miércoles, agosto 09, 2006

Mi verdad

Para bailar tango se necesitan dos. También se dice que hay dos caras en una sola moneda y que siempre hay por lo menos dos versiones a la misma historia. ¿Por cuál irnos? ¿Cuál escuchar, la versión de los vencedores o de los vencidos? ¿Será siquiera lógico pretender que una visión de la historia tiene razón y la otra no?
En mi historia personal debe haber muchas versiones, tantas como personas han rodeado mi vida. Sin embargo, yo tengo una pluma y la escribo; tengo una lengua y la cuento. Cuento mi versión, mi verdad, los hechos según Ana. ¿Estoy faltando a La Verdad verdadera? No lo sé, obviamente tengo un sesgo dado por mis emociones, mis sentimientos, mi percepción de la realidad.
Mi papá tiene una muletilla que me fastidia, cuando me va a dar una opinión dice: "Cariño, la realidad es que..." Y yo me pregunto, ¿quién se murió y nombró Dios a este señor que conoce "la realidad"? ¿Por qué él sí sabe cuál es "la realidad" y yo no? Sobra decir que su percepción de la realidad suele ser muy distinta de la mía.
A veces me pregunto si no podré ponerle una demanda a Hollywood por haber alterado tanto mi visión y percepción del mundo que me rodea. Acabo de darme cuenta (y no estoy bromeando lamentablemente) de que las novelas rosas y las chick flicks son COMPLETAMENTE ficticias. El hecho de que algunos "capítulos" (ahora creo que sería más adecuado llamarlos eventos) de mi vida parezcan sacados de un guión de Televisa, o de alguna serie gringa y a veces hasta de un sit com me confunde más. Lo triste fue hace tres semanas cuando empecé a notar paralelismos entre mi vida y Family Guy. Al menos, mi perro todavía no se considera intelectual.
Me resulta sorprendente que todo lo que aprendí en años de películas y de religiosidad al horario estelar televisivo es mentira. Pero bueno, algo así me debí de haber temido si siempre llegaba "El Fin" cuando la protagonista estaba en sus años de plenitud y nunca la vimos hacerse vieja, sin gracia y morirse eventualmente sola en algún asilo.
Mi muy admirada maestra de literatura en la prepa, Rosaura Barahona, nos cuestionaba sobre el verdadero final de la Cenicienta. Si en realidad había sido "feliz para siempre" o si se habría dedicado a tener hijos, cambiar pañales y lavar los calzones de su marido. Esos fueron mis primeros contactos con el feminismo. En el fondo mi ingenuo espíritu romántico pensaba que eso sólo aplicaba en los cuentos de hadas pero algo habría de verdad en las películas hollywoodenses para que nos atraparan tanto.
Ya, ya lo entendí, nos atrapan porque nos ayudan a escapar de la cruel realidad. Por eso me angustian tanto las nuevas películas mexicanas que se la pasan hablando sobre corrupción, narcotráfico, extorsión, secuestros, cárcel, pobreza y diferencias sociales.
Finalmente me doy cuenta de que es un mito eso de que "el amor todo lo puede" y que "con amor todo florece". Para empezar todos los crisantemos que hemos comprado se nos han muerto a las dos semanas. Por mucho amor que les demos, creo que ha resultado más fácil optar por plantas sin flores y concentrarnos en el gato y el perro que no necesitan riego. Además, ellos tienen la buena costumbre de avisar cuando tienen hambre (por eso tampoco tengo peces).
El amor no lo puede todo, cuando se trata de convencer a dos o tres personas que extrañamos en nuestra vida de que todo está bien para nosotras porque nos amamos y de que deberían estar contentas por nosotras. Vamos a tener dos bebés, frutos de ese amor que compartimos. Si mi vida fuera película, mi vieja amiga de secundaria estaría saltando como loca de alegría por mí. Y yo sería feliz con lo que la hace feliz a ella. Pero en la vida real las embarazadas no provocamos tanta ternura como para que todos nuestros pecados sean olvidados. En el fondo, yo soy la misma persona de siempre, con o sin hijos y ella lo será también.
En Hollywood, basta con que se acerque la Navidad para que las familias se reúnan y se vuelvan a querer. En la vida real, las fiestas estresan tanto que las familias ni se perdonan ni se quieren. En las películas cada quien es un personaje estereotipado que conserva siempre el mismo punto de vista, excepto al final, cuando todos ceden para que el o la protagonista tenga la razón. En la vida real nuestros puntos de vista cambian de acuerdo a nuestras necesidades cotidianas.
Y yo sé que ya aburrí con el tema, y sé que ha pasado un año o quizá dos y sigo con lo mismo. Y me puedo dar cuenta que exigir aceptación no me está acercando a obtenerla, pero soy un personaje real, de carne y hueso, con emociones reales, con una vida. No me basta que me digan "no te quiero" o "no te acepto" para que me deje de doler y cerrar un capítulo y ya. Cada uno de nosotros llevamos procesos de duelo distintos, pero en mayor o menor grado tenemos que pasar por más o menos las mismas etapas: negación, miedo, enojo, vaivén entre las emociones y finalmente aceptación. Es muy difícil hacer duelo por un ser vivo. Los muertos no regresan, a los vivos los voy a ver en la boda de mi amigo.
Ignorarme no va a lograr que yo deje de existir. Ignorarlos no los va a hacer desaparecer. Esta es mi verdad, mi versión de mi dolor. No es el dolor de Crix, no es el de Diego, no es el de Santiago. Ellos viven y vivirán sus vidas, sus alegrías, sus satisfacciones, desarrollarán sus propios afectos y necesidades. Yo vivo lo mío, expreso lo que yo siento. Siento un horrible hueco, una falta, un incendio que me quemó un cachito de corazón.
¿Qué le puedo decir a mis hijos? "El 22 de julio de 2006 hubo en Monterrey un incendio que por motivos políticos no fue cubierto por los medios, pero en él murieron gran parte de las personas que yo esperaba que los quisieran". Probablemente no haga falta decirles nada, después de todo, los niños no extrañan lo que no conocen y lo que no se les enseña a echar de menos. Total, tías tendrán otro montón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chicas,

soy súper admiradora de ustedes, y leo fervientemente su blog todos los lunes, miércoles y viernes... Y pues me da un poco de tristeza saber que hay personas que son adversas a la felicidad de su maternidad...
Sé que no es mi blog, y sé que de alguna manera tal vez se tengan que desahogar, pero a mi me gustaría leer más acerca de los 2 pequeños que de familiares estúpidos y atávicos...

Ya verán que muchas personas van a querer y adorar a sus hijos...

Saludos