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lunes, julio 03, 2006
Ah, pero el baby shower... ese evento
En el número de junio de 2006 de la revista bbmundo viene un artículo con recomendaciones para organizar el baby shower perfecto. Lo leí, me pareció interesante e inmediatamente después el monstruo de la angustia se apoderó de mí. Ana está en el quinto mes de su embarazo gemelar. Los pronósticos indican que en septiembre su reposo deberá ser intermedio y en octubre, absoluto. Eso nos da exactamente dos meses para realizar los tradicionales baby shower's. Parece un tiempo adecuado e incluso sobrado pero cuál es mi sorpresa cuando leo que dichos eventos se planean uno o dos meses antes de la fecha más o menos prevista.
En lo personal, los baby shower's me parecen la cosa más aburrida e insulsa del planeta. Recuerdo, enmedio de una serie de sentimientos encontrados, aquéllos a los cuales mi madre me obligó a ir porque eran actividades y compromisos propios de mujercitas. Hace poco, tuve a bien asistir a uno y noté con extremado asombro que, no sólo no me aburrí, sino que hasta tuve el descaro de pasarla bien.
Sin embargo, pensé en algunos ajustes. Pensé en organizar una serie de baby shower´s temáticos y que los juegos y actividades giraran en torno a ese tema. Le conté mi idea a Ana y con su temperamento de mujer embarazada me miró fijamente y me dijo: “Quiero un baby shower normal, con pañales, sopas de letras, concursos que impliquen comer Gerber y todas las cosas normales que se hacen en un baby shower normal”. En ese momento asumí que tendría que organizar un evento de ésos que describían en bbmundo y sobre todo que tenía que echar mano de un par de amigas con experiencia en estos casos.
Hace poco le dijimos a Marlene, una amiga entrañable, que nos ayudara a revisar la lista de invitadas y el fin de semana Karina se ofreció a ayudarnos con la organización de uno lésbico. Estoy muy agradecida con estos gestos, pero al momento de reflexionar en cómo se ha ido desarrollando este evento, debo hacer una parada obligatoria en dos casos: la familia y los amigos en Monterrey.
Parte de haber vivido más de veinte años en Monterrey y casi tres en el DF nos coloca en un punto difícil, porque hemos encontrado amistades en estos dos lugares y en ambos nos gustaría compartir con nuestros amigos. Ana y yo pensamos en que si viajábamos a Monterrey durante julio podríamos hacer uno en el que reuniéramos a nuestros amigos y parte de nuestras familias. Es parte de una filosofía de “si la montaña no viene a mí”, pero yo hasta la fecha no estoy segura del éxito de un baby shower para la madre de mis hijos en mi familia. No tengo empacho en decir que mis padres no se han mostrado demasiado cálidos al respecto, su postura, respetable o no, es que si yo no soy quien carga a los bebés en el vientre, entonces no son mis hijos, por lo tanto, no son sus nietos. Parece increíble que las explicaciones de cómo funciona la genética y la biología no sean suficientes para ellos y de pronto pienso: “Si eso es lo que piensan mis padres, qué es lo que pensará mi sacrosanta abuela”. Yo soy más pesimista que Ana, ella se entusiasma y se entrega de una manera que francamente yo temo, así que cuando hicimos la posible lista de un baby shower en Monterrey enlistó a mi madre, mi hermana, tías y abuela. Accedí, como siempre he dicho, uno no puede ir por la vida dejando de hacer cosas por miedo, pero debo admitir que siento algo indefinible en el fondo de mi alma. Los amigos no me preocupan, han permanecido los que deben permanecer y se han ido los que tuvieron que irse. Están los que se fueron porque nuestro matrimonio les insulta y están los que se fueron porque atravesamos por etapas distintas de la vida. Pero los que están, están ahí por algo. En cambio la familia, la pone a una en encrucijadas complicadas.
El sábado pasado fue la fiesta de cumpleaños del sobrino de Ana y ella descubrió con gran tristeza que no podría contar con su familia por una sencilla razón: a la familia no le interesa juntarse ni procurarse ni celebrarse ni nada por el estilo. Eso a Ana le impactó mucho y lo difícil no es darse cuenta, sino ir asimilando que nuestras familias se han constituido por personas que no tienen lazo sanguíneo entre sí. Al momento de despedirnos, la mamá de Vili (esposa del primo de Ana) se ofreció con singular entusiasmo a organizarle un baby shower a Ana. ¡Qué maravilla! Después de todo, la familia política del primo no tiene obligación alguna con nosotras.
Luego me puse a pensar. El baby shower me angustia por más de una razón y las emocionales son las más escabrosas, porque creo que se puede asimilar ir por la vida sin que a una le regalen mamilas y cobertores y pomaditas y pañales, pero una no puede asimilar tan fácil que va a ir por la vida sin personas que se suponía debían estar ahí para hacer el clan y la manada más grande y protectora para la cría. Yo no estoy con los movimientos de Viva la Familia y el Día de la Familia desde el punto de vista santurrón, estoy con la idea de la familia por opción y los distintos tipos de familia, pero irles diciendo adiós a los cosanguíneos es muy doloroso. Y esto, por desgracia, poco tiene que ver con que seamos lesbianas madres, tiene que ver con nuestros núcleos y algunas incomprensiones y disfuncionalidades que espero en el fondo de mi alma a nosotras no nos pase.
Pero bueno, que el baby shower es inminente y debe organizarse de un momento a otro y tiene que hacerse de la manera tradicional, porque este evento es único y exclusivo de la madre. Aunque tiene su origen en la solidaridad de otras personas en la difícil tarea de hacer un micromundo más amigable para los niños, creo que el baby shower también es una muestra de afecto fraternal por parte de la gente a quien conoces.
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5 comentarios:
Así es, puedes prescindir del baby shower, pero cuando veas los precios de los pañales, las mamilas, las ropitas te vas a ir para atrás, y más si lo multiplicas por dos.
Yo nunca hice nada de eso, sin embargo siempre me arrepentí cuando compraba ropita para las hijas.
ana y cix espero ser invitada a su tan celebre evento ,les mando saludos y abrazaos desde monterrey
y muchas felicidades por las crias
anita mandame tu msn para estar en contacto
ESO ES DISCRIMINACIÓN!!!! Espero que a su baby nos inviten a los hombres de la pandilla, eh... Porque nosotros también queremos convivir con ustedes, verlas y disfrutar de la espera de los babies.
Saludos,
Ricky
PS y es cierto lo que dice Carmen, yo lo veo con mi sobrinita... es una máquina gastadora de pañales jajajaja
No no no, claro que no discrimino, sólo que es difícil convencer a un hombre que vaya al BS. O más bien, que vaya sin cervezas jajajaja.
Ya quiero ver la panzota de Ana!!!! :-)
Gracias por la invitación al beibi.
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