martes, junio 26, 2007

¿Todavía con eso?


Este sábado 23 pasado se casó mi prima Nayeri. A petición del novio, fuimos testigos Ana y yo en la boda civil. La invitación me hizo sentir muy bien, como que habíamos sido tomadas en cuenta como pareja en un acto oficial e importante en el ámbito social.
Ahora sé, aunque siempre lo he sabido, que la decisión de Pedro iba a representar una gran polémica. El hecho de asistir al evento validadas como nada menos y nada más que las madrinas del civil, era ya un enorme alivio.
Cuando mi prima dijo que iba a casarse, yo le pedí que por favor nos asignara lugar en el lado del novio, porque justo acababa de pasar la terrible historia del Baby Shower de Monterrey (en ese entonces vivíamos en México). Ahora sé que nuestra este es mi hermoso Yego -->
decisión fue acertada, porque las cosas las vivimos con mucha mayor paz en ese caldero de pasiones.
No me consta, pero casi puedo meter las manos al fuego de que mi abuela no quiso entrar al civil porque Ana y yo estaríamos al frente. Y digo que no me consta porque nadie me lo dijo, pero tampoco hace falta ser adivino para ver la jeta de mi tía y la impaciencia. Dijo: "Nada más esperen a que llegue mamá". Pero tuvo que proceder la ceremonia sin ella.

Nos sentamos en una mesa con una pareja de desconocidos. Llegaron las amigas de Ana a las que tampoco les hizo gracia que decidiera formar una familia conmigo, pero de todas formas nos saludaron y les encantaron Diego y Santiago. Y cómo no, si eran los niños más preciosos en todo el salón.
El evento, para mí, era todo un señor evento. Era como la última oportunidad para establecer puentes de comunicación. Mi padre fue listo, me habló en febrero para eliminar expectativas y no andar imaginando qué podría pasar a la mera hora. De todos modos, no fue necesaria ninguna fórmula política, puesto que no cruzamos caminos.
< ---- aquí estoy bailando con Santiago
Muchas de mis amigas que sabían de este trance en mi vida, me preguntaron al día siguiente cómo me había ido. Les dije algo que no me pareció triste sino hasta después de haberlo enunciado: "Pues bien, aunque mi madre no quiso conocer a sus nietos". Y es cierto y nadie en este planeta conservaba la mínima esperanza en ello, en presenciar el ablandamiento que supuestamente los nietos inspiran en los abuelos. Pues no, no quiso y aunque una querida amiga diga "¿Todavía sigues con eso?", debo reconocer que me puso triste enfrentarme tan de golpe al enemil rechazo de esa señora.
Pero, ¿qué es lo que me duele?
Diego es muy diferente de Santiago, como cualquier hermano. Sin embargo, cada gesto, cada actitud, cada modificación es felizmente constatada por su abuela. No me molesta. Constantemente oigo frases como, "se parece a tal", "eso mismo hacía aquél", "tú no eras así", "todos ustedes son de hueso ancho", "se parece al primo sutano", "tiene el mismo gesto que tú a los tales meses".
Y cuando de pronto Santiago hace algo que no puedo reconocer, me gustaría mucho saber si yo, a los tales meses era así o si el gesto es del familiar tal y el carácter parecido a.
Pero, momento. No añoro las etiquetas y pesados estigmas que pesan en nuestros hombros por juicios de la familia. No. Me pregunto más bien cómo es que mi madre renuncia al reconocimiento de sí y de mí en su nieto. Eso sencillamente no lo puedo entender. Y este pensamiento viene a que sin duda, el parecido es tan evidente que da curiosidad. Si Santiago se pareciera al donante, no me causaría conflicto como este molesto sentimiento de que la cadena se soltó de donde embonaba.
Sin embargo, hubo cosas positivas. Myrna, que hace las veces de hermana de Ana, decidió ir a la boda con su niña, la menor.

<--- Ana también bailó con Santiago.
Y la tía de Pedro nos interceptó en el baño para felicitarnos porque eramos muy valientes de atrevernos a vivir. "Defiendan contra todo a sus niños y a ustedes", nos dijo. Y casi quise llorar. Porque las cosas tienen una rara manera de balancearse.
Ana me ha dicho en varias ocasiones que debería decirle a mis padres cada uno de los reproches que me he guardado, aunque sean bobos y sean cosas que pasaron en la infancia o adolescencia. Y tal vez le tome la palabra, porque necesito crecer y dejar atrás esta situación. Llegar al estado en el que pueda recordar mi vida sin que duela.
Aceptar que fui una hija no deseada y que la razón de mi existencia son estos preciosos bebés que tuve con Ana.
Ella suele decir que cortar de tajo con alguien, sea pariente o pareja, es como si se hubiera muerto, excepto que no tienes una tumba a dónde ir a llorar. Tiene razón, esta es una muerte.
Cuando nos despedimos de Pedro y Nayeri, Ana me dijo: "¿De verdad no vas a ir a enseñarle los bebés a tu mamá?" Le contesté que no, que no quería exponerme a otro rechazo, mi corazón no aguanta uno más de ella, de quien se supone, por cultura o por tradición, que debía amarme sin importar qué.
Me despedí de mi tía y su marido. Me despedí de los que pude. En la salida, nos detuvimos a firmar el libro de invitados. Dejé la carriola un poco apartada de mí. Mi tío Poncho se detuvo un momento, los miró y sin decirme nada se fue.
<< --- El chico asediado también bailó con Tata, la hija de Myrna.
Hay una historia que duele y seguirá doliendo.
Me sentí en final de película contemporánea. Un duro desenlace, así como quien se levanta de una silla, sale hacia la calle y no la vuelven a ver.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Quienes son esos chicos tan guapos en tuxedo??? AH pero si son mis hijos!!!! Tan Bellos Ellos!!!! :D

Gloria dijo...

