Lo bueno vino más tarde. Yo traía la idea de llevarlos a un concierto que, ante mis ojos, lucía espectacular. Resulta que en estas fechas está el Festival del Centro Histórico en el cual hay pocos eventos gratuitos y sobre todo hay pocos eventos gratuitos para el público infantil. Uno de ellos era el recital de Los Niños Cantores del Centro Histórico. No sé qué me imaginé, pero les dije que esa sería nuestra actividad de hoy. Resulta que en el coro, en realidad, hay un montón de niñas y nomás dos niños. Ana estaba en la escándala total, ya ven que ella es muy fijada de la lenguaja incluyenta. Al final, concluimos que se llaman Niños Cantores en alusión a los de Viena. Total, mi actividad resultó bastante ñoña. Ana como que no tenía muchas ganas de ir y mis hijos traían el adolescentazo. Querían quedarse en casa viendo tele. O querían que fuéramos nosotras y ellos se quedaban. Los obligué con un melodramático argumento: "Tienen que conocer opciones, no todo es Hora de Aventura". Así que a regañadientes me los llevé... a los tres.
Y sí, debo admitir que el recital estuvo medio ñoño. Cantaron canciones de Cri Cri y cosas por el estilo, pero en definitiva la música amansa bestias, porque Diego y Santiago salieron más apaciguados y haciendo sus propias versiones del coro.
He aquí la historia gráfica de nuestro día. (La cámara sigue enfocando como se le da la gana).
Preparando el batido de los huevos. El Chef Santiago todavía no sabe usar el batehuevos.
Agregando un poco de vainilla.
La foto lista para instagram del pan francés, torrejas o french toast.
Haciendo fila afuera del Palacio de la Escuela de Medicina (también conocido como
Antiguo Palacio de la Inquisición)
Las Niñas Cantoras del Centro Histórico
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