miércoles, agosto 01, 2012

Ana anda de gira: Día 5

Miércoles. Me gustan los miércoles, es el día a mitad de semana y normalmente por loca que soy me visto de mi color favorito que es el amarillo. Aunque a decir verdad, cuando nos recomendaron que para empacar trajeramos poca ropa y que toda combinara agarré casi puras cosas amarillas que pudieran quedar entre sí. Aún así, hoy tocaba vestir formal y lo que a mí me quedaba en la maleta era un vestido semifolclórico. Anyway, lo que importa es la percha y la verdad creo que me veía decente, mexican style-decente.
En la mañana me tocó platicar con los niños a través del facebook skype. Tuvimos algunas fallas técnicas y ellos preguntaban: "Mami, ¿por qué ya no te mueves?" o "Mami, ¿porqué tienes cuadritos?" Pero bueno, no todo es perfecto en esto de las telecomunicaciones.
La amenaza de dejarnos si no bajábamos a tiempo funcionó. Cuando llegué (que casi no llego por estar con los niños mientras me pintaba las pestañas), ya estaban abajo varios y en dos minutos más llegó el resto. Así pues salimos a tiempo para nuestra primera reunión a las 9:30 am con Pride at Work que es un sindicato para gente LGBT. Más bien sirven para unir el trabajo de la comunidad LGBT con el trabajo que hacen los sindicatos para proteger a los trabajadores. Ahí conocimos a Peggy Shorey y a Gabe González, cuya familia es de China, Nuevo León.

Aquí en el lobby de Pride at Work.
Corriendito al terminar nos fuimos a nuestra siguiente junta con el Trevor Project, una organizacion que provee intervenciones en casos de crisis para prevenir el suicidio en jóvenes de 14 a 24 años. Su trabajo más importante es una help line, una linea de ayuda telefónica a la cual los chavos llaman y piden ayuda.
Por alguna extraña razón el tiempo se nos hizo muy cortito  y terminamos con sólo 45 minutos para poder comer. Yo en realidad no tenía mucha hambre, así que preferí ir junto con Iván a la tienda de recuerdos de la Human Rights Campaign (la organización que visitamos ayer). Había muchas cosas lindas, pero ni una postal. No compré nada porque la ropa de hijos llegaba sólo hasta talla de 4 años.
Finalmente y todavía a la corre y corre llegamos a nuestra tercera y última cita del día en el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Primero llegamos al edificio equivocado. Luego ya fuimos al edificio correcto y pasamos por un muy complejo sistema de seguridad. Luego tuvimos la cita con 5 representantes de diversas áreas de la División de Derechos Civiles. Hablamos principalmente de los programas que tienen para prevenir VIH, así como el trabajo que se hace para las personas en situación de carcel. La verdad yo ya me estaba cayendo de sueño. Me he desvelado bastante y desmañanado mucho, así que hoy ya no aguanté.
Al salir de la reunión, fui al baño y quedé atrapada. Esperaba ser rescatada por alguien, pero asumieron que necesitaba más tiempo en el baño, por lo que me tuve que poner punk con la puerta del baño y casi me rompo el dedito gordo de la mano izquierda. Qué pudor. Total que al salir y subirnos a la van que nos llevaría de regreso al hotel, "alguien" y no voy a decir nombres, descubrió que había dejado su cargador de la cámara adentro. Así pues que tuvo que pasar otra vez por toda la seguridad del sistema americano para poder regresar y recuperar sus cosas.
En el hotel yo sólo iba a tomar una siesta de 45 minutos. Caí a la 4pm y puse el despertador 4:45, pero la verdad no pude resucitar hasta las 6 pm cuando me despertó una pesadilla de zombis bailando.
Salí por la tarde muy decidida del hotel rumbo al target. Ya le entendí al metro. Pones la tarjeta para entrar y te cobra al salir, así que la tienes que poner otra vez. Por si las dudas la recargué con $2, pero no tenía ni idea de cómo se hacía, así que tuve que confiar en un extraño para que me instruyera.
Llegué al Target como a las 6:30 pm y vagué y vagué y vagué, tanto que de pronto escuché algo así como son las 9:45 y vamos a cerrar. En ese momento agarré mis chivas y decidí lo que sí me iba a llevar. Como la tarjeta no pasó, tuve que dejar algunas cosas y pagar en efectivo. Lo que sí es que la ropa de niño no era loque yo esperaba y está muy, muy cara. Resulta que la primer tienda donde les compré los pantaloncitos de colores H&M es más económica y tiene mejor surtido con colores más divertidos. Voy a volver allí mañana a ver si todavía quedan las ofertas back to school que tenían el sábado pasado.
Llegué tardísimo al hotel. Lo bueno es que el metro te marca los minutos que has de esperar para que llegue así que uno se lo puede tomar con calma sin estar metiendo la cabezota en el tunel a ver cuándo llega. En el hotel me dispuse finalmente a cenar los hot cakes de ayer y el bagel de antier que no había tenido oportunidad de consumir. Todavía me queda un pastel para el desayuno de mañana. Creo que algunos de nosotros teneemos un arsenal left overs en nuestro refrigerador.

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