miércoles, agosto 16, 2006

Crónica de un domingo familiar


El domingo pasado, 13 de agosto de 2006, tuvimos lo que podría llamarse "un hermoso domingo familiar". Por su puesto, no fuimos a misa ni a comer con la abuelita, sino que visitamos el Bosque de Chapultepec. La cosa estuvo así: El sábado fuimos al café de Niria, espacio lésbico que lamentablemente está a punto de cerrar por falta de clientas, donde nos vimos con Karina y Ori. Crix y yo pasamos allí toda la tarde hasta que cerraron. Como nosotras queríamos seguir platicando, fuimos a visitar a Susana y Mabel que viven a dos locales del café.
En casa de Mabel y Susana estaba de visita Karla, la hermana de Mabel con sus dos hijos, Jacinto y Camila. Mabel y su hermana son de El Salvador (el cual, por si no saben, está en Centro América, al menos los souvenires que nos han traído de su tierra siempre lo aclaran y yo sigo sin entender por qué tendría uno que poner en qué parte del continente queda su país). Hace ya sus buenos años que se vinieron a vivir a México e hicieron aquí sus vidas. Karla se fue a vivir a Ciudad Victoria, Tamaulipas (en el noreste de México), hasta hace poco, que ella y su marido, con sus hijos, se mudaron a Puebla. Total, Mabel tiene pocas oportunidades para convivir con sus sobrinos.
Pasamos una agradable velada degustando pupusas y empanadas de plátano macho, típicas de El Salvador. Bueno, más bien parecía que nuestro cometido era dejar sin víveres a Mabel y Susana. Ori también se estaba divirtiendo mucho viendo pelis con Jacinto y Camila, por eso Karina la dejó quedarse a dormir.
Crix, Karina y yo regresamos a la casa y a dormir. A la mañana siguiente le presumimos a Kari, los preparativos que llevamos para Diego y Santiago. El cuarto ya lo había visto pintado y sabía nuestros planes originales de poner un árbol genealógico con fotografías. Sin embargo, le explicamos que dados los eventos de las últimas semanas lo pensábamos quitar. Entonces Karina nos sugirió: "¿Por qué no ponen las fotos de la gente que sí está y que a partir de ahora será la verdadera familia de ellos?" Por supuesto, nos pareció una idea maravillosa.
Como a las diez de la mañana nos llegó un mensajito de Mabel y Susana preguntando si queríamos ir a desayunar y luego ir a algún lugar con las niñas y el niño. Nos arreglamos y nos fuimos. Karina y yo, de paso, invitamos a Marlene a nuestro plan de domingo.
Así fue como de nueva cuenta fuimos a devorar pupusas y empanadas de plátano. Como buen domingo, desayunamos junto a la tele viendo la programación infantil (bueno, yo con cualquier pretexto me quedo viendo todo tipo de animaciones). Después de que Mabel y Susana se hubieron bañado, nos pusimos de acuerdo para ir a ver un show de títeres en la Casa del Lago en el Bosque de Chapultepec.
Como éramos muchas, tuvimos que tomar dos taxis hasta el metro Balderas, para de allí seguirla en metro hasta la estación Chapultepec. Mabel consiguió que su amiga Norma que tiene coche también fuera y así los niños y yo pudimos ahorrarnos el trayecto en metro. Con los bloqueos de Reforma (de los cuales no lograrán que me queje porque espero el resultado voto x voto), tuvimos que estacionarnos en el Auditorio Nacional, pero Norma nos dejó en la entrada de Chivatito para "no tener que caminar tanto" lo cual en Chapultepec resulta contradictorio.
Ori y yo íbamos viendo todas las cosas que se nos antojaban, pero que no podíamos comprar porque las que traían el dinero (Karina y Crix) iban a llegar por metro desde el otro lado y las íbamos a encontrar en la Casa del Lago. Así que Ori, a sus 7 años y 10 meses, se puso a explicarle a Jacinto de 6, la diferencia entre las burbujas de gel y las de jabón con agua. Le dijo que las de gel eran muy contaminantes y por eso, aunque duraran más y se pudieran atrapar, no eran buenas para la Tierra. Así que hay que comprar las más tradicionales de jabón y agua. Luego cuando pasamos por un puesto de pinta caritas donde vendían varitas mágicas, Jacinto le dijo a Ori que esas podían ser para ella y Ori le explicó que para é también porque se podía convertir en un mago o un príncipe.
Medio corriendo, llegamos a la Casa del Lago y el show ya había empezado, pero los niños se acomodaron en el pasto a verlo. Como era de esperarse nadie le cedió el asiento a la embarazada, así que me fui a donde había una especie de banca, junto a un muro. Cuando finalmente llegaron las del metro, Karina me trajo una pelota con dos pollitos amarillos para Diego y Santiago. También trajeron a Marlene que por llegar tarde se quedó sin desayunar.
Crix y yo acompañamos a Marlene por unas quecas, mientras que las otras se quedaron con los niños viendo el espectáculo. De ratito, nos mandaron un mensajito diciéndonos que ya se habían acabado los títeres, pero que a las dos de la tarde empezaba un cuenta cuentos y que ya nos habían separado lugar.
Quince minutos después estábamos ya acomodadas y esperando a que empezara cuando lo que me pareció una zorra (sin ofender), me brincó por un lado y me rodeó para seguir su camino. Luego resultó que era zorro y luego que tlacuache. El caso es que, mientras tanto, en el escenario estaban desmontando lo de los títeres y armando algo para la capoeira que vendría después, y por eso el zorro-tlacuache-cuentacuentos ni con acordeonista en muletas pudo captar la atención del público. Para cuando yo acordé, ya tenía a un viejito de un lado y a un niño ajeno del otro y Crix y Marlene estaban jugando con Susana y Jacinto al fútbol en el jardín con la pelota de Diego y Santiago. Las únicas que quedaban escuchando al tlacuache eran Karina y Ori, así que justo antes del final me paré para evitar tumultos y me fui a sentar de nuevo a la banca junto al muro que estaba más cerca de las futboleras.
Cinco minutos después nos alcanzaron Karina y Ori. La niña venía indignada porque ella había ido a ver un espectáculo cultural, no a jugar fútbol y que estaba decepcionada de la falta de seriedad de estas adultas. Lo bueno de tener 7 años es que en un ratito se le pasó y se puso a jugar fut ella también.
Y allí seguimos hasta las cuatro, hora en que volvimos a casa de Mabel para comer. En casa de Mabel comimos pollito rostizado, pan francés (bolillo, virote, etc) y champiñones con nopalitos. Luego empezó a llover e hicimos concha un buen rato platicando y poniéndonos al día con nuestras vidas. Fue un muy bonito domingo familiar.
Por eso pienso que Karina tiene razón, mis hijos van a tener una familia por opción inmensa. A algunos los frecuentarán más y a otros menos, pero siempre sabrán que aunque no lleven la sangre de esas personas, son ellas las que los aceptan y quieren sin importar los demás lazos. Lo que importa es el cariño.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantará ver esta pared así decorada y formar parte de ella.
Cuidense mucho!

Saludos

Hector

Jan de la Rosa dijo...

Oye, Ana, espero que el hecho de que en este momento no tenga nada qué hacer te venga a ser útil.
Me encontré un par de ligas, me recordaron a su blog por obvias y rosas razones, y creo que les pueden ser útiles, van: Bebés y más y Web del bebé

Por cierto, tengo sus regalos belated del baby shower; dijo C que no se los enviara, que venía por ellos, pero no quiero que se pongan polvosos, qué dices? No le hago caso?