Las ventajas de una familia diversa

Nos encontramos este artículo el miércoles pasado, pero es del primero de junio de 2000. Nos sorprendió mucho porque Lupita y Rosa María son las que fundaron GRUMALE, el Grupo de Madres Lesbianas al que recientemente empezamos a asistir, aunque ya teníamos un par de años de conocerlas, tanto a ellas como al grupo. Nos gustó porque es el testimonio en primera persona de ellas dos y uno de sus hijos. Lo encontramos en el suplemento LETRA S (Junio 1 de 2000) de la versión electrónica del periódico La Jornada.

Las ventajas de una familia diversa

por: MANUEL ZOZAYA

Rosa María, la madre
"Me di cuenta de mi preferencia lésbica a los doce años, cuando me enamoré de una compañera de la secundaria; sin embargo, al igual que muchas mujeres lesbianas y hombres homosexuales, opté por el matrimonio para que no se me notara. Trataba de vivir de acuerdo con las reglas de la familia y la sociedad. Sin embargo, es muy frustrante llevar una doble vida y eso no sólo se reflejaba en mí, sino también al interior de mi familia. Obviamente la relación con mi marido no era armoniosa, por ello decidí enterarlo de la situación y seguir mi camino por mi cuenta. La salida del clóset implicó que nos diéramos a la tarea mis tres hijos y yo de construir una nueva opción de vida. Nos desclosetamos todos, porque no puedes meterte al activismo y dejar a un lado a tus hijos. Así hemos evolucionado como una familia alternativa, con Lupita, mi compañera desde hace ocho años, creciendo a la par de todos.
"Actualmente mi hija mayor ya se casó y se encarga del diseño gráfico de los materiales del Grupo de Madres Lesbianas (Grumale), además es madre de dos niñas, nietas de Lupita y mías. Nuestra vida familiar es mucho más sencilla ahora; entre todos nos ocupamos del quehacer de la casa. Yo cocino, porque Lupita está fuera la mayor parte del día por su trabajo como abogada. Claro que a veces hay que corretear a los hijos para que no dejen tirados sus tenis por toda la casa, pero en general buscamos crecer todos en libertad. Recientemente el más joven, de 19 años, me pidió permiso para teñirse el pelo de rubio, como es la moda ahora. Yo le dije que es decisión suya hacer con su pelo lo que quiera, lo principal es darse gusto a uno mismo.
"La parte difícil de nuestra vida ocurre fuera de casa. ¿Cómo preparas a tus hijos para que vivan de manera normal la preferencia sexual diferente de sus madres? Yo le he dicho al menor que si tratan de burlarse de él diciéndole que soy lesbiana, no trate de defenderse o pelearse. En efecto, soy lesbiana y no hay por qué tomarlo a ofensa. Entiendo que a veces es difícil, porque los chicos son muy crueles y lo que conocen sobre homosexualidad y lesbianismo lo han aprendido de los chistes de Polo Polo, donde salimos perfectamente deformados. Esa es la parte difícil, lo demás es más sencillo porque no tienes que seguirte ocultando; es como quitarse un peso de encima. Me enorgullece ser reconocida plenamente como lesbiana, después de años de reconocerme y trabajar con mi propia lesbofobia interiorizada. Ser lesbiana no es un defecto, sino una característica distintiva de mi persona. No permito que se me etiquete exclusivamente como lesbiana, porque primero soy un ser humano, mujer, madre, lesbiana, activista, bibliotecaria, y muchas cosas más."

