar correos, hacer la pauta del programa y postear le he llevado a cabo con música y acompañamiento de fondo: gritos que pretenden ser de un león, vocecitas que pretenden ser un fantasma de Halloween y claro, uno que otro llanto seguido de la explicación: "Es que mi hermano me pisó la panza".
En fin, las vacaciones deberían estar prohibidas... o a todos deberían darnos la misma cantidad de días.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Atínale, ¿quién podría interesarse por los ordinales?

Doh.

Akaotome dijo...

Jajaja me encanta que todavía me leas!