Niñera S.O.S.

Crix y yo seguimos debatiendo sobre la prudencia de publicar las fotos que a lo largo del último año y ocho meses he ido acumulando en algo que yo llamo mi "carpeta de evidencias". Son esas fotos con las que pretendo avergonzar a mis hijos cuando estén en edad universitaria y me traigan a presentar a mis futuras nueras/yernos. El punto importante aquí, es decir, lo que cabe resaltar es que dicha carpeta existe y aunque los retratados sean Diego y Santiago, a la única que teminan dejando en evidencia es a mí y en muy pocas ocasiones a Crix.

Ustedes ya recordarán la foto de la sopa Maruchan hasta en el pelo, pero ya quedaron lejos esas tiernas travesuritas. Yo no sé qué es más terrible, si las travesuras que ellos hacen o el hecho de que me tomo el tiempo para documentarlas. Por ejemplo, hace unos cuantos días escuchaba yo que Santiago me hablaba, pero no lo veía y yo recorría el saguán de la casa que es como un metro por dos y no lo veía, solo veía a Xocoy y Vitola (un beagle y una pastora belga) y Sampi no se veía pero se oía. Y en eso caí en cuenta, ¡Santiago estaba ADENTRO de la casa de Xocoy! En la pet carrier del perro, ¿pueden creerlo? Allí una madre hubiera actuado con respecto a la lógica: hubiera sacado al niño y lo hubiera sumergido en cloro media hora. Yo en cambio corrí para juntar testigos (mi madre y Diego) y agarré la cámara para tomarle fotos. Obvio perdí cualquier autoridad moral para decirle "no, Santiago, eso no se hace, allí vive el perro, no el niño".

¿Eso les parece chistoso? Bueno, pues a Crix y al DIF creo que no les haría muy felices si estuvieran presentes en esos momentos. En fin, el fin de semana fuimos a casa de un amigo (que no era Hernando, aunque también estaba presente con Maru, nuevo bebé en camino y Lucy), Manuel porque a Santiago y Diego les encanta jugar con su bebé (Manuelito, el víctimo de las mordidas de Diego, que luego se desquita poniéndole ojos morados). Manuel y Elva tienen varios enseres de cómo se llama, se podría llamar construcción, en fin dejémoslo en que tienen un montón de herramientas porque además de armar compus son milusos y les gusta poner repisas e instalar aires acondicionados como su hobby personal. Manuelito ya se acostumbró a los clavos y tornillos porque lo ve diario y no le llaman la atención, pero para mis hijos todo es novedad. El punto es que Diego es más "recatado" y se dedica a jugr con juguetes de bebés (cosa que en su casa no hace, pero bueno, no lo voy a juzgar por portarse bien en público, ¿verdad?), mientras Santiago, el niño peligro prefiere explorar los juguetes de adultos (y me refiero a las herramientas aparatos tecnológicos, no a otras cosas). Pues entre los juguetes que decidió tomar prestados estaba un serrucho que era más grande que él pero que él empuñaba con sigular alegría. Cuando Crix lo vió corrió despavorida a quitárselo y a mí lo primero que me salió de la boca fue "¡no, espérate, todavía no se lo quites, primero déjame tomarle la foto!" Obvio decir que todos los presentes me voltearon a ver con un juicio terrible en sus ojos.

En fin, a estas alturas comprenderán por qué encuentro tan difícil dejarlos solos y venirme a escribir. No es porque tema por su seguridad, ¡sino porque me quedaría sin material para fotos! jajaja

Ayer me tomó dos horas completas lograr que se durmieran. Los puse en pijama e hicimos el ritual de lavarse dientes, cantar canciones de cuna y contar cuentos desde las siete de la noche. Lograron dejar de brincar y conciliar el sueño hasta las nueve. Esto tras perseguirme por la habitación, correr por todo el pasillo, gritar agua, tele, pintá, coló, mamá, mami, abuela, calo (carro) aleatoriamente, hacer cinco berrinches y pasar por dos tiempos fueras. Hoy logramos reducir esto en tiempos por media hora, en realidad sólo diez minutos si tomamos en cuenta que hoy los saqué a caminar 20 minutos para cansarlos, y tardaron en dormir hora y media como quiera.

Estamos dignas de un reality. Necesitamos una niñera. Y yo para todas las emergencias simplemente marco 1-800-ABUELA. Como el domingo que teníamos una fiestecita y por eso los bañamos desde temprano. Crix se fue a trabajar porque su carga está muy pesada este mes. A mediodía les dije a los niños "vamos a la cama a tomar siesta". Me acurruqué en su cama con la esperanza de que esto los atrajera a dormir. Resulta que la única que cayó dormida fui yo. Desperté a las tres justo a tiempo para vestirlos e irnos. Cuando los llamé porque oí que todo estaba en silencio creí que se habrían quedado dormidos en la cama-sofá del cuarto de tele. Vinieron al escuchar sus nombres, ¡pero qué me encontré! ¡Dos niños untados con pomada de la campana desde los codos hasta el pelo pasando por las pestañas y los cachetes! Parecían santacloses de barbas blancas. Y otra vez a bañarlos y a arreglarlos y mil horas para salir de casa. Claro está, marqué 1-800-ABUELA y ella vino corriendo en mi auxilio, mientras que llegaba me encargué de tomarles las fotos correspondientes.

En fin, como les digo aún estamos inseguras en publicar estas imágenes, pero sobre todo seguimos esperando que el Tío Manuel nos regrese la compu arreglada para poder bajar las fotos y decidir.

Espero sus opiniones y muchas gracias por todas su felicitaciones y buenos deseos para el blog cumpleañero!