Odio con odio jarocho

Giannina dice que es la marca de la astrología. Ana dice que es seudo autismo dizque aspergerianismo. Daniela dice que no conoce otra persona más renuente a los cambios. That's me.
Yo, como decía la mamá de Tita en Como Agua para Chocolate: "Tengo muy mal carácter", por eso no debe sorprenderse nadie que cuando regresé a casa después de un día agotador y mi suegra me dice con singular alegría: "Ahora sí se alocaron, mínimo le hubieran puesto focos al cuarto antes de cambiarse", mi primer acción haya sido romper un espejo.

Las cosas fueron así:

Ana decidió meter a Diego y a Santiago al maternal, remodelar la casa y entrar a trabajar el mismo día. Así, de pronto nos tenemos que levantar súper temprano para ir a entregarlos, y yo regreso de noche nada más para darme cuenta que el ropero está en el baño, la pared ha cambiado de color, los juguetes de los niños están en la casa de la abuela y la mejor fue la de hoy: Ana dejó dicho que había que cambiar la cama al otro cuarto y que se armaran las camas individuales: Sin embargo las cosas no salieron tan rosas como Ana las había previsto. Me había dicho: "Criseida, no te preocupes, van a cambiar la cama, pero también el calentador. Y si no cambian el calentador, entonces podremos dormir en las individuales hasta que lo cambien; además, hoy mismo voy y compro focos para el otro cuarto". Pues de todas las indicaciones la única que se llevó a cabo fue la de cambiar la cama, porque los focos no los compró y las camas no supieron armarlas. Obviamente yo entré en estado de shock, porque ni ida de la mente me voy a ir a meter al mentado cuarto ése, frío, inóspito y sin luz. Cabe destacar que toda esta remodelación Ana la está haciendo pese a mi absoluta oposición. Le expliqué que a mí eso de andarme mudando de cuarto no me hacía gracia, sobre todo porque no me gustaba el cuarto de baño y tampoco me gustaba que precisamente ese baño se comunica con el de sus papás y toda clase de intercambio bichístico, sonoro y demás iba a ser posible. La solución de ella fue: "Pues usa el otro baño".

Ahora bien, lo único que se me ocurrió hacer fue jalar un colchón y ponerlo en donde iba la cama, en el cuarto que a mí me gusta, y estoy pensando seriamente en hacer una huelga y quedarme a dormir para siempre ahí.

Ya les contaré en qué acabó esta triste historia.