lunes, octubre 02, 2006

Lactancia


Estoy profundamente enamorada de Ana. Es la mujer que me ha permitido experimentar y sentir cosas increíbles y a la vez, decidió cargar en su vientre a mis dos hermosos hijos. Es, pues, la madre de mis hijos. Me parece muy hermosa y romántica la participación de cada una durante estos casi ocho meses de embarazo. Por eso, cuando Karina nos llamó emocionadísima que una amiga doctora suya le había dicho que era posible que, con la estimulación adecuada, yo también podría amamantar a los niños, tomé el comentario con bastante seriedad.
Últimamente, se ha fomentado la lactancia materna con el fin de tener bebés menos alérgicos y con más anticuerpos, sin embargo, si se pone una tabla comparativa entre dar de lactar y el biberón, en cuanto al vínculo madre – hijo, se debe optar por lo primero.
Por mi parte, empecé las averigüaciones. Le pregunté a cuanto doctor tuve enfrente, lo busqué en cuanto libro sobre maternidad cayó en mis manos y la conclusión fue la siguiente: fuera de los primeros días que es cuando sale el calostro del pecho materno, da lo mismo si lo amamanta una mujer que otra, porque la leche humana es única e irrepetible y no importa en que momento de la vida de una mujer se produzca, producirá anticuerpos y nutrientes valiosos para la salud de cualquier bebé.
En el libro El primer año del bebé, dice que “una vez que un niño nace, casi que no hay nada que la madre biológica pueda hacer y la adoptiva no. Y en esta era de milagros médicos, esto se aplica hasta cierto punto aun a la lactancia”. Sugiere que antes de iniciar la estimulación para inducir la lactancia quede bien claro por qué es que se quiere hacer, esto aumentará las posibilidades de éxito.
Los puntos clave son:
1. Pregúntese por qué quiere darle el pecho. Si es por probar se valor como mujer y negar para sí misma y ante los demás, consciente o inconscientemente, que el niño es adoptado, piénselo bien. Es importante para usted aceptar el hecho de que no pudo concebir y que el niño es adoptado; de lo contrario, más tarde se les pueden crear problemas tanto a usted como al niño. Si lo que se propone no es otra cosa que darle la mejor nutrición inicial posible y compartir con él del gozo emocional de la lactancia, ensáyelo.
Este consejo me pegó duro. Para empezar, mis niños no son adoptados, sino que los está gestando otra mujer que por el hecho de estar embarazada, producirá leche sin ningún problema. A mí la lactancia nunca me ha parecido cuestión de ser más o menos mujer. Y cuando era más joven, pensaba que era un paso irremediable de la maternidad. Dentro de mi familia, nunca se vio como un momento sagrado y de comunicación con el bebé, se vio más bien como la obligación biológica de la madre. Esto cambia por completo la perspectiva de las cosas, ya que, al estar buscando una conexión con el bebé, en primer lugar y el querer proporcionarle nutrientes adicionales que servirán como defensas físicas contra enfermedades y alergías, en segundo, me quedo con otro paradigma destrozado y me maravillo una vez más de lo bonito que ha resultado hacer las cosas de esta manera y no de otra.
2. Pregúntese si está dispuesta a dejar a un lado todo lo demás de su vida mientras trata de establecer la lactación. Es posible que tenga que lactar casi constantemente y afrontar semanas y meses de ensayos, tribulación y frustración sin más resultado que una desilusión. ¿Está preparada para resignarse en caso de no tener éxito? ¿O que sólo pueda administrar una parte de la alimentación del bebé?
La gran ventaja es que no estoy sola en esto. No importa que yo no pueda producir suficiente leche para saciar a los bebés, puesto que Ana puede darles de comer y yo únicamente fungir como complemento y no se pone en riesgo su salud o no se tiene que acudir a la fórmula de inmediato. Al principio no quería meterme en estos vericuetos, precisamente porque implica mucho esfuerzo y los resultados no se ven de la noche a la mañana. Me encantaría poder amamantar porque crearía un vínculo emocional muy fuerte con ellos, un vínculo diferente al que tendrán con Ana, que los llevó en el vientre. Sería su otra mamá en una extensión más amplia, pero eso da miedo, da miedo entusiasmarse con la idea y que no resulte.
3. ¿Su esposo y otros miembros de la familia se mostrarán comprensivos y la apoyarán? Sin ese apoyo, sus posibilidades de éxito son casi nulas.
Por fortuna no tengo marido. Eso cambia la dinámica de las cosas. Ana es la principal promotora de esta idea, quiere que me involucre con los niños de esta manera. Tal vez porque sabe que me levantaré a las tres de la mañana a ayudarle con uno y que podremos volver a la cama en la mitad del tiempo, pero también porque sabe que el resto de la humanidad está excluido del pequeño mundo que conforma la madre con el hijo, ese mundo que parece una cofradía, un secreto indescifrable. Creo que quiere que lo descifre, que cree mi propio mundo en un papel más íntimo y menos proveedor que es como un impulso muy natural en una relación en donde un hijo está por llegar.
4. Trate de obtener mucho descanso, relajación y sueño. Ni siquiera una mujer que acaba de dar a luz puede esperar una producción adecuada de leche si está tensa y muy cansada.
Esta es la mejor parte. Cobra sentido lo inexplicable que ha sido mi inactividad más reciente. Como algunos sabrán, no trabajo desde el 30 de julio y me he dedicado a arreglar los pendientes que faltan para la llegada de Diego y Santiago. De todos modos no es tarea fácil, porque todo lo que implique lavar ropa, cargar cosas, pintar, martillear, quitar maderitas, armar la cuna, debo hacerlo yo, de por sí el embarazo de Ana siempre ha sido calificado como alto riesgo. Pero, fuera del cansancio físico y de las preocupaciones típicas, tengo un foco de estrés suprimido y ése es el trabajo.
Soy un ser racional, capaz de entender argumentos lógicos. Pero un niño se sale de toda lógica y provoca en una misma emociones y deseos que habían estado dormidos o que quizás nunca habían pasado por la mente. Yo me imaginaba como apoyo moral en las noches de desvelo, como la persona que estaría al lado de la madre acariciando el piecito del bebé, pero esta revelación me abrió los horizontes. Puedo ser la persona que amamante a uno de los hijos, que se levante en las madrugadas somnolienta y con frío para cargar a uno de los dos y compartir con él, establecer una comunicación básica y primitiva que se transformará en una más compleja al transcurrir de los meses y años de nuestras existencias.
Faltan 08 días para la llegada de Santiago y Diego!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo si había escuchado que se puede lactar sin haber concebido. Sin embargo también me informé de que las primeras lactancias deben ser de la madre biológica por tener mayor cantidad de anticuerpos necesarios para los niños. Es por eso que las primeras veces la leche es más grasosa y de diferente color, según leí.

Pero que padre que puedas hacer esto Crix!

Animo

Tío Ricky