miércoles, agosto 01, 2012

Día 5


Anita:
Lo más difícil de ser Mamá Full Time no es sólo estar cuidando de Diego y Santiago. Sino también chutarme los pleitos entre Gabriel y Max. No sé por qué no me traje mis audífonos porque te lo juro que mientras tus hijos conviven lo más pacíficamente que pueden bajo mi mirada, afuera hay un auténtico escándalo típico de vecinos. El punto es que yo que necesito mis segundos, minutos y hasta hora de silencio, batallo para encontrarlo porque si no son los míos, son los otros. Quiero pensar que es cosa de las vacaciones y que en dos semanas la dinámica cambiará para bien.
Diego llora por todo. Si su hermano escoge el mismo sabor de jugo, llora. Si se le revienta el globo, llora. Anda en la sensibilera esa que no soportamos. Hoy me tocó rescatar a tus hijos de un par de “regaños” que el huerco se cree con derecho de darle a mis hijos. Si los ve en el cuarto de Susana, regaño. Si los ve en las escaleras, regaño. Si los ve usando la bicicleta, regaño. Y ahí me tienes, Santiago véngase para acá, acá tiene usted su bicicleta. Diego, bájese de ahí, usted vive acá. Y ya, más o menos hasta Susana ha tenido que decirle: Ya cálmate, Gabriel. Yo creo que parte de la lloradera de Diego es que ya no es el más punk de la familia. Digo, es un duelo saberse común y corriente.
Total, para mi propia salud mental decidí llevarlos al Museo de la Ciudad de México pero llegamos tarde y ya no nos dejaron entrar. Sigue el mismo guardia cascarrabias en la entrada. Nos agüitamos un poco y caminamos hacia el Zócalo. Había una manifestación y a Diego casi le da un colapso nervioso pensando que íbamos a unirnos. La verdad es que nos pusimos a ver un show de matachines que no entusiasmó mucho a Santiago.
Les propuse volver a casa para ir al parque que está por Bancomer y accedieron. Como volvimos a tomar la línea azul se me ocurrió ver cuánto costaba el circo Atayde Hermanos. El boleto más barato está a 150 y los miércoles es 2x1. Les dije que cuando tú volvieras iríamos porque no valía la pena comprar 2 boletos para 3 personas.
En el micro de regreso, Santiago se quedó dormido. Lo desperté en Coyoacán y cuando llevábamos media cuadra se puso a llorar. Yo creo que la sensación del sueño fue lo que provocó eso.  El parque al principio no los entusiasmó mucho, sino hasta que llegaron tres muchachonas a punto de cursar secundaria. Batallaron para hacer clic, pero al final se divirtieron mucho. La mamá de las muchachas los puso a hacer una rutina que ella denominó pruebas. Santiago se equivocó en alguna y de repente vino muy triste y llorando porque había perdido. Le dije que si quería nos íbamos pero dijo que no, que seguiría compitiendo. Tu hijito anda muy sensible y yo de verdad que trato de consentirlo mucho como me encargaste, pero hoy anduvo muy sensible.
La que se cansó primero fui yo. Me los traje y la verdad es que creo que todos regresamos muy relajados.
He aquí el testimonio de tus cachorros.


Cuando Santiago vio la repetición dijo: “Oh, de seguro Mami vio mi cara tiste”. Y pidió una foto para reparar el “error”.

Anita, te extrañamos!!!!!! Vuelve pronto!!!

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