Hugo, el hijo
"Tenía 15 o 16 años cuando me enteré de que mi madre es lesbiana. No fue un evento particularmente notable. De alguna manera ya lo sospechaba, por lo que mi reacción no fue sobresaliente. Fue como si me dijera, 'me compré unos zapatos'. Nos sabemos diferentes a los demás porque ellos nos han colocado en un lugar diferente, pero no por eso somos animales de circo. Tenemos esta diferencia como todos los seres humanos tienen las suyas. Además no es una diferencia exclusiva, sino que nos aglutina con otro tipo de familias alternativas. Parece paradójico, pero esta diferencia nos hace afines a otros. Somos alternativos porque no jugamos a los roles establecidos, como en los comerciales de cereal, simplemente tenemos una participación diferente en el núcleo familiar. En ese sentido somos mucho más funcionales que las familias tradicionales, porque partimos de la honestidad, no de simulacros o tarjetas postales de nosotros mismos. Vivimos la realidad con los riesgos y consecuencias que esto implica. La gran ventaja es ser mucho más democráticos, con mayor participación en los asuntos familiares, sin estar relegado a las decisiones de otro.
"Soy heterosexual, siempre me preguntan si soy gay, es un estereotipo absurdo pensar que si eres hijo de padres homosexuales o madres lesbianas tú también tienes que ser igual. En una familia alternativa y democrática tienes la capacidad de decidir sobre tu vida. Me gusta mi familia y me siento satisfecho de la lucha que da mi mamá. Me siento orgulloso de la otra madre que nos escogió; es muy reconfortante tener a alguien con quien poder relacionarse críticamente, sin sometimientos. Me gusta que empiece a haber interés por discutir estos asuntos hacia afuera de Grumale. Hace pocos años era más difícil hablar de esto, en la actualidad hay mayor transparencia.
"Hay símbolos engañosos como la figura paterna. ¿Cuál es la figura paterna? ¿El padre borracho y golpeador? Si esa es mi carencia, no tengo carencias, al contrario, estoy sobrado en educación. Nosotros somos un ejemplo de que la mujer no tiene que depender del falo para educar a sus hijos sin imágenes autoritarias."

Lupita, la compañera
"Hace ocho años que estoy con Rosa María, desde los 22. Al principio, como en cualquier relación, tuve que adaptarme, porque soy hija única y en casa había entonces otras costumbres. Al llegar a formar parte de la familia de Rosa María, hubo que ir aclarando lo que nos gustaba y lo que no, de manera de llegar a un consenso. Lo importante es que aquí tienes el apoyo de toda la familia. Si tengo una bronca emocional, cuento con mi familia en toda la extensión de la palabra.
"Mi mamá hubiera querido verme salir de blanco con un misógino al lado y que me llenara de chiquillos para poderlos cuidar y que pudieran consolarme cuando llegara con un ojo morado, entonces cuando le dije que soy lesbiana rompió a llorar porque... 'qué les iba a decir a sus hermanas'. Esa fue su primera preocupación. Pero si quiere para mí un hombre que me de íntegro su cheque de la quincena, que no me pegue, salga de viaje conmigo y me haga feliz, todo eso lo tengo con Rosa María, sólo que no tiene pene porque no es hombre. En cambio mi padre no parece conflictuarse. Cuando nos ve pintando la manta de Grumale comenta: '¿Madres lesbianas? Ah, se ve bien.'
"A nivel jurídico hemos dado un gran paso, porque en la universidad donde trabaja Rosa María le dan seguro de gastos médicos mayores, y esa prestación se hace extensiva al concubino, la pareja o el esposo. Haciendo uso del derecho jurídico, llenamos entonces un documento y ya estoy reconocida como pareja de Rosa María, con mi seguro de gastos médicos, mi credencial y todo. Muchas parejas gay y lésbicas no tienen derechos porque no saben hacerlos valer, porque sienten culpa de ser lesbianas u homosexuales, y tienen además el antecedente de la corrupción de las instituciones; sin embargo, el reconocimiento de una pareja lésbica u homosexual no está legalmente negado, pues el Código Civil plantea como objetivo del matrimonio 'el propósito de la procreación y/o la ayuda mutua'. Nunca te pone como obligación que te reproduzcas. Lo que hace falta es hacer valer ese derecho ante los jueces."