¡Qué guapas se ven! ¡Y los bebés también! ¡Son toda una familia de guapos!

:-)

Crix, recuerda que tienes muchos amigos a los que nos encanta saber de tus bebés y ver fotos y hasta presumirlos como sobrinos aunque no lo sean.

Así que no te sientas mal por los que te rechazan.

mercedes dijo...

Es duro si... No obstante estos años me han hecho llegar a la conclusion que eso de la familia, los "lazos de sangre" y toda la monserga no son más que condicionamiento. La familia es un verdadero azar. A quienes escoges y te escongen para ser parte de "su familia" los reviste el peso de la elección, del cariño que se forja, de la solidaridad y de la lealtad.

La verdad paso ya de dar respeto y consideración a quien no lo tiene conmigo por cercano que sea el "lazo de sangre", porque no es justo, porque es una sinrazón, porque no vale la excusa de la crianza o las costumbres y porque se supone que quien te ama debería poner tu tranquilidad y felicidad por encima de cualquier prejuicio...

Tenéis una familia estupenda y lo que es mas importante una que verdaderamente habéis elegido tener.

Anónimo dijo...

Animo Cris!!! Sabes? Yo las conozco nada mas por el blog y le comente a mi esposo, cada vez que vemos las fotos de uds y los bebes nos da mucho gusto ver que son inmensamente felices. Y nos sentimos muy orgullosos de uds.
Me hiciste llorar con lo que escribiste por que siempre es duro que la familia quien se supone que debe de etar a tu lado te voltee la espalda , pero ni modo alla ellos con su pan se lo coman si no quieren ser participes de algo tan bello.
Y bueno solo me queda esperar para poderlas conocer en vivo y a todo color, para llenar de besos a esos hermosos nenes.

Anónimo dijo...

Es perfectamente válido lo que sientes y date tiempo de vivirlo, de que te duela. Eres un ser humano, tienes sentimientos, eres madre de familia y a cualquiera de nosotras nos dolería que no quisieran conocer a nuestros hijos.

Quizás es doloroso porque Ana y tu están formando una familia (hermosa por cierto) y como bien dices, surgen las anécdotas, los recuerdos familiares con que comparar a los nuevos miembros.

No podemos cambiar nuestro pasado, pero podemos capitalizarlo, hacer un balance de lo que nos ha ayudado a construir lo que somos, lo bueno y lo malo. Y bueno, ellos no lo hicieron tan mal porque te leo como una buena persona, íntegra, muy inteligente y honesta.

Creo que sería buena idea que lo externaras, que ellos estén enterados por última vez del dolor que produce en tí su estupidez y ya si lo entienden o no es muy su pedo. Seguramente se arrepentirán, la vida da muchas vueltas.

Si no es posible hacer contacto escribe cartas y quemalas, escribe todas las que sean necesarias. Ahora sí que "perdonalos porque no saben lo que hacen" Con el tiempo quizás ya no dolerá. Vive el dolor el tiempo que sea necesario... no hay mal que dure 100 años.

(Y si todo esto ha sido mucho choro que ni al caso, sorry pero este tema me llega porque sé que también seré rechazada)

Ustedes son una pareja bendecida por Dios, tienen dos ángeles hermosos que a todos cautivan, los demás pues x's allá ellos.

Ivan dijo...

Hola, he aprendido a conocerte, he aprendido de que estas hecha y desde hoy estoy aprendiendo a saber como es la mujer que llevas dentro. Llore es cierto, lo escuche en vivo, lo leo ahora y se que es dificil lo que pasas cris, pero creo que muchos de los que estamos escribiendo en este blog lo hacemos porque cuentas con nosotros como si fuesemos tu familia, no hace falta que busques cariño si ellos decidieron no dartelo, tienes a ana a tus dos bebes y a nosotros que creeme que el dia que necesites algo, que tengas que fesjejar algo, que incluso llegases a morir, tienes a alguien y me anoto io con el corazón en la mano que te llorará y querrá sin problemas.

FELICIDADES POR SER UNA MUJER VALIENTE, ESO CREEME CUENTA MUCHOS MAS DE LO QUE ACABAS DE RELATAR.

DIEGO, SANTIAGO Y ANA SE VEIAN HERMOSOS BESOS

Anónimo dijo...

yo digo que: no por el hecho de que sean tu familia los tienes que querer y bastante menos aguantarles sus desprecios, a fin de cuentas ellos son los que salen perdiendo. mandalos mucho a visitar a la china hilaria...
pd y si quieres yo te puedo adoptar

encantada dijo...

Me he pasado por vuestro blog aceptando la invitación que dejasteis en el mío, y este post me ha conmovido profundamente.

A mí me aterra pensar que algún día me enfrentaré a una situación parecida, quizá porque también quiero formar una familia y sé que "mi familia de ahora" no lo va a entender.

Pero me da fuerza saber que una puede enfrentarse a ello y salir victoriosa, seguir disfrutando de una vida estupenda y poco a poco ir eliminando el dolor.

Algunos padres y madres creen que los hijos homosexuales merecemos su falta de respeto, que es así como hay que tratarnos. Ni siquiera se plantean que podamos sentir dolor o que deseemos algo distinto.

Si algún día te animas, diles a tus padres todo lo que sientes. Es probable que ambos os sorprendáis (ellos porque tienes sentimientos a pesar de ser una perdida y tú por su sorpresa). Tal vez no arregle nada, pero seguro que te sientes mejor.

Yo he hecho algunos intentos de algo parecido y ha salido así.

En fin, ánimo y mucho disfrute con vuestra familia, que es preciosísima.