El día antes de mañana debe ser menos traumático que el día después de mañana, no cabe duda. Pero no me refiero a ninguna clase de cataclismos ni apocalipsis... me refiero a que hoy es 9 de octubre y mañana cumplen años nuestros hermosos bebos.
No sé, en realidad, qué pasaba en nuestra cabeza cuando decidimos aventurarnos a tener hijos, pero lo que sí puedo decir es que me alegro mucho de haberlo hecho. Es, sin ánimo de sublimar las cosas, una de las mejores experiencias de la vida, que en verdad vale la pena vivir. Intento hablar desde el punto de vista reflexivo, trascendental y filosófico. Tener hijos, sirve, aparte de lo que cada quien pueda pensar, sirve para crecer, para entender, para maravillarse.
Curiosamente, uno cree entender el mundo, pero es cuando te encuentras frente al abismo de tener que cuidar de una personita (en nuestro caso dos) de un tamaño obscenamente pequeño y con una apariencia fragil, cuando una empieza a entender de verdad el mundo. Y si no lo empezamos a entender, al menos nos queda la enseñanza de que solamente podemos aproximarnos a una mediana comprensión.
Hay dos momentos súper fuertes que he sentido desde que Diego y Santiago están conmigo. El primero fue el mero 10 de octubre, cuando con las prisas que teníamos, llegamos al hospital y nos dimos cuenta que no llevábamos la tarjeta para dejar el depósito. Yo tomé un taxi del sitio que estaba ahí afuera y le pedí al chofer que me esperara en lo que yo entraba como loca desquiciada volteando bolsas, chamarras, mochilas para encontrar la tarjeta. Comprenderán que no tenía cabeza para serenarme y tratar de recrear lo que habíamos hecho el día anterior (de hecho creo que fuimos al cine, a ver EL DIABLO VISTE A LA MODA). La encontré relativamente rápido y corrí hasta el taxi que me esperaba en una calle alterna, porque en México vivíamos en un eje vial y no podía esperarme en la puerta de la casa. Total, de regreso al hospital, el taxista traía el estéreo de su auto encendido y me preguntó si me molestaba el volumen y yo le dije que no, que así estaba bien. Entonces una canción de Laura Pausini empezó y yo sentí, de verdad que no miento, una conexión espiritual con Santiago. No sé por qué con él, yo en ese momento creía que Diego era el mío, porque Ana y yo pensábamos que se parecía a mi familia; nos basábamos en la foto 3D que les habían hecho. La canción de la que les hablo había estado de moda un año antes, porque era el tema de la Madrastra, pero a mí me llegó mucho, sobre todo la parte que decía:
Víveme sin miedo ahora que sea una vida o sea una hora no me dejes libre aquí desnudo mi nuevo espacio que ahora es tuyo, te ruego. Víveme sin más verguenza aunque esté todo el mundo en contra deja la apariencia y toma el sentido y siente lo que llevo dentro.
Sé muy bien que la canción no trata de una pareja de madres lesbianas, pero esas palabras las sentí mucho, porque yo la verdad en ese día ya no sabía ni lo que sentía.No sé si les he contado que a la que le dio la depresión postparto fue a mí. Yo andaba llorando en cada rinconcito y no me atrevía a analizar mis sentimientos, hasta que a los 7 días tuvimos que internar a Diego. Lo voy a poner en estas palabras, fue como si del 10 al 17 de octubre yo hubiera agarrado el pedo y anduviera hasta el chongo, pero en cuanto internaron a Diego se me bajó la borrachera en ese mismo instante, es decir, se me borró toda congoja, toda angustia y empecé a entender que una viene a la vida a vivir y a ser feliz, y que todo lo demás vale absolutamente madres (aunque esté mal que lo diga de esa forma, ¿verdad?). Así que nunca nunca nunca he permitido un momento de vacilación y volqué todo mi amor sobre ellos y lo volqué como solo se puede hacer: total y completamente, con la confianza y la esperanza de que sea para siempre y bien correspondido, como solo es posible querer a las personas, sean tu hijo, tu madre, tu hermana, tu amiga o tu pareja. Creo que en ese momento supe que nadie me iba a garantizar que ellos me quisiera, excepto una sola cosa: la convivencia.
No sé, creo que una madura cuando tiene hijos, pero no por las obligaciones económicas (que buena parte tiene que ver) sino por los cuestionamientos a los cuales una se enfrenta, más si nuestra familia no es considerada convencional.
Pero bueno, mientras pienso, mientras reflexiono y mientras maduro, ah qué feliz soy de ser mamá de Diego y Santiago.
Gracias Anita, si no fuera por tu valentía, por tu determinación, por tu fortaleza y por esa locura contagiosa nada de esto fuera posible y no hubiera tenido ni la mitad de toda la inspiración que ahora tengo.
Los quiero a los tres más que a mis ojos... pero quiero más a mis ojos, porque mis ojos los vieron.
6 comentarios:
¿Quieren que llore o que?
Primero la carta de Karina y después este post ¿de que se trata?
No se supone que llore en horario de trabajo ¡snif. snif!
Felicidades a los enanos
Daniela
Wow!
Qué palabras!, lo que daría porque alguien se expresara así de mí, cuánto amor! neta...
Oye Cris, pero suban unas fotillos no? de la mega-party, pa ver cómo se la pasaron, aunque sé que muy bien.
Saludos, y felicidades por tan linda y fuerte familia
Duen
Que chingón post, se me hizo un nudo en la garganta y pues nada, felicidades a los 4
...y esta es la inspiración ahorita. Imagina cuando escriban "mi mamá me mima" con sus manitas, y luego en un parpadeo esas palabritas se conviertan en hermosas cartas de agradecimiento por todo lo que han hecho por ellos. Esa inspiración se va a ir hasta las nubes ;)
Muchas felicidades chicas, que el festejo de hoy es incluso más suyo que de los pequeños. Bueno, besitos para ellos también, jajaja qué sea un día feliz más en sus vidas
Crix: Felicidades por tu segundo aniversario de La Mamá! Gracias por el regalo tan hermoso (e hiperactivo) que me hiciste hace dos años (y treintaytantas semanas). Y mira!:
La gente sí comenta en tus posts!
;P
Te quiero, Doña Puchi-Pelos!
atte.
La Mami
Daniela: Un poco de lágrimas en el trabajo nadie te lo tomará a mal... ok, creo que tengo que pensar mejor eso.
duende: tenkius, sí, claro que sí ponemos fotos... sino en el FB no fallan, ya sabes.
alea reygo: muchas gracias, un abrazo desde la no tan lejana tierra regia
mrh: en una semana Diego ha empezado a decir cosas más complejas, no sabes lo rápido que pasa el tiempo... bueno, sí sabes, jajaja. Gracias, un saludo y nos vemos en cualquiera de las parties.
anita: noooo, gracias a ti por el regalo; yo también te quiero uo, baby te quiero uo uo uo...